Guerrillas comunicacionales y milicias bolivarianas, muestras de decadencia
Vale la pena preguntarse qué de cierto y serio es este asunto de las guerrillas comunicacionales y las milicias bolivarianas, ¿es un juego? Si así fuera observemos lo siguiente: para la Asamblea Nacional (AN), la guerra no es cosa de juegos. Por eso, y en atención a la petición del presidente Hugo Chávez, redactó y aprobó, por unanimidad, la Ley para la Prohibición de Videojuegos Bélicos y Juguetes Bélicos en el país, sancionada el 29/10/2009). Con la nueva disposición se sella la ilegalización de cualquier objeto de entretenimiento, por inofensivo que sea, cuyo contenido o forma refieran la lucha armada.
Vale la pena preguntarse qué de cierto y serio es este asunto de las guerrillas comunicacionales y las milicias bolivarianas, ¿es un juego? Si así fuera observemos lo siguiente: para la Asamblea Nacional (AN), la guerra no es cosa de juegos. Por eso, y en atención a la petición del presidente Hugo Chávez, redactó y aprobó, por unanimidad, la Ley para la Prohibición de Videojuegos Bélicos y Juguetes Bélicos en el país, sancionada el 29/10/2009). Con la nueva disposición se sella la ilegalización de cualquier objeto de entretenimiento, por inofensivo que sea, cuyo contenido o forma refieran la lucha armada.
Suena contradictorio, sin embargo sucede. Así el panorama, importante es que observemos al detalle de qué se tratan las guerrillas y las milicias gobierneras, ¿es o no es bélico, es o no es juego, es o no es guerra mediática? Desde su orientación, contenido y contexto histórico en el transcurso de diez años de “revolución” eso representa más de lo mismo.
En ese contexto tendríamos que preguntarnos, ¿dónde estaban los fusiles que le iban a entregar a los estudiantes de la Universidad de Carabobo cuando el golpe del 4-F?, nunca nadie lo supo, lo que sí sabemos con exactitud es que unos jóvenes estudiantes “previamente entrenados en el uso de armas” se presentaron en la 41 Brigada Blindada a buscar su prometido fusil y no se lo entregaron, la promesa de esos fusiles, acabó con la vida de estos jóvenes que se trasladaron al módulo Canaima, en espera de dicho armamento que nunca llego, allí fueron replegados y asesinados por las fuerzas policiales del momento. Esto es un referente histórico que no debería dejarse pasar a la hora de hilar fino, en lo que ha antecedido a la construcción del socialismo.
Del mismo debemos preguntarnos ¿dónde están ahora los Círculos Bolivarianos, tan temidos por la derecha, tan amados por Chávez? Y así un montón de organizaciones, comandos, grupos, federaciones, casas del poder popular y asociaciones antiimperialistas, guerrilleras y revolucionarias dispuestas a salvar al proceso y a conducir al país por la senda de la revolución. ¿Dónde están?
Lo cierto es que en todas estas ideas propuestas por sesudos ultra y archi revolucionarios, más marxistas que Marx, más socialistas que el Che, se han concentrado nada más, en dilapidar buena parte del presupuesto de la nación en gorras, franelas, chalecos, botas deportivas rojitas de marcas Converse, uniformes verde oliva y de camuflaje, cascos, bandanas, boinas, chaquetas tricolores y cachuchas, así como desfiles, marchas y grandes logísticas entre traslados, alimentación y publicidad, además de suntuosos gastos de salarios y representación para unos pocos. ¡Algún día habrá que sacar esas cuentas! Y saber, ¿cuánto le costó eso al país?, saber cómo se dispersaron, diluyeron y desaparecieron algunas iniciativas sociales y revolucionarias de verdad, ¿quién las desapareció?
Pero más allá de eso, habría que preguntarse si alguien se ocupó de darles formación ideológica a estos grupos, ¿de qué sirvieron esos esfuerzos, el gasto, dónde están? Porque, la conciencia y los años de alienación no se cambia con uniformes, ni boinas, ni botas. Es así que en once años de gobierno ninguna organización social nacida en revolución ha dado frutos. (¿Casualidad o causalidad?).
En este contexto la conformación de estas “Guerrillas y Milicias” nacen y obedecen a la decadencia del gobierno que trata de repetir una especie de Círculos Bolivarianos, con la reserva popular o miliciana, un pastiche ideológico entre pioneros cubanos, milicianos, y ejército de liberación, que no termina de tener un sabor, color y aroma específico, un desespero del gobierno por capturar o cautivar otra vez a ese pueblo que creyó en él, pero que es capaz de enganchar a más de un romántico que cree que de verdad le darán su fusil. Nada más alejado de la realidad, (¡serán ingenuos los del gobierno!). Me gustaría saber si los militares quieren compartir su poder de fuego con las comunidades, los jóvenes y los campesinos.
