Gobierno español desata la represión contra manifestantes que repudian visita de Ratzinger
18 de agosto.- En un hecho revelador acerca de la ligazón entre el Estado español y la jerarquía eclesiástica, los cuerpos represivos cargaron contra manifestantes pacíficos que repudiaban la visita del Papa a Madrid. Benedicto XVI es percibido en gran parte del mundo como representante de la política de la Iglesia de proteger a los curas pedófilos, así como de las tradiciones más reaccionarias de la jerarquía católica, dado que en su juventud Ratzinger militó en las filas del nazismo, y durante gran parte de su carrera política se dedicó a combatir a las corrientes de la Iglesia más ligadas a los sectores populares.
18 de agosto.- En un hecho revelador acerca de la ligazón entre el Estado español y la jerarquía eclesiástica, los cuerpos represivos cargaron contra manifestantes pacíficos que repudiaban la visita del Papa a Madrid. Benedicto XVI es percibido en gran parte del mundo como representante de la política de la Iglesia de proteger a los curas pedófilos, así como de las tradiciones más reaccionarias de la jerarquía católica, dado que en su juventud Ratzinger militó en las filas del nazismo, y durante gran parte de su carrera política se dedicó a combatir a las corrientes de la Iglesia más ligadas a los sectores populares.
Una veintena de personas fueron heridas y detenidas, producto de la represión policial.
Antes del ataque policial, decenas de activistas católicos intentaron desalojar la Plaza del Sol, lugar de reunión del movimiento de los indignados, gritando la consigna “¡ésta es la plaza del Papa!”. Un adolescente fue atacado por un fanático religioso, y resultó con heridas en el rostro.
La protesta contra la visita papal fue convocada por 150 organizaciones coordinadas por Europa Laica, Redes cristianas (cristianismo de base) y la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores, así como los indignados. Las consignas fueron variadas, desde “De mis impuestos al Papa cero”; “Menos crucifijos y más trabajos fijos”; “Estado Laico, ya”; hasta consignas religiosas como “Dios sí, Iglesia no”.
Alrededor de la mitad de los españoles son católicos con una práctica religiosa esporádica. Sólo el 13% acude a misa todos los domingos, lo cual demuestra un avance del laicismo.
Los organizadores de la manifestación denunciaron que las administraciones públicas invirtieron unos 100 millones de euros en las Jornada Mundial de la Juventud y el viaje del Papa.