Importantes avances producto de la lucha de los estudiantes y trabajadores de la ULA
Durante más de dos semanas del mes de febrero, los trabajadores y obreros realizaron una protesta de brazos caídos, tomando las dependencias universitarias para ejercer presión sobre el rector Mario Bonucci para cumpliera con sus compromisos laborales, tales como la dotación de uniformes a los trabajadores, ya que desde hace mas de 3 años no la reciben; el arreglo de maquinaria y planta física de los tres comedores que tiene la ULA, la disminución a 20 años laborales para la jubilación de los trabajadores del comedor; reubicación y ascenso de los trabajadores, pago de cesta tickets, arreglo de las unidades de transporte, contrato fijo y paso a tiempo completo de centenares de trabajadores que se encuentran bajo contrataciones precarias.
Durante más de dos semanas del mes de febrero, los trabajadores y obreros realizaron una protesta de brazos caídos, tomando las dependencias universitarias para ejercer presión sobre el rector Mario Bonucci para cumpliera con sus compromisos laborales, tales como la dotación de uniformes a los trabajadores, ya que desde hace mas de 3 años no la reciben; el arreglo de maquinaria y planta física de los tres comedores que tiene la ULA, la disminución a 20 años laborales para la jubilación de los trabajadores del comedor; reubicación y ascenso de los trabajadores, pago de cesta tickets, arreglo de las unidades de transporte, contrato fijo y paso a tiempo completo de centenares de trabajadores que se encuentran bajo contrataciones precarias.
Los trabajadores de la Universidad de los Andes no se dejaron intimidar y se mantuvieron en pie de lucha, a pesar de la campaña de declaraciones emitidas por la autoridades administrativas de la Universidad de Los Andes en contra de los trabajadores y obreros, calificándolos de «violentos», «anarquistas», y hasta «golpistas»; a pesar de las exigencias del viceministro Jehyson Guzman de parar la huelga y abrir un dialogo; y del intento de los medios de comunicación de amedrentar la huelga de los trabajadores. La lucha continuó con el acompañamiento de varios estudiantes de diferentes escuelas.
En el transcurso de esta protesta laboral se unieron varios estudiantes con la voluntad de apoyar a los trabajadores, ya que el sector estudiantil estaba siendo gravemente afectado por la suspensión del servicio de los comedores universitarios, pero la responsabilidad del conflicto recaía claramente sobre las autoridades universitarias. Se realizaron varias asambleas obrero-estudiantiles para unir fuerza en contra de los ataques a los derechos de los trabajadores por parte de la autoridades rectorales. Asambleas que devinieron en la decisión de concentrar a todos los trabajadores y estudiantes frente al rectorado, exigiendo una reunión entre los dirigentes del Soula y el Rector y su equipo. El rector maniobró para incluir en la reunión a representantes de los grupos estudiantiles de derecha Mov. 13 y 100% Estudiantes, quienes eran contrarios a la protesta de trabajadores y estudiantes. En respuesta los trabajadores y los estudiantes en lucha se mantuvieron frente al rectorado y exigieron que las autoridades universitarias asumieran un diálogo serio. Más adelante intervino la delegada en Mérida de la Defensoría del Pueblo, Alide J. Peña, lográndose un acuerdo con el Vicerrector Administrativo, Manuel Aranguren, y los decanos de Farmacia, Ingeniería, Humanidades y FACES, acordando que la realización al día siguiente de una Asamblea General para que fuesen escuchadas de manera formal las exigencias laborales y estudiantiles. Debido a la conducta provocadora del rector Bonucci, los trabajadores exigieron que no participara en la Asamblea.
En la Asamblea se expusieron todos los puntos de los trabajadores y los estudiantes, pero los representantes de las autoridades universitarias no asumieron ningún compromiso, escudándose en que la única instancia facultada legalmente para ello es el Consejo Universitario. Los estudiantes exigieron el aumento de las becas a medios salario mínimo y las preparadurías a salario mínimo, e insistieron en que las autoridades cumplan su compromiso de construir la sede de la Escuela de Medios Audiovisuales, y que se edifique también una sede para la Escuela de Ciencias Políticas.
Después de varios inconvenientes y retrasos, el CU que había sido pautado primeramente para el lunes 21 de febrero a las 10am, comenzo a las 4pm, lo cual refleja la severa crisis que afectó a la dirigencia universitaria frente a la justa protesta de los trabajadores y estudiantes. En el CU se acordó enviar una comisión a Caracas para dialogar con la Directora de la OPSU Tibisay Hung y el Viceministro de Educacion Universitaria, Jehyson Guzmán. Reunión que se dio el Miércoles 23 de Febrero en las instalaciones del Ministerio, con la participación del Rector, el secretario y los vicerrectores, y un representante de cada gremio. Pese a encontrarse en la acera contraria a la de la lucha obrero-estudiantil, también participaron en la reunión Mervin Maldonado, del Psuv, yLiliana Guerrero y Aimara Guzmán, en representación de la FCU. En representación de los estudiantes en lucha, participaron tres estudiantes de Ciencias Políticas. Hay que señalar que nuestro colectivo viene acompañando esta lucha contra el fraude laboral desde el año 2009.
En la reunión cada uno de los representantes opino e incluyo sus requerimientos a la lista de pedimentos. Entre otras cosas, la reunión permitió ventilar el desastre administrativo de la universidad, que se expresa no sólo en la violación sistemática de los derechos de los trabajadores y el incumplimiento del contrato colectivo, sino en el desorden en la distribución de los cargos, ya que hay áreas con serios déficits de personal y otras áreas tienen más personal del requerido, cumpliendo cuatro trabajadores, a veces, las tareas de uno solo. Esta situación desastrosa es responsabilidad de todos los rectores que han ejercido el cargo en los últimos veinte años, todos ellos vinculados a partidos políticos de la derecha; entre ellos el copeyano Léster Rodríguez, quien para conseguir votos en su campaña para la alcaldía de Mérida, realizó contrataciones desordenadas y sin la necesaria disponibilidad presupuestaria. Los representantes de los Núcleo Tachira y Trujillo exigieron mejoramiento físico de sus instalaciones y algunas exigencias similares a las de Mérida como fue los cargos fijos a los vigilantes. Los estudiantes insistieron en la solicitud de aumento de becas a medio salario minimo y a salario minimo el pago de los preparadores, y reforzaron los requerimientos de los trabajadores, planteando que no se podía levantar la protesta hasta tanto no se cumpliera con las justas exigencias de los trabajadores, y exigiendo además la suspensión de las clases. Esta posición combativa y de verdadero compromiso de clase, generó la respuesta contraria de los estudiantes de la derecha y el Psuv. En esta misma línea, el viceministro Guzmán respondió diciendo que ningún estudiante podía pedir la suspension de las clases, ya que la universidad es una casa de estudio, solo para eso existe. Un argumento peregrino propio de burócratas antiobreros y antiestudiantiles.
El Rector alegó que se perdería demasiado dinero, aunque no escatimó en gastar recursos para implantar un costoso plan de contingencia para esquirolear la huelga de los comedores, adquiriendo alimentos a restaurantes populares de la ciudad de Mérida. El rector y el viceministro, pese a militar uno en la derecha y el otro en el gobierno, dejaron de lado sus diferencias para cerrar filas contra la integridad de los trabajadores y obreros que trabajan en condiciones pésimas y de explotación.
Concluyendo la reunión se acordó que el Ministerio de Educación Universitaria enviaría una comision a la ciudad de Merida, conformada por varias secretarias, el viceministro y algunos supervisores para que evaluaran la situación, y así organizar a los diferentes gremios en mesas de diálogo donde evaluarían sus solicitudes y al mismo tiempo formaran parte de las diferentes licitaciones en los que se ve involucrado cada gremio, como un avance en el sentido de una mayor contraloría social del gasto universitario. La directora de la OPSU y la Ministra prometieron cancelar las deudas del año 2010 y el retraso del 2011. A cambio, le pidieron a los trabajadores y obreros que abrieran dos de los tres comedores, mientras reparaban uno, puesto que el vicerrector administrativo aseguró que un grupo de mecánicos ya había ido, ese mismo día, a estudiar las instalaciones y comenzarían a repararlo el Viernes 25 de febrero. Acuerdo al que se opusieron los trabajadores ya que implicaría desconocer la exigencia de dotación de uniformes e implementos de seguridad. Como respuesta, Jehyson Guzmán se enfureció y los amenazó con recurrir a «otras medidas», de carácter represivo.
Al final, los trabajadores aseguraron que trabajarían a paso de morrocoy hasta que no se cumplieran las solicitudes inmediatas. Se llega así a una semi tregua en esta lucha de clases universitaria. En el marco de esta pelea estudiantil y obrera, se ventiló la necesidad de que estudiantes y trabajadores gocen de igualdad de derechos políticos dentro de la universidad, con la exigencia de voto para los trabajadores, y que todos los cargos administrativos sean producto de elecciones. De tal manera que esta alianza de estudiantes y trabajadores ha avanzado en el reconocimiento de la legitimidad de sus reclamos, y han comenzado a cuestionar en los hechos la estructura centralizada, burocrática, y antidemocrática de la universidad, torciéndole el brazo con la movilización y la protesta a las autoridades universitarias y al gobierno, obligándolos a incluir a trabajadores y estudiantes en la discusión de los presupuestos, e involucrándose en la resolución de problemas en los que solo ellos conocen directamente, y conocen las soluciones.
Centenares de trabajadores y estudiantes hemos aprendido a través de la experiencia directa, que sólo la movilización permanente permite conquistar los derechos que el gobierno y las autoridades nos niegan. Y en esta semi tregua nos preparamos para la próxima contienda, en la que estudiantes y trabajadores unidos en lucha desenmascaremos a los falsos revolucionarios y los falsos demócratas, y movilizados impondremos en las calles y en las instalaciones universitarias el respeto a nuestros derechos.