José Carlos Mariátegui vive y combate
El 16 de abril de 1930 falleció José Carlos Mariátegui a la edad de 36 años. Es considerado uno de los más lúcidos marxistas a escala latinoamericana y mundial. Su legado teórico hasta ahora sigue causando controversia porque su pensamiento estuvo a contracorriente del comunismo oficial de la década del 20 al 30 del siglo pasado.
El 16 de abril de 1930 falleció José Carlos Mariátegui a la edad de 36 años. Es considerado uno de los más lúcidos marxistas a escala latinoamericana y mundial. Su legado teórico hasta ahora sigue causando controversia porque su pensamiento estuvo a contracorriente del comunismo oficial de la década del 20 al 30 del siglo pasado.
Fundó el Partido Socialista en setiembre de 1928. También impulsó la fundación de la CGTP que se inició en mayo de 1929, suprimida por la dictadura de Luis M. Sánchez Cerro en noviembre de 1930, fue refundada en junio de 1969. Estableció las premisas del programa del Partido Socialista, zanjó con los intelectuales de la cultura criollo-oligárquico sosteniendo la inviabilidad de la modernización del capitalismo y en consecuencia el agotamiento de la democracia liberal; de igual manera, con el nacionalismo de ese entonces: el aprismo de Haya de la Torre, señalando los límites de una simple lucha anti-imperialista y la trampa que implicaba ceñirse a una “revolución democrática de nuevo tipo”; también se enfrentó a los dirigente de la III Internacional pero en ánimo de mantenerse en esta organización sin claudicar en su concepciones básicas hizo algunas concesiones. Desde el punto de vista programático Mariátegui sostuvo enfáticamente: “…proclamamos que éste es un instante de nuestra historia en que no es posible ser efectivamente nacionalista y revolucionario sin ser socialista, de otro lado no existe en el Perú, como no ha existido nunca, una burguesía progresista, con sentido nacional,…” (p.38, Los 7 Ensayos). Sobre el carácter de la revolución para él no había término medio, escuchémosle: “En nuestra bandera, inscribimos esta sola, sencilla y grande palabra: Socialismo. (…) La revolución latinoamericana, será nada más y nada menos que una etapa, una fase de la revolución mundial. Será simple y puramente, la revolución socialista. (Aniversario y Balance). Estas afirmaciones están totalmente contrapuestas a la concepción de la revolución por etapas del estalinismo-maoísmo. Sin embargo, Mariátegui parece hacer alguna concesión al estalinismo, como ya hemos afirmado en líneas más arriba, pero sólo es una concesión de forma más no de contenido. En el punto 8 de los “Principios Programáticos del Partido Socialista,” él, afirma: “Cumplida su etapa democrático burguesa, la revolución deviene en sus objetivos y en su doctrina revolución proletaria.” El proletariado, como dirigente de la revolución, apoyado por los campesinos, realiza las tareas democrático burguesas inconclusas, pero, al mismo tiempo la realización de sus propias demandas, por eso, el proceso revolucionario cobra un carácter combinado e ininterrumpido o permanente, la revolución es democrática pero para ser democrática tiene que ser proletaria, socialista, so pena de ser decapitada. Esta idea central está contenida en el punto 5 de los “Principios Programáticos…” que debe unirse al punto 8 para ser cabalmente entendida y evitar la confusión, allí afirma Mariátegui: “Sólo la acción proletaria puede estimular primero y realizar después las tareas de la revolución democrático-burguesa que el régimen burgués es incompetente para desarrollar y cumplir.” Por estas y otras razones, Denis Sulmont en su libro “El Movimiento obrero en el Perú/1900-1956” (pag122), afirma: “En estas conferencias (Sindical, en Montevideo-mayo de 1929-; Primera de Partidos Comunistas Latinoamericanos-junio de 1929-. Mariátegui no pudo asistir a ambas por razones de enfermedad), los dirigente de la Internacional y otros comunistas latinoamericanos criticaron fuertemente al Partido Socialista del Perú y a sus tesis mariateguistas, que les parecían un resurgimiento o la continuación de los errores apristas. Los planteamientos peruanos fueron criticados por `chovinistas,’ ‘trotskystas’… “
La III Internacional a la que Mariátegui se afilió era la que ya había hegemonizado la burocracia stalinista luego de muerto Lenin y expulsado Trotsky de la Unión Soviética. Era la Internacional donde ya se había revisado el marxismo con la concepción de la revolución por etapas y, el socialismo en un solo país que en 1991, al final de cuentas, llevaría a la restauración del capitalismo en la Unión Soviética. Era la Internacional del “Tercer Periodo” del Stalinismo en su fase más sectaria de la imposición a nivel mundial de la lucha de “clase contra clase.” Estas consideraciones determinaron que Mariátegui fuese atacado por quienes representaban el comunismo oficial de ese entonces como un “populista y romántico.” Cuatro puntos centrales estuvieron en controversia: Primero, para Mariátegui la revolución era simple y llanamente socialista. Como el Ché cuando exige revolución socialista o caricatura de revolución. Segundo, para él no existía una clase burguesa patriótica y progresista. Tercero, la relación dialéctica base económica y superestructura ideológica le daba un peso muy importante a este segundo factor donde la voluntad, la ética, la imaginación, la fantasía, el mito jugaban roles importantes en la transformación revolucionaria de la sociedad. Una vez más el recuerdo del Ché: “seamos realistas soñemos lo imposible.” Y cuarto, la exigencia de la revolución socialista tenía también su base en la consideración que el campesino peruano tenía una concepción comunitaria y solidaria muy desarrollada por su vida en los ayllus. La consecuencia más evidente de esta confrontación fue el choque de Mariátegui con Sergio Caller en el Cuzco y Eudocio Ravines en Lima por estar en contra de cambiar el nombre de P. Socialista a P. Comunista y sus concepciones estatutarias y teóricas, terminando con su renuncia de la Secretaría General del P. Socialista. Al mes de muerto Mariátegui fue hecho el cambio. Quien fundó el Partido Comunista del Perú fue Eudocio Ravines su primer Secretario General, el 20 de mayo de 1930, sometiéndolo al férreo control de la burocracia stalinista. Así como Stalin aisló y pretendió liquidar el legado teórico de Lenin ese mismo papel jugó Ravines con respecto a Mariátegui. Posteriormente Ravines se convirtió en sirviente del imperialismo yanqui y de la burguesía terrateniente a través de Pedro Beltrán Espantoso el más conspicuo representante de esa clase. La pregunta es: ¿Porqué El Partido Comunista-“Unidad,” el Partido Comunista “Patria Roja” y el Partido Comunista “Sendero Luminoso,” organizaciones neoestalinistas o estalinistas-maoístas cuyos antecesores rechazaron, tergiversaron o dejaron de lado las ideas esenciales de Mariátegui se reclaman herederos de su legado teórico? Indudablemente que tienen crisis de identidad del cual la historia les pedirá rindan cuentas sin que deje de tener consecuencias en su trayectoria política y en su militancia.
Tercer Periodo del estalinismo en su fase más sectaria de la imposición a nivel mundial de la lucha de clase contra clase. Estas consideraciones determinaron que Mariátegui fuese atacado por quienes representaban el comunismo oficial de ese entonces como un “populista y romántico.” Cuatro puntos centrales estuvieron en controversia: Para Mariátegui la revolución era simple y llanamente SOCIALISTA. Como el Ché cuando exige revolución socialista o caricatura de revolución Segundo, que no existía una clase burguesa patriótica o progresista. Tercero, en la relación dialéctica base económica y superestructura ideológica le daba un peso muy importante a este segundo factor donde la voluntad, la ética, la imaginación, la fantasía jugaban roles importantes en la transformación revolucionaria de la sociedad. Una vez más el recuerdo del Che “seamos realistas soñemos lo imposible”. Y cuarto, la exigencia de la revolución socialista, tenía también su base en la consideración que el campesino peruano tenía una concepción comunitaria y solidaria muy desarrollada por su vida en los ayllus. La consecuencia más evidente de esta confrontación fue el hecho que Mariátegui se enfrentó a Caller en el Cuzco y Ravines en Lima por estar en contra de cambiar el nombre de Partido Socialista a Partido Comunista y las concepciones estatutarias y teóricas del primero, terminando con su renuncia de la Secretaría General del Partido Socialista. Al mes de muerto Mariátegui fue hecho el cambio. Entonces no es cierto que Mariátegui fundó el Partido Comunista Peruano.
¡VIVA JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI!
¡VIVA EL INTERNACIONALSMO PROLETARIO!
¡VIVA LA REVOLUCION SOCIALISTA!