Grecia: nueva huelga general masiva contra el plan de ajuste
Atenas.- Grecia se encuentra paralizada por una huelga general, la segunda en tan sólo seis días, convocada por los principales sindicatos del país en protesta por las durísimas medidas de austeridad aprobadas por el Gobierno socialista de Georges Papandreou.
Atenas.- Grecia se encuentra paralizada por una huelga general, la segunda en tan sólo seis días, convocada por los principales sindicatos del país en protesta por las durísimas medidas de austeridad aprobadas por el Gobierno socialista de Georges Papandreou.
Los primeros disturbios ya se han producido, informa Efe. En las calles de Atenas, donde más de 20.000 personas participan en la protesta, unos 200 encapuchados se han enfrentado con la policía. Varios manifestantes han sido detenidos y dos agentes han resultado heridos.
Desde la medianoche no aterrizan ni despegan aviones en el país, los trenes están parados, los barcos que comunican las islas permanecen anclados. No funcionan los autobuses públicos ni el metro.
Están cerrados los colegios, los hospitales, las oficinas públicas, los bancos, aunque, eso sí, la mayoría de las tiendas permanecen abiertas.
Las televisiones emiten sobre todo programas enlatados, con lo cual se demuestra el apoyo de la burguesía al gobierno, y en las calles se amonta la basura de ayer. «Y no pararemos hasta que el Gobierno atienda nuestras reivindicaciones», promete Stathis Anestis, portavoz del sindicato GSEE.
En Atenas ha arrancado ya una marcha con miles de personas de los sindicatos comunistas, que han montado su propia manifestación porque consideran que los otros sindicatos le hacen el juego al Gobierno. Los manifestantes han gritado lemas como «Combatiremos las medidas del Gobierno» o «No nos paréis».
«El Gobierno está utilizando la crisis como excusa para golpear a los trabajadores. La crisis no es culpa nuestra, nosotros hemos pagado religiosamente nuestros impuestos. Que vayan a decirle a los banqueros que todo el dinero que han ganado con la crisis lo dediquen ahora a salvar Grecia», afirma Niko Voordoumbas, un joven de 34 años que hasta hace poco trabajaba en una sucursal bancaria.
Medidas contra el déficit
Por ahora la situación está tranquila, pero no se descarta que, tal y como ocurrió el pasado viernes, se registren incidentes violentos. Sobre todo, dada la tensión que invade el país y la rabia con la que la mayoría de los griegos han acogido la batería de recortes con los que el Ejecutivo de Papandreou, en el poder desde hace sólo cinco meses, trata de contener el bestial déficit público, que ha alcanzado el 12,7%, cuatro veces el máximo permitido por Bruselas.
Para tratar de tapar ese enorme agujero en las cuentas públicas y salvaguardar los intereses de la burguesía, el Gobierno aprobó la semana pasada suprimir las dos pagas extraordinarias que hasta ahora recibían los funcionarios, congelar las pensiones, aumentar en ocho céntimos el precio del litro de gasolina, subir el IVA del 20% al 21%, incrementar las tasas que gravan los artículos de lujo y aumentar en un 1% los impuestos por los ingresos obtenidos el años pasado. Y, además, ya ha anunciado su intención de retrasar la edad de jubilación de los actuales 61 años a los 63.
Los sindicatos y los trabajadores han reaccionado con cólera ante esas medidas. «Otra vez vamos a pagar nosotros», es el elocuente lema, que resume a la perfección en el sentimiento generalizado, con el que arrancará otra manifestación en el centro de Atenas.
«No podemos consentir que pisoteen nuestros derechos. Así que estaremos en guerra hasta que nuestras peticiones sean escuchadas y nuestro derechos respetados», afirma Alexis Diamantopoulus, cocinero de un hospital.
Sindicatos de los sectores privado y público, que representan a la mitad de la fuerza laboral griega de 5 millones de empleados, han convocado a la movilización de 24 horas para protestar contra el plan que según dicen impondrá el mayor peso sobre los pobres.
