Huelga paraliza a Grecia mientras parlamento debate ajuste
Los sindicatos griegos prometieron abarrotar las calles del centro de Atenas el martes al comienzo de una huelga de dos días para protestar contra las dolorosas medidas de austeridad demandadas por los prestamistas internacionales a cambio de más ayuda financiera. «Esperamos una participación dinámica y masiva en la huelga y en la marcha hacia el centro de Atenas. Tendremos a trabajadores, desempleados, jóvenes, 48 horas en las calles», dijo el líder del sindicato ADEDY, Spyros Papaspyros, a Reuters.
Los sindicatos griegos prometieron abarrotar las calles del centro de Atenas el martes al comienzo de una huelga de dos días para protestar contra las dolorosas medidas de austeridad demandadas por los prestamistas internacionales a cambio de más ayuda financiera. «Esperamos una participación dinámica y masiva en la huelga y en la marcha hacia el centro de Atenas. Tendremos a trabajadores, desempleados, jóvenes, 48 horas en las calles», dijo el líder del sindicato ADEDY, Spyros Papaspyros, a Reuters.
Con Grecia al borde de la bancarrota, el Parlamento debe votar esta semana un paquete que incluye recortes de gasto, aumento de impuestos y privatizaciones acordado como parte de un préstamo destinado a evitar el primer impago de deuda de la zona euro.
El primer ministro heleno, Georgios Papandreu, pidió el lunes a los diputados que respaldaran las medidas en dos votaciones, el miércoles y el jueves, que según dijo representaban la última oportunidad para que Grecia saliera a flote.
Las autoridades de la zona euro están trabajando con bancos y aseguradoras para diseñar un plan en el que los tenedores de bonos privados puedan compartir la carga de una mayor financiación para Grecia sin provocar que las agencias de rating declaren una suspensión de pagos selectiva.
Los políticos de la UE también están estudiando los planes de contingencia para mantener a flote a Grecia con liquidez de emergencia si el Parlamento fuera a rechazar todo o parte del paquete, dijeron tres fuentes de la eurozona a Reuters el lunes.
El plan de austeridad ha causado un profundo enfado entre los griegos, desilusionados con años de corrupción política e ineficiencia y ahora amargamente resentidos por las condiciones impuestas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Después de semanas de protestas y huelgas, ADEDY, el sindicato del sector público que representa a medio millón de de funcionarios y GSEE, que representa a 2 millones de trabajadores del sector privado, esperan presionar a los parlamentarios antes de las votaciones.
Se espera que el transporte local se pare, y que los paros de los controladores aéreos afecten a las aerolíneas. Las salidas de ferrys desde el puerto del Pireo en Atenas también se vieron afectadas, aunque otros puertos operaban con normalidad.
También se esperaba que servicios de correos, hospitales y muchas empresas privadas se vieran afectadas.
Recesión
Está previsto el despliegue de más de 5.000 policías en el centro de Atenas, especialmente para proteger el Parlamento, el foco de semanas de protestas de los manifestantes, que han acampado en la vecina plaza Syntagma.
La plaza estaba muy tranquila en una soleada mañana de martes, pero los manifestantes han convocado las principales protestas para que coincidan con los paros y han dicho que intentarán rodear el edificio del Parlamento e impedir la entrada de los diputados.
Grecia está inmersa en su peor recesión desde la década de los 70, con una tasa de desempleo juvenil de más del 40 por ciento y con sus finanzas públicas sacudidas por una deuda equivalente al 150 por ciento del Producto Interior Bruto.
Con un déficit profundo e incapaz de pedir préstamos a los mercados financieros, Grecia depende de la ayuda internacional.
Una quiebra extendería el contagio alrededor del área de moneda única de 17 naciones y causaría una conmoción profunda a la economía mundial.
Vigilados por 5.000 policías desplegados en el centro de Atenas, miles de manifestantes se congregaron frente al Parlamento para repudiar el ajuste, que se suma a otro ya adoptado el año pasado que contribuyó a elevar el desempleo a un 16%.
Trabajadores de todos los ámbitos, desde médicos y choferes de ambulancia a obreros fabriles y actores adhirieron o prometieron adherir al paro de dos días, la cuarta huelga general del año contra las medidas de austeridad y en reclamo de un nuevo rumbo.
Cientos de vuelos fueron cancelados o reprogramados por un paro de 4 horas de los controladores aéreos que comenzó a las 8. Otra retención de tareas de 4 horas más está prevista para la tarde.
Los trastornos se magnificaron por una huelga casi total del transporte público que se sintió sobre todo en Atenas, donde hubo grandes embotellamientos por la inusual cantidad de autos particulares.
Un grupo de trabajadores bloqueó el puerto del Pireo -el más importante de la zona Atenas y uno de los más activos del país- e impidó que zarparan los transbordadores, un medio de transporte vital en una nación con tantas islas como Grecia.
Los ministerios, las empresas estatales y los bancos secundaban ampliamente la medida de protesta, informó la agencia de noticias DPA.
«La situación que están sufriendo los trabajadores es trágica, y estamos cerca de niveles de pobreza», dijo Spyros Linardopoulos, un dirigente del sindicato PAME en el bloqueo al Pireo.
«El gobierno declaró la guerra y a esta guerra responderemos con guerra», agregó, citado por la cadena CNN.
Los sindicatos, la mayoría de la sociedad y la oposición política rechazan el nuevo ajuste por 28.000 millones de euros y un programa de privatizaciones por otros 50.000 millones que los diputados debaten desde ayer.
Los acreedores de Grecia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), exigen que el ajuste sea aprobado este mes para entregar a Grecia 12.000 millones de euros sin los cuales el país caerá en default en unos 15 días.
El dinero corresponde al quinto tramo de un préstamo de «rescate» de 110.000 millones de euros otorgado a Grecia el año pasado cambio de un primer ajuste que incluyó recortes salariales y de pensiones, aumentos de impuestos y suba de edad jubilatoria.
La huelga fue convocada por los principales sindicatos, pero a ella se suman un movimiento ciudadano surgido a través de Internet y denominado «ciudadanos indignados».
Los indignados, inspirados por el movimiento homónimo español, prometieron bloquear mañana el edificio del Parlamento para evitar la prevista votación sobre el nuevo programa de ahorro.
El primer ministro, el socialista Giorgos Papandreu, apeló ayer a los diputados a honrar su «conciencia patriótica» y votar a favor del ajuste.
Además, este ahorro estricto es una condición indispensable para aprobar un segundo préstamo para Grecia de 120.000 millones de euros, al que darán el sí definitivo el próximo fin de semana los ministros de Finanzas de la UE.
Los socialistas en el gobierno cuentan con una mayoría de 155 diputados en el Parlamento de 300 escaños. Dos de sus parlamentarios ya anunciaron que «con las actuales circunstancias» no pueden apoyar el paquete de medidas. (Télam)