Con el Petro sigue el calvario de la clase trabajadora activa y jubilada

Por Laclase.info

Caracas, 29 de diciembre de 2019.- El pasado 19 de noviembre, Nicolás Maduro anunció el pago  de un bono navideño de medio petro a las trabajadoras y trabajadores del Estado y a las pensionadas y pensionados, que tiene un monto de 1.300.000 bolívares, solo 26 dólares. Como en otras ocasiones, ese bono fue presentado como un regalo del gobierno chavista a la clase trabajadora jubilada y activa del país.

Al contrario, el medio petro asignado por el gobierno chavista es una forma de contener el rechazo popular y compensar a la clase trabajadora jubilada y activa que con su fuerza de trabajo sostuvo y sostiene ahora en circunstancias críticas a los sistemas educativos, sanitarios y de seguridad social; la limpieza y mantenimiento de los espacios públicos; las empresas estatales y los diferentes servicios públicos. Esto a pesar de la sobreexplotación laboral y la precariedad impuesto por la destrucción del salario, el recorte de beneficios laborales y el desfinanciamiento gubernamental que ha implicado el paquete antiobrero y antipopular de Nicolás Maduro.

El medio petro puede ser subastado en el sistema creado por el gobierno chavista o utilizado en las tiendas estatales y privadas que tienen el biopago del Banco Venezuela. Por supuesto, un activo como el Petro que su valor es definido unilateralmente por el gobierno de Nicolás Maduro nadie lo va adquirir a su valor en las subastas, y eso ha obligado a aquellas y aquellos que recibieron el medio petro a invertir una parte considerable del tiempo de las fiestas decembrinas en largas colas para comprar alimentos, bienes de higiene personal y vestimenta. Claro, en un país como Venezuela donde la suma del salario mínimo y el bono de alimentación oficial solo son 6 dólares mensuales, es normal que los receptores del medio petro estén obligados a utilizar ese dinero para sobrevivir.

Según la retórica oficial, el empleo del Petro es una forma de combatir la depreciación del bolívar con respecto al dólar, porque los receptores directos del medio petro no pueden cambiarlo a bolívares y con nuestra moneda demandar dólares. Eso es risible y falso. Ningún trabajador del Estado o pensionada que tiene un ingreso mensual de 300 mil Bs o 150 mil Bs, que no le permiten cubrir ni el 4% de la canasta alimentaria, va a recibir 1.300.000 Bs y con ese dinero va a comprar dólares.

En realidad, los grandes comerciantes que tienen biopago son los que van a demandar dólares para reponer las mercancías importadas compradas por los receptores del medio petro y atesorar las enormes ganancias obtenidas con esas ventas. Esos comerciantes que en la mayoría de las ocasiones tienen vínculos con los jerarcas del gobierno de Nicolás Maduro son los grandes beneficiados, porque el uso del biopago ha canalizado una demanda comercial cautiva a sus tiendas y eso le permite imponer sobreprecios a las mercancías. Esto último hace que los receptores del medio petro paguen sumas más altas por las mercancías y pierdan parte de los 1.300.000 Bs en esa especulación comercial.

Por otra parte, en localidades del interior del país no hay tiendas con biopago, entonces han aparecido especuladores que compran el medio petro por mucho menos de su valor, los 1.300.000 bolívares, y, después, seguro lo van a cambiar por mercancías en tiendas con biopago ubicadas en las ciudades o por bolívares con un biopago solo utilizado para esa operación especulativa. Todos esos problemas y situaciones que padecen los miembros de la clase trabajadora activa y jubilada que han recibido el medio petro ocurren porque el gobierno de Nicolás Maduro se quiere presentar como benefactor, cuando en realidad ha destruido el salario y los beneficios laborales de las trabajadoras y trabajadores de Venezuela.

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