Irlanda: 100.000 manifestantes toman calles de Dublin, el gobierno tambalea
Foto: Policía enfrenta a manifestantes a las puertas de la oficina del premier irlandés.
Unos 100 mil manifestantes tomaron hoy las calles de la capital irlandesa en protesta al plan de recortes del Gobierno para salvar los bancos y el millonario rescate financiero del FMI y la Unión Europea (UE).
Foto: Policía enfrenta a manifestantes a las puertas de la oficina del premier irlandés.
Unos 100 mil manifestantes tomaron hoy las calles de la capital irlandesa en protesta al plan de recortes del Gobierno para salvar los bancos y el millonario rescate financiero del FMI y la Unión Europea (UE).
Pese al frío y la fuerte nevada, afiliados de los principales sindicatos del país europeo marcharon hasta el centro de Dublín por la calle de O’Connell para manifestar su inconformidad con el programa de austeridad anunciado por el primer ministro Brian Cowen para los próximos cuatro años.
La administración de Cowen pretende resolver los problemas de la deuda, la falta de liquidez de los bancos irlandeses y el profundo déficit fiscal con un duro recorte de gastos públicos en el orden de los 15 mil millones de euros.
Organizadores de la marcha cifraron la participación en unos 100 mil o 150 mil manifestantes, mientras la policía calculó la presencia de hasta 50 mil personas.
Encabezada con grandes carteles de críticas a Cowen y al ministro de Finanzas Brian Lenihan, la protesta pacífica fue seguida de cerca por cientos de agentes policiales y de seguridad.
Mick Wallace, constructor afectado por la caída de la industria, dijo que es hora de que Irlanda se sienta con más frecuencia y fuerza.
Es hora de cambiar y oponernos abiertamente a lo que está pasando, afirmó Wallace en alusión al descontento con la política del gobierno por imperio de la UE y el Fondo Monetario Internacional.
Trabajadores y sindicalistas demostraron enojo ante lo que consideran humillación por tener que ser rescatados por el FMI y Europa.
Imagen activaSegún los organizadores de la marcha más grande hasta ahora, el llamado Tigre Celta -como se conoce también a la nación nórdica- está en peligro de perder su soberanía y el control de la economía con la intervención de la UE y el organismo crediticio.
El Congreso Irlandés de Sindicatos (ICTU, por sus siglas en inglés) advirtió que el plan de austeridad, centrado en los recortes de gastos y subida de impuestos, asestará un daño irreparable y convertirá a Irlanda en un desierto social y económico.
Para el secretario general de la confederación sindical, David Begg, resulta difícil ver una justificación, sea económica, social o incluso moral, en lo que el Gobierno propone hacer y «nos opondremos a ellos -dijo- de todas las maneras posibles».
La terapia propuesta por el gabinete de Cowen apunta a una reducción del volumen de la deuda pública en un tres por ciento respecto al Producto Interno Bruto y a un ahorro de unos seis mil millones de euros, de los cuales tres mil millones corresponden a las prestaciones sociales del Estado.
Se prevén asimismo la eliminación de más de 24 mil puestos de trabajo en el sector público y aumentos de impuestos.
El articulista del periódico The Irish Times, Fintan O’Toole, aseveró que el Gobierno ha declarado la guerra a los más pobres al empeñarse en salvar de la quiebra al sistema bancario nacional, el principal responsable de la grave crisis económica.
Los sindicatos protagonizaron una protesta la semana pasada para repudiar la presencia en Dublín de representantes del FMI y de la UE, encargados de negociar el rescate de unos 85 mil millones de euros.
Cuando el primer ministro o Taoiseach Brian Cowen mantenía a Irlanda en vilo sobre la renuncia de su gobierno y docenas de periodistas esperaban su conferencia de prensa en el monumental edificio del gobierno, un padre tomó de la mano a su hijo y en medio del frío y la lluvia, le señaló el palacio iluminado: “Hijo, hoy es un día histórico. Esta es la nueva república del Fondo Monetario Internacional”. Otros encendían velas de protesta para marcar el fin de la independencia fiscal del país.
Cinco minutos después, el Taoiseach resistía las demandas para dimitir en pleno tras perder al apoyo de los Verdes, los independientes y especialmente los más fieles de su propio partido Fianna Fail, que pedían su renuncia y la convocatoria de elecciones anticipadas en Irlanda para enero. Todo en medio de una crisis financiera que se transformó en política y ha puesto en peligro el paquete de rescate que se está negociando con el FMI, el Banco Central Europeo y la UE.
Las acciones europeas y el euro cayeron en la tarde del lunes junto al costo del crédito para Irlanda, después que los mercados notaran la incertidumbre política en el país y la probabilidad de que el paquete de rescate colapsara.
Agotado, erosionado por la crisis y sin la menor credibilidad frente a su electorado, Cowen dijo que él preveía la disolución del gobierno después de que se apruebe el presupuesto, que está previsto para el 7 de diciembre . Cómo lo hará será otro milagro irlandés. ¿Lo votarán los Verdes en nombre del interés nacional? ¿Lo aceptará la oposición o, aún peor, los miembros del Fianna Fail, que quieren ver a Cowen eyectado de su cargo? Todas preguntas hoy sin respuesta porque la oposición puede abandonar a Cowen y forzarlo a renunciar, a pesar de su falta de voluntad.
“Los intereses del electorado, de toda la gente, no van a ser servidos si demoramos o, peor, si ponemos en dudas los pasos que son necesarios para asegurar nuestra economía y nuestras finanzas futuras”, dijo el premier, rodeado por los miembros de su partido de la coalición gobernante.
“Estoy diciendo que es imperativo para este país que el presupuesto se apruebe. Estoy diciendo que es altamente importante en los intereses de la estabilidad política que esto pase”, aseguró el primer ministro con énfasis.
Así terminaba otro capítulo de esta tragedia griega irlandesa, en un país que quiere diferenciarse del drama helénico y al que los europeos miran con desesperación para que la inestabilidad no se contagie a Portugal y España. Cowen estuvo todo el día bajo la presión de presentar su renuncia y convocar a inmediatas elecciones , para que un gobierno nuevo pueda aprobar el presupuesto y practicar el brutal ajuste con consenso, ante la impopularidad y el descreimiento que la actual coalición carga.
Colegas de su propio partido se reunieron con la oposición pidiendo su renuncia después del bailout del FMI y el BCE, cuyo plan será anunciado oficialmente mañana.
El diputado de la coalición gobernante Fianna Fail, Christ Andrews, dijo que “el Taoiseach perdió la confianza de la opinión publica” y es “irreal” que el presupuesto vaya a pasar por el Parlamento . Los Verdes, que pidieron las elecciones anticipadas, se quedarán en el gobierno hasta después de tratarse el presupuesto.
El presupuesto no es otro que la equitativa distribución del brutal plan de austeridad , que será anunciado mañana por el gobierno, tras ser discutido con la Troika europea y el FMI.
Irlanda va a sufrir con el plan de ajuste y los bancos van a ser reestructurados: probablemente queden la mitad. La tarifa de hora mínima de trabajo será reducida de 8,65 a 7,65 euros. Los fondos para el Estado de bienestar serán recortados en un 5%. Veinte mil trabajos del sector publico van a desaparecer y habrá un impuesto a las propiedades.
El objetivo es reducir el déficit público del 32% del PBI al 3 por ciento, la cifra permitida por la UE, en 2014.