Grecia. Estalla la violencia en 2do día de huelga
La furia de los griegos ante las nuevas medidas de austeridad estalló en actos de violencia el miércoles cuando los manifestantes lanzaron piedras y bombas incendiarias de gasolina a la policía frente al parlamento durante una huelga general de 48 horas. La protesta trastornó el transporte público y obligó a cerrar comercios y escuelas en vísperas de una votación en el parlamento sobre aumentos de impuestos y recortes de gastos. Grecia debe realizar esas reformas para recibir el próximo paquete de ayuda internacional que le permitirá evitar la bancarrota.
La furia de los griegos ante las nuevas medidas de austeridad estalló en actos de violencia el miércoles cuando los manifestantes lanzaron piedras y bombas incendiarias de gasolina a la policía frente al parlamento durante una huelga general de 48 horas. La protesta trastornó el transporte público y obligó a cerrar comercios y escuelas en vísperas de una votación en el parlamento sobre aumentos de impuestos y recortes de gastos. Grecia debe realizar esas reformas para recibir el próximo paquete de ayuda internacional que le permitirá evitar la bancarrota.
El caos se apoderó de la zona aledaña al parlamento donde la policía intentó dispersar a la multitud con gases lacrimógenos. Algunos incendiaron la garita de un centinela.
Los acreedores internacionales han exigido las reformas antes de dar a Grecia su próxima partida de fondos, unos 8.000 millones de euros (11.000 millones de dólares). Atenas sostiene que se quedará sin dinero dentro de un mes sin esa ayuda, aportadas por sus socios de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional.
La mayor parte de los 100.000 manifestantes que acudieron al centro de Atenas lo hicieron en forma pacífica, pero la multitud concentrada frente al parlamento se encaró con la policía, que los dispersó por medio de gases lacrimógenos.
Cerca del lugar, grupos de manifestantes arrancaron con martillos y palanquetas cascotes de mármol de los edificios aledaños y destrozaron escaparates y carteles de bancos. Muchos de los que participaron en la violencia vestían de negro y usaban capuchas negras, máscaras o cascos de motocicleta. Los vendedores ambulantes ofrecían máscaras de natación a los revoltosos, que las usaban como remedio contra los gases lacrimógenos.
Miles de personas observaron los enfrentamientos, algunos de ellos en los tejados de los quioscos. La basura congestionaba las calles y algunos manifestantes se dedicaron a incendiarla.