¿Por qué no meten en las Milicias Bolivarianas al indígena Sabino Romero o a Rubén Gonzáles?, ¿será que los militares estarán dispuestos a compartir ideológicamente con estos personajes, qué pasará allí con el poder popular, el derecho a las tierras de los indígenas y la lucha en contra de los patronos explotadores y la corrupción? ¿De qué lado está el gobierno, que tiene a estos como revolucionarios y luchadores encarcelados? ¿Revolución, socialismo o fascismo? Después de todo, es bien sabido que estos compañeros Sabino y Rubén no son oligarcas, ni empresarios ni pitiyanquis ni burgueses, ¡son pueblo, pueblo y por ello hay que dudar si entrarían en esas Milicias y Guerrillas!
Es por ello que es bien seguro que lo de las “Milicias y Guerrillas,” obedece a una maniobra del gobierno, a un cartucho más que seguro se quemara más temprano que tarde, a una descomunal hipocresía descarada, dispuesta aunque sea con ese show mediático, a recuperar el espacio perdido. Pero más risible y ridículo a la vez, es la respuesta de la oposición que, consciente o no, torpe y necia, se engancha en el juego pronunciándose, asumiendo que nuestros chamos y nuestra gente, le van a empezar a meter plomo a todo aquel porque le hayan puesto un uniforme, ¡no señor!, todos esos chamos salieron del evento de juramentación, para el Sambil o a cualquier otro centro comercial a ver tiendas, zapatos de moda, comer hamburguesa, churros y chatear por Internet con sus panas.
Es bueno decir que muchos de esos muchachos, sufren y padecen a diario, las vicisitudes de una sociedad donde no existen planes y proyectos concretos dirigidos a ellos, donde cunde el desempleo y muchas veces la única alternativa que tienen en los barrios se las ofrecen los capos de la droga. Hartos de esperar un socialismo que no acaba de definirse o mejor dicho se definió por la derecha, disfrazado de revolucionario para que la gente “crea”.
Esos muchachos y esos uniformados armados con fusiles sin municiones, ninguno, ninguno tiene entrenamiento, ninguno tiene formación ideológica, ninguno sabe de estrategias ni nada de eso, y mucho menos están fortalecidos en su moral de “militante”, si se le puede llamar militancia al uso de la boina, la franela roja y asistir a las marchas de Chávez. Por cierto mejores y sofisticadas armas están rodando por todas las barriadas y comunidades de este país en manos del hampa, esos sí las manejan muy bien.
Como reflexión, vale la pena preguntarse si eso no fue una ocurrencia de alguien para ganarse un puesto en el gobierno, o cualquier otro adulante de su entorno. (Por ello nadie sabe cómo explicar el asunto). Lo cierto es que el presidente en su delirio, lo compró como una brillante idea que lo salvará de su bajón en las encuestas, además de mantener el clima de tensión y agitación que tanto le caracteriza y le conviene por estos días.
Entonces otra vez, compraron uniformes, pañuelos rojos, chalecos, fusiles, un despliegue de autobuses y cinco horras de cadena (alguna cosa tienen que hacer ante semejante decadencia). Lo malo es que atenta contra nuestra inteligencia, es lo más penoso del asunto. Pues sabemos que no es mentira que existe una guerra mediática, ¡NO! el mismo gobierno tiene la suya, ¡y vaya que la tiene!, así como la tiene la oposición. Pero por otro lado no es menos cierto que el pueblo (que está en el medio) está cansado de la burguesía, de los patronos y los corruptos, de la falta de servicios, de respuestas. No es mentira que los jóvenes, estudiantes, obreros y campesinos siguen siendo utilizados, explotados y marginados por las élites burguesas y los patronos, ahora la nueva burguesía, los nuevos ricos y empresarios de la revolución, eso no es un secreto para nadie.
¡El pueblo esta hastiado! He allí el gran problema para Chávez y su gobierno. ¿Cómo se le da armas a un pueblo, en un país con tales características? Del mismo modo que no se les dio armas a los estudiantes de Carabobo el 4-F, del mismo modo que se les dio cargos y prebendas a los máximos dirigentes de los Círculos Bolivarianos, o al movimiento estudiantil, para callarlos y aniquilarlos, desaparecerlos y corromperlos.
Por ello, como se dice en buen criollo y disculpándome por la expresión, las milicias y guerrillas “eso no da cagajón” porque no es más que un plan mediático. Sin subestimarlas, pero eso es más de lo mismo, charlatanería y piratería.
Ojalá de veras le dieran armas al pueblo, a los trabajadores, mujeres estudiantes y a los jóvenes, ojalá nos formáramos y organizáramos en torno a un verdadero socialismo de justicia e igualdad, contra los abusos, la explotación y la corrupción.
¡Ojalá!, entonces, los fusilamientos y juicios populares en este momento fueran masivos.
¡Detrás de las Guerrillas Mediáticas y Milicias Bolivarianas está la ineficacia, inoperancia, y decadencia de un gobierno corrupto, cada vez menos respaldado por el pueblo! Cuidado con esos fusiles. ¡Cuidado!