Informe de la ONU refleja violaciones a DDHH por parte de El Vaticano

5 de febrero.- La ONU, tradicionalmente un aliado silencioso de El Vaticano, rompió su silencio ante las escandalosas evidencias acerca del encubrimiento sistemático de abusos sexuales contra niños y niñas por parte de la Iglesia Católica y el Estado Vaticano. El Comité de los Derechos de los Niños de la ONU pidió a la dirigencia católica entregar a los pederastas a las autoridades para su procesamiento judicial. El Vaticano reaccionó negativamente, acusando a la ONU de atentar contra la «moral católica».

5 de febrero.- La ONU, tradicionalmente un aliado silencioso de El Vaticano, rompió su silencio ante las escandalosas evidencias acerca del encubrimiento sistemático de abusos sexuales contra niños y niñas por parte de la Iglesia Católica y el Estado Vaticano. El Comité de los Derechos de los Niños de la ONU pidió a la dirigencia católica entregar a los pederastas a las autoridades para su procesamiento judicial. El Vaticano reaccionó negativamente, acusando a la ONU de atentar contra la «moral católica».

El informe denuncia el tristemente célebre «código de silencio» empleado por la Iglesia Católica ante crímenes sexuales cometidos por sus curas en contra de menores de edad, así como el traslado de los abusadores de parroquia en parroquia, para permitirles seguir delinquiendo bajo el manto de la impunidad.

«El Comité está seriamente preocupado porque la Santa Sede no ha reconocido las dimensiones de los crímenes cometidos, no ha tomado las medidas necesarias para responder a los casos de abusos sexuales de niños y para proteger a los niños, y ha adoptado políticas y prácticas que llevaron a la continuación de los abusos y a la impunidad de los perpetradores», dice el informe.

Estos abusos han sido denunciados durante décadas, pero con especial profusión de evidencias en los últimos años. La crisis en la estructura católica incluso llevó al Papa Ratzinger a renunciar, siendo sustituido por el argentino Bergoglio. También quedaron al descubierto los vínculos del papa polaco Juan Pablo II con las redes de explotación sexual dentro de la Iglesia Católica, particularmente en México.

«Debido a un código de silencio impuesto a todos los miembros del clero bajo pena de excomunión, los casos de abusos sexuales de menores rara vez han sido reportados a las autoridades en los países donde ese tipo de crímenes ocurrieron», explica el informe.

«Por la seguridad de los niños, esperamos que cada jefe de Estado del planeta lea esto y tome medidas», dijo Barbara Blaine, de la Red de Sobrevivientes de los Abusos de los Curas.

También fueron denunciadas las prácticas de esclavismo realizadas por la Iglesia Católica, como en el caso de las lavanderías Magdalene en Irlanda, donde se obtenía mano de obra gratuita de niñas recluidas. Hasta los momentos, la Iglesia Católica se niega a indemnizar a las víctimas de estas prácticas o a castigar a sus ejecutores y beneficiarios.

El arzobispo Silvano Tomasi, dijo que la ONU no puede presionar a la Iglesia Católica para modificar métodos que considera «no negociables». Según el cura, el informe fue influenciado por organizaciones no gubernamentales que promueven el matrimonio homosexual.

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