Gobernando a lo Jalisco

El año pasado, una huelga por la contratación colectiva en Sidor fue asfixiada por el Ministerio del Trabajo, la GNB, tribunales penales y el Sebin, imponiéndose un controvertido acuerdo suscrito por directivos oficialistas de Sutiss y suplentes sin cualidad legal al efecto. Rederick Leiva, Leinys Quijada y Heberto Bastardo están presos por la criminalización de su participación en esta protesta laboral. Y a pesar de todo eso, el Gobierno insiste en controlar el Sutiss.
Pero hoy es muy difícil tal control. Como sucede en los gremios de universitarios y médicos, en el sector municipal y tribunalicio, el oficialismo sindical es abiertamente rechazado, ya que las políticas gubernamentales más recientes han generado un grave retroceso de los derechos laborales.
Si bien este retardo electoral busca evitar la derrota gubernamental en Sutiss, no es menos cierto que se pretende evadir un revés que influya en los próximos comicios parlamentarios de este año. A costa de ello, se sacrifica al movimiento laboral de la siderúrgica. Al más genuino estilo Jalisco, el Gobierno ahoga la vida sindical de Sidor con mecanismos que nada envidian a las prácticas antisindicales de 1981: si no gana, arrebata.