«Pedimos al Gobierno a que no ceda a los deseos de los mercados, que sitúe las necesidades de las personas como una prioridad y adopte una combinación de políticas económicas y sociales que no conduzcan a la recesión sino a trabajos», dijo Yannis Panagopoulos, jefe del sindicato del área privada GSEE.
El transporte público será interrumpido, y los ministerios, oficinas de impuestos, escuelas y hospitales estarán cerrados. Sólo los vuelos de emergencia desde y hacia Grecia podrán despegar y los transbordadores marítimos estarán detenidos.
Los periodistas y los técnicos de la televisión participan en la huelga, lo que supone un apagón informativo de 24 horas.
Las manifestaciones callejeras en Grecia suelen acabar en violencia, pero la reacción a las medidas de austeridad hasta el momento han sido en buena parte simbólicas.
Bajo el escrutinio de los diseñadores de políticas de la UE y de los empresarios, el Gobierno hasta el momento se ha negado a ceder a las demandas de los manifestantes.
El sindicato del sector público ADEDY ha asegurado que realizaría más manifestaciones después de la movilización de hoy, la primera huelga conjunta organizada por los sectores público y privado contra el Gobierno.
«Continuaremos con fuertes intervenciones laborales en marzo», dijo a Reuters el jefe de ADEDY Spyros Papaspyros, agregando que también planean protestas para abril y mayo.
La iniciativa de los trabajadores responde a las medidas implementadas por Papandreu para reducir el déficit público en un 20%, con recortes salariales y de las jubilaciones, así como otros ajustes fiscales adicionales que se espera que anunciará en los próximos días.
El ministro de Finanzas George Papaconstantinou dijo el martes que el Gobierno podría decidir más medidas para recortar el déficit tras charlas con los inspectores de la UE de visita en el país.
El Gobierno del primer ministro Yorgos Papandreu, sin embargo, no tiene visos de suavizar un plan de austeridad que ha conseguido el visto bueno de la UE y que incluye un drástico recorte del gasto social y subidas de impuestos para rebajar, más de nueve puntos en tres años, el déficit (12,7%, hasta el 3% en 2013) que ha provocado una enorme desconfianza en todos los mercados extranjeros.
Las nuevas medidas anunciadas la pasada semana (incremento del IVA, congelación de las pensiones, rebaja de sueldos de funcionarios) ponen de manifiesto la determinación de un Ejecutivo decidido a tomar «duras y posiblemente injustas medidas», como admiten cínicamente.
Primeros enfrentamientos
El sindicato del partido comunista, PAME, muy activo en Grecia, ha sido el más madrugador. Su marcha ha arrancado a las 9.00 (10.00, hora española), llegando hasta el Parlamento. Varios miles de personas han acudido a esta protesta, portando banderas como «la guerra a los capitalistas es la respuesta de los obreros», «que los plutócratas paguen la crisis», o «abajo las medidas antipopulares». Esta marcha ha concluido sin problemas.
No ha sucedido lo mismo una hora después, en la convocatoria más numerosa. Convocada por la Confederación General del Trabajo de Grecia (GSEE, un millón de afiliados) y por la Federación de Funcionarios Griegos (375.000 afiliados), una quincena de jóvenes encapuchados se ha mezclado entre los participantes y ha lanzado cócteles molotov a las autoridades, que a su vez han respondido con gas lacrimógeno.
Los manifestantes se han encaminado, igual que han hecho los comunistas, hasta el Parlamento situado en el centro de la capital helena. Allí se han producido algunos disturbios, trasladados después a la zona de la universidad politécnica, donde los radicales se han hecho fuertes, informa AFP. Allí han continuado las revueltas, con la quema de al menos un coche y decenas de papeleras.
Servicios paralizados
Las ditintas convocatorias afectan a empleados de banca, bomberos en, incluso, policías. También permanecerán parados periodistas y operarios del transporte público. Trenes y autobuses permanecerán detenidos en sus respectivas estaciones.
Lo mismo sucede con los aviones en los aeropuertos, ya que se han suspendido la práctica totalidad de vuelos desde y hacia Grecia. En Atenas, de hecho, sólo funciona una línea de metro: la que permite a los griegos desplazarse a las manifestaciones.