Las mentiras oficiales desbordaron la rabia obrera en Caruachi

Aparentemente todo lo tenía controlado. Y es que en estos días, en los escenarios pequeños y vigilados el presidente es un as. En el acto en San Félix, donde había gente que lo esperó hasta con lluvia, la presencia obrera fue escasa. Pero el acto en Caruachi demostró que la realidad es otra. Sólo en el caso de Ferrominera Orinoco, donde en las recientes elecciones el oficialismo derrotado por la acción de los trabajadores sacó 2400 votos, mandaron 6 autobuses para llevar a los trabajadores hasta el mítin. Ahí vimos como una unidad salió con solo cuarenta personas guiados por el presidente de la empresa, una segunda con menos de diez acompañados por el candidato vencido, Spooner y una tercera con cinco trabajadores guiados por Maican. Las otras tres no salieron.

Aparentemente todo lo tenía controlado. Y es que en estos días, en los escenarios pequeños y vigilados el presidente es un as. En el acto en San Félix, donde había gente que lo esperó hasta con lluvia, la presencia obrera fue escasa. Pero el acto en Caruachi demostró que la realidad es otra. Sólo en el caso de Ferrominera Orinoco, donde en las recientes elecciones el oficialismo derrotado por la acción de los trabajadores sacó 2400 votos, mandaron 6 autobuses para llevar a los trabajadores hasta el mítin. Ahí vimos como una unidad salió con solo cuarenta personas guiados por el presidente de la empresa, una segunda con menos de diez acompañados por el candidato vencido, Spooner y una tercera con cinco trabajadores guiados por Maican. Las otras tres no salieron.

Y es que el malestar de los trabajadores se siente en todas las empresas, fundamentalmente por que el gobierno-patrón no discute contratos colectivos, ha dilatado la incorporación de los tercerizados, desconoce los pasivos laborales y obligaciones, no brinda soluciones de viviendas y a destrozado las empresas basicas. Todo esto ha sido posible por la colaboración y hermandad de los dirigentes sindicales oficialistas y los gerentes y presidentes de las empresas, todos del Psuv. Lo que llaman socialismo del siglo XXI es realmente colaboración de clase, tal y como es la práctica de la burocracia sindical y los patronos, gerentes y presidentes de las empresas, incluido el “comandante-presidente”. Y aunque en el acto Chávez, señaló el papel del capitalismo en la Cuarta República, y trató de diferenciarse, no puede distanciarse. Igual que a aquellos, se les ve el bojote.

En sus propias palabras veamos cómo respondió ante los reclamos de los trabajadores:

“Hace poco aprobé 600 millones de bolívares para cancelar los intereses de prestaciones… yo eso lo aprobé, ahora eso me lo deben a mí, me lo tienen que pagar… es un préstamo, un préstamo”.

Aquí se ve clarito Chávez desconoce que la prestaciones y sus intereses son un derecho sagrado e inalienable de los trabajadores. También se desnudó ante artículos los supuestamente estudiados en la formulación de su anti obrera LOTTT. Esto lo acompañó de las típicas advertencias y llamados a no hacer huelgas, ni a parar las empresas. “Al que se le ocurra, quedara fuera de su corazón”.

Como buen patrón, no puede dejar a nadie la potestad de elegir los que ejecutaran sus políticas en cada una de las empresas.

Una vez más afirmamos desde el Partido Socialismo y Libertad en compañía de Orlando Chirino, que es necesario levantar las banderas de la autonomía e independencia de los trabajadores, ante los chantajes y las políticas y caretas patronales de los burócratas y agentes de los patronos privados y de este gobierno.

Todo es por Mercosur

Quedó claro en el discurso que su preocupación es lograr poner a las empresas básicas y fundamentalmente a Sidor al servicio del Mercosur. Unir y ampliar Tavsa junto a las nuevas fábricas de tubos. El convenio CVG-Pdvsa impulsando la propuesta electoral de Petro San Félix, y el Convenio Orinoco, uniendo los recursos de la faja petrolera y las empresas básicas, reiterando que tenían como objetivo, poner la totalidad de este patrimonio –recursos y trabajadores- en función del Mercosur.

