Las recetas de Foreign Affairs para el imperialismo en Latinoamérica

En el artículo “La agenda latinoamericana del próximo presidente de Estado Unidos”, escrito por Peter Hakim, para la revista “Foreign Affairs en Español”, el autor plantea que los EEUU pueden lograr u

En el artículo “La agenda latinoamericana del próximo presidente de Estado Unidos”, escrito por Peter Hakim, para la revista “Foreign Affairs en Español”, el autor plantea que los EEUU pueden lograr una mayor “influencia” sobre la región, a pesar de que esta no es una prioridad para su política exterior, si el próximo presidente de ese país hace algunas modificaciones de forma en su política. Según el autor este
objetivo de la política estadounidense sería algo beneficioso para América
Latina.

Según la revista Nuevo Mundo, “la revista Foreign Affairs en Español… se fundó en México en diciembre de 2000. La revista es fruto de un convenio entre el CFR (el Council on Foreign Relations, de Estados Unidos, que se remonta a 1922) y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

(http://nuevomundo.revues.org/index3674.html)

El Council on Foreign Relations es una organización no partidista con base en Nueva York fundada en 1921, que edita la revista Foreign Affairs.

(http://es.wikipedia.org/wiki/Council_on_Foreign_Relations)

Según la página Red Voltaire: “Desde hace 60 años, el Council on Foreign Relations (CFR) asesora al Departamento de Estado. En cada conflicto, determina los objetivos bélicos en interés de sus miembros y fuera de todo control democrático. También participa en la redacción de una historia oficial cada vez que es necesario condenar los errores del pasado y rehacerse una imagen. Financiado por 200 multinacionales, cuenta con 4 200 miembros cooptados entre los cuales se escogen la mayoría de los dirigentes gubernamentales. La élite del business elabora la política exterior de los
Estados Unidos por consenso y a puerta cerrada.”

(http://www.voltairenet.org/article126853.html)

El CFR ha tenido presidentes como Allen Dulles, quien también fue jefe de la CIA y el poderoso banquero David Rockefeller.

(http://es.wikipedia.org/wiki/Allen_Dulles)

Red Voltaire explica que: “El Council on Foreign Relations también ha elaborado una historia nacional consensuada que acredita el mito del intervencionismo desinteresado y niega los sufrimientos infligidos por Washington al resto del mundo.”

(http://www.voltairenet.org/article126853.html)

Siguiendo ese método, el artículo de Peter Hakim presenta la “influencia” de los EEUU sobre Latinoamérica, como algo beneficioso para los países latinoamericanos. Al referirse a la “Alianza para el Progreso”, o el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, como ejemplos de “liderazgo”, dice que se trata de políticas que “hacían frente a problemas reales en América Latina y servían a los intereses genuinos de Estados Unidos en la región”. También plantea que “Las políticas de Washington, viendo por los intereses estadounidenses…
deben… conseguir un crecimiento más rápido y estable, reducir de forma sostenida la pobreza y la desigualdad, moderar las tensiones sociales y políticas, y avanzar en contra de una ola de crimen y violencia que aparenta no tener fin.” En otra parte del artículo, recomienda al próximo presidente de los EEUU que sugiera que “Estados Unidos está listo para unirse a los países latinoamericanos en un esfuerzo común para afrontar sus problemas”.

Peter Hakim presenta los objetivos de los EEUU como si fueran los intereses de los países latinamericanos: “Lo que más quieren y necesitan los países latinoamericanos de Washington es mayor acceso a los mercados, a capitales de inversión, y a nuevas tecnologías.” Y para eso sirven los tratados de libre comercio, para garantizar apertura a los capitales estadounidenses en Latinoamérica, y mayor acceso a los mercados latinoamericanos para los productos estadounidenses. Para reimpulsar el ALCA, según el autor, EEUU debe llegar a acuerdos con Brasil. Peter Hakim reconoce
que este punto, así como las reformas migratorias, es difícil de lograr. Para ello, EEUU debe aceptar que Brasil tiene una política independiente. Pero esto esta “aceptación” iría en contra de la recomendación que se hace de “minimizar la influencia en la región de Hugo Chávez”. La política que se recomienda hacia Venezuela demuestra la poca tolerancia hacia la política independiente de los países latinoamericanos. El objetivo de aumentar la influencia de los EEUU en la región también es el intento de disminuir la independencia de la región.

Para reestablecer su liderazgo, según el autor, EEUU debe comenzar por respetar la legalidad internacional. Por ejemplo, dice que EEUU debe “apoyar la democracia en Venezuela (solamente por medios constitucionales).” Aunque es redundante decir que se va a apoyar la democracia sin violar la constitución, en realidad el texto es una forma de admitir que los EEUU hasta ahora no han apoyado a sus aliados en Venezuela sin violar las leyes venezolanas.

Peter Hakim afirma que “la mayoría de los latinoamericanos está esperando con optimismo la llegada de un nuevo gobierno a Washington… En la región querrán ver cambios de actitud y de estrategia que demuestren que Washington está listo para reestablecer una asociación sostenida y respetuosa con América Latina.”

No se sabe de qué mayoría de latinoamericanos habla el autor, pues no hay ningún fundamento para esta afirmación. Además, esto contradice la afirmación del propio artículo, cuando afirma que “Estados Unidos no puede aparecer como arrogante u opresivo en asuntos regionales o globales. No puede adjudicarse el derecho de invadir otros países anticipadamente o de tomar decisiones unilaterales en contra del consenso de otros países… No puede ser una voz autorizada en temas de derechos humanos cuando condona la tortura y les niega a los prisioneros un juicio justo. No puede ser un defensor fidedigno de la democracia cuando interfiere en las elecciones de otros Estados”. En esas líneas, se admite que EEUU tiene la apariencia de
ser arrogante y opresivo en Latinoamérica, porque se adjudica el derecho de invadir países, practica la tortura, interfiere en las elecciones de otros países, y viola los derechos humanos.

Para que los EEUU puedan ser respetados en Latinoamérica y en el mundo, tiene que haber cambios de fondo, y no sólo de forma, en su política exterior. Las relaciones de EEUU con Latinoamérica han estado marcadas desde el siglo XIX por la Doctrina Monroe, cuyo lema fue “América para los americanos”, y por la Doctrina del Destino Manifiesto. Según Wikipedia:
“Al comienzo del siglo XