La mayoría de los israelíes judíos apoya el régimen de apartheid

El hecho de que la mitad de la población judía israelí apoye la limpieza étnica de los ciudadanos palestinos de Israel no es noticia. Que el 59% de los judíos israelíes apoyen la legalización e institucionalización de la discriminación racial de los ciudadanos palestinos originarios de Israel no es ninguna sorpresa. Encuestas anteriores han mostrado cifras consistentes. Sigue siendo importante que Gideon Levy amplíe este asunto.

El hecho de que la mitad de la población judía israelí apoye la limpieza étnica de los ciudadanos palestinos de Israel no es noticia. Que el 59% de los judíos israelíes apoyen la legalización e institucionalización de la discriminación racial de los ciudadanos palestinos originarios de Israel no es ninguna sorpresa. Encuestas anteriores han mostrado cifras consistentes. Sigue siendo importante que Gideon Levy amplíe este asunto.

Lo que no deja de sorprender, sin embargo, es que tanto la mayoría de los israelíes (incluidos los periodistas y profesionales liberales) como los partidarios del apartheid israelí, los académicos más «radicales» y anarquistas de los EE.UU. que supuestamente apoyan los «derechos de los palestinos» -sólo del 38% de los palestinos-, y los sionistas más ardientes siguen propagando una definición propia de apartheid absolutamente falsa.

Aquí y en otros artículos Levy reitera la suposición absurda de que sólo cuando los judíos israelíes se convirtieron en una minoría en la Palestina histórica (48 + 67 áreas) se calificó a Israel de Estado de apartheid. No se puede culpar a Levy; como muchos académicos israelíes, políticos y partidarios del apartheid israelí en Occidente, ha repetido esta falacia en muchas ocasiones. Esta premisa minoría-mayoría que se considera una condición para calificar un régimen de apartheid, sin embargo, se basa en la falta de conciencia acerca de la definición de la ONU del crimen de apartheid y su reiteración, ya que a menudo Israel redefine el término. De cualquier manera, la afirmación subyacente aquí es que Israel sólo podría calificarse de Estado de apartheid en el caso de que ocurriera lo mismo que en Sudáfrica en la época, donde un grupo racial minoritario ejercía una opresión sistemática sobre la mayoría de la población. Esta es una suposición falsa, sin más.

Según la Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen del Apartheid (aprobada por la ONU en 1973), y más concretamente según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional , del año 2022, la definición del crimen del apartheid es la siguiente:

“Actos inhumanos… cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre cualquier otro grupo o grupos raciales y cometidos con la intención de mantener ese régimen”.

Aquí el término «racial» sigue la definición amplia adoptado por la ONU y se aplica a los judíos israelíes y los árabes palestinos como dos grupos «raciales».

¡No hay absolutamente ninguna mención en esta definición internacional del apartheid de las mayorías y de las minorías! Según esta definición, y en retrospectiva, los EE.UU., con una mayoría blanca claramente abrumadora, practican el apartheid respecto a los negros y otros «no blancos» en los estados del sur, por tener leyes que permiten a los blancos discriminar sistemáticamente a los demás.

El hecho es que Israel tiene decenas de leyes que discriminan persistentemente a los ciudadanos «no judíos», los palestinos originarios (cristianos, musulmanes u otros). Niega sistemáticamente a los ciudadanos «no judíos» la igualdad de derechos en ámbitos fundamentales de la vida, en especial la propiedad de la tierra, la educación, la salud y en muchos puestos de trabajo.

Según las últimas estadísticas , los judíos israelíes no son más del 49% de la población total bajo el control de Israel (Palestina histórica), una minoría. Por supuesto, se hace caso omiso de los millones de palestinos originarios que están en el exilio a quienes Israel niega su derecho fundamental a regresar a sus hogares simplemente porque son del tipo incorrecto. No obstante, esta estadística es completamente irrelevante para decidir si el sistema israelí de discriminación racial cumple con la definición de la ONU de apartheid.

Desde 1948 Israel nació como un Estado de apartheid y siempre ha sido un Estado de apartheid porque siempre ha tenido leyes racistas que discriminan a sus ciudadanos no judíos, dejando de lado a los palestinos, que no son ciudadanos, sin importar el porcentaje de judíos israelíes en la población israelí.

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