Y es que Mercosur es un tratado de libre comercio al que se incorpora Venezuela, un hecho que entusiasma a los burgueses sudamericanos y a las transnacionales sobre todo, por la posibilidad de incursionar con mayores facilidades en la explotación de los recursos del sur del país. No faltará que algunos de estos confundidos burócratas sindicales vean en Cristina Fernández, Mujica, o Rousseff, a un grupo de “camaradas”. El discurso de Hugo Chávez, y el de anoche en particular esconde las diferencias de clases y resalta la conciliación con la burguesía del Mercosur y aquellos que como Alberto Cudemus, presente en el acto, es aupado a aprovechar las ventajas que les puede brindar este TLC. Reiteradamente insistió en la “unidad de la crítica y lealtad en la acción”. Con este nuevo eslogan quiere embaucar a los trabajadores de las empresas básicas dando nuevas herramientas discursivas a la burocracia sindical, que se iba en aplausos. Un discurso tan enredado como el que usaba la Causa R en otros tiempos para justificar la conciliación de clases.

Ese es Hugo Chávez, siempre al servicio de la burguesía, también admitiendo la presencia de Chevron, de George Bush como socio en la faja petrolera.

Si no hablas te rayas más

Entre los objetivos del acto de Caruachi, estaban, por una parte, convocar a toda la dirigencia sindical que le dice sí a todo, a un acto en Charuachi, lejos de la ciudad, de las presiones de los trabajadores y la crisis de las empresas. Los convocados eran todos rojo-rojitos. Solo que el descontento de los trabajadores en Ferrominera, Alcasa y Carbonorca, Tavsa y el resto de las empresas básicas los toca y presiona a muchos ellos. Los trabajadores corearon la consigna “Contrato, contrato” con insistencia, la incompetencia de los ministros y presidentes de las empresas quedó al descubierto en más de una ocasión y los abucheos masivos no se hicieron esperar. Con tanta rabia desbordándose en los trabajadores, los burócratas sindicales se veían obligados a hablar. Wills Rangel ni abrió la boca, José Luis Hernández, señalo la importancia de las inversiones y la gratitud de los trabajadores; Meléndez, saludó a Chávez como hermano, “advirtió” que los trabajadores de Tavsa querían volver a la nómina de Sidor, y al final mencionó la necesidad del contrato; y por último Acarigua se refirió a la necesidad de subsanar los más de 10 meses de mora en la discusión del contrato. A Chávez no le quedo otra que convocar a la discusión de los contratos, no sin antes advertir problemas de audio que no le permitían oír sus intervenciones. Había que cortar la cadena de alguna manera, pues se había salido del libreto.

Ellos se olvidaron de los ferromineros y nosotros debemos salir en su defensa

Pero los olvidados por todo el mundo, en esta tragicomedia, tanto por Chávez como por los burócratas sindicales fueron los trabajadores de Ferrominera, Rubén González y los siete despedidos. En las mentes de Hugo Chávez y cada uno de estos “dirigentes”que a pesar de que algunos de ellos hicieron largas caminatas y lanzaron gritos de “unidad” y de “la clase obrera unida jamás será vencida”, no están estos compañeros. Como buenos estalinistas, hoy los olvidan y tratan de borrarlos de la realidad.

Evaldo Castillo, Jorge López, Ángel Saldivia, Eric Flores, Julio García, Jesús Pérez y Pilar Aguilera, deben volver a sus puestos de trabajos. Los 2.737 trabajadores ferromineros que votaron por Rubén González, también votaron por el reenganche de estos compañeros. Es hipócrita que dirigentes de la CSBT, expresen solidaridad con los trabajadores griegos, llegando al descaro de viajar por Europa manifestando esa “solidaridad” y den la espalda a los trabajadores venezolanos en general y a los ferromineros en particular.

El grito debe salir de los propios trabajadores ferromineros y de otros sindicatos y trabajadores de las empresas básicas. Los trabajadores ferromineros en asamblea deben empezar e discutir qué debemos hacer, de igual manera en el resto de las empresas básicas y convocar a un frente obrero en defensa de las empresas básicas, contra la criminalización de la protesta, y por la discusión de los contratos colectivos, e iniciar el debate.

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