16 noviembre, 2025

La denuncia de Gildo Angulo, las redes multinacionales y la lucha por la nacionalización

El nuevo escándalo de corrupción develado por la denuncia del contralmirante retirado Gildo Angulo, hasta la semana pasada presidente de la empresa estatizada YPFB Transporte (ex Transredes), dependiente de YPFB, sobre la compra de Transredes, muestra nuevamente que la convivencia como “socias” con las multinacionales sólo se puede hacer en perjuicio de las mayorías populares de Bolivia.

El nuevo escándalo de corrupción develado por la denuncia del contralmirante retirado Gildo Angulo, hasta la semana pasada presidente de la empresa estatizada YPFB Transporte (ex Transredes), dependiente de YPFB, sobre la compra de Transredes, muestra nuevamente que la convivencia como “socias” con las multinacionales sólo se puede hacer en perjuicio de las mayorías populares de Bolivia.

La supuesta nacionalización de Transredes fue en realidad la compra de sus acciones perdonándole la deuda impaga de impuestos y deudas varias por 200 millones de dólares. Las multinacionales Shell y Ashmore, socios de Enron, recibieron 240 millones de dólares en una negociación totalmente turbia. Esta es la denuncia de Gildo Angulo, quien fue echado de su cargo a las 72 horas de esta denuncia.

Señaló que cuando YPFB negoció con Transredes para la transferencia de acciones “había otra obligación por incumplimiento de inversiones de unos 58 millones de dólares”.

Dijo Gildo Angulo: “Cuando asumí la presidencia (de YPFB Transporte, el 12 de mayo de este año) me enteré de un pasivo de la empresa de 50 millones de dólares por 29 procesos en litigio. La prueba es que hace poco se congelaron las cuentas de nuestra empresa. Los principales ejecutivos que estaban lo ocultaron y recién hemos podido descubrirlo”.

Agregó que otra deuda mayor fue la ocasionada por la multa a causa del derrame de 29 mil barriles de petróleo en el Desaguadero, el 30 de enero del 2000.

“Durante dos meses estuve investigando (…) El impacto económico tendrá repercusiones en los próximos 20 años, y fue evaluado en 100 millones de dólares que debieron reducirle a los extranjeros antes de comprar el paquete accionario”.

Dijo que las deudas debieron ser asumidas por “los socios de Enron y Shell y las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones) en relación a la compra del paquete accionario”. “Sacar flujo de caja, como se lo está haciendo, es un crimen”.

El presidente de YPFB, Carlos Villegas, responsable de esta transacción, se defendió diciendo que Transredes pretendía cobrar 1000 millones de dólares y que entonces era buen negocio pagarle lo que le pagaron y perdonarle la deuda.

¡Es increíble que después de todo lo sucedido en el país, el presidente de YPFB designado por el gobierno diga semejante barbaridad!

El mismo Villegas afirmó que Transredes antes de la nacionalización ganaba 300 millones de dólares al año. Resulta que gracias a la capitalización de Sánchez de Losada esas ganancias pasaron a la Enron, sin que tuviera que poner prácticamente nada. No hicieron ningún gasoducto nuevo. Inventaron “inversiones” falsas con la complicidad del gobierno de Sánchez de Losada. Así, a razón de 300 millones por año, se embolsaron unos más de 3000 millones de dólares, parte del enorme saqueo al pueblo boliviano. Y resulta que ahora Carlos Villegas les perdona las deudas de impuestos para que no le cobren al país otros 1000 millones. ¡Con esa excusa pueril les regala a las empresas imperialistas 240 millones de dólares adicionales a todos lo que saquearon!

Con 240 millones de dólares se podría, por ejemplo, haber instalado redes de agua y gas a domicilio, alcantarillado y el hospital de tercer nivel que reclama desde hace años la heroica ciudad de El Alto, creando además muchos puestos de trabajo, y aún hubiera sobrado dinero. ¡Pero se lo regalaron a las multinacionales!

¿Impericia absoluta, ingenuidad o simple y común corrupción? ¡El gobierno que habla del “control social”, que figura en la nueva Constitución, no informó al pueblo de semejante exigencia de las multinacionales!

¿Fracasó la nacionalización?

Ahora pretenden aprovechar de esto los que siempre estuvieron a favor de las multinacionales y los saqueadores, como por ejemplo el ex ministro de Hacienda Dante Pino, del gobierno de Sánchez de Losada, acusado por cómplice de la masacre de octubre del 2003, y en general toda la derecha, para concluir que “fracasó la nacionalización” y así atacar esa idea por la que corrió sangre del pueblo.

Pero, no hay ningún fracaso de la nacionalización, lo que ocurre es precisamente que esa nacionalización no se llevó a cabo. El propio decreto de nacionalización del 2006 establecía la “sociedad” con las multinacionales. La historia latinoamericana demostró una y mil veces que es una “sociedad” casi imposible, entre los pueblos y las multinacionales. Pero, de ese decreto se retrocedió y esto incluso llevó a la renuncia del ex ministro Andrés Soliz Rada. En diciembre del 2006 se firmaron 44 contratos, refrendados por el Congreso con total apoyo de la derecha. ¡Resulta que los defensores de las multinacionales de toda la vida, fueron los que refrendaron los contratos de “nacionalización” junto con el MAS! ¿Acaso habían recuperado su patriotismo los entreguistas del neoliberalismo? ¿O fue un reacomodamiento obligado de las multinacionales y sus agentes a sueldo?

Lamentablemente lo sucedido en Transredes es parte de un retroceso general en el propio decreto de nacionalización. YPFB quedó sin presupuesto y amarrada como una empresa que no puede administrar los hidrocarburos, que no produce, que deja que sigan siendo las petroleras extranjeras las que manejan el negocio, es decir que sigue el saqueo, y que incluso no hacen las inversiones a las que se han comprometido llevando a un retroceso en la producción. Las multinacionales volvieron a tejer su densa red de saqueo y corrupción, adonde están los que estuvieron siempre, y asociando ahora a funcionarios del gobierno, como lo mostraron los hechos de Transredes y los negociados de Santos Ramírez.

Pero corrupción no es solo el resultado de funcionarios corruptos, sino que proviene en primer lugar de las propias multinacionales que son las que corrompen, y de una política de sociedad con ellas. Esta sociedad con las multinacionales es lo que llevó a ese resultado. Y no puede llevar a otro resultado mejor. Y los funcionarios decentes que denuncian son desplazados como sucedió en su momento con Andrés Soliz Rada, Enrique Mariaca, Víctor Hugo Sainz y ahora Gildo Angulo.

¿Y con quién se reemplaza a Gildo Angulo en la presidencia de YPFB Transporte? Con el economista Cyro Camacho Chávez, gonista, vinculado al período más negro de la entrega neoliberal, cuando Carlos Miranda era superintendente de Hidrocarburos y Sánchez de Losada presidente. Así se vuelven a tejer las redes de entrega y corrupción de las multinacionales y se expulsa a los “molestos” que defienden el patrimonio nacional.

¡No tenemos dinero para inversión! chillan los defensores de las multinacionales. Pero, ¿y todo eso que se les pagó no serviría para inversión acaso?. Y si, además, las propias multinacionales invierten poco y nada. Y en toda la historia boliviano se llevaron varias veces lo que pusieron.

Expropiarlas sin pago alguno, expulsarlas del país y encarcelar a los ejecutivos hasta que no devolvieran lo que robaron a Bolivia. Esto es lo que habría que haber hecho. ¡Esto es lo que hay que hacer! Porque es la única posibilidad de que por primera vez en cinco siglos, las riquezas naturales queden en Bolivia y sirvan para las mayorías populares, para que haya trabajo y se termine con la pobreza. Ni más ni menos que lo que gritaba el pueblo en las calles en aquellas sangrientas y heroicas jornadas del 2003.

El pueblo boliviano no ha sido derrotado, la Agenda de Octubre, que el gobierno abandonó en aras de la sociedad con las multinacionales, sigue siendo una necesidad y posibilidad de lucha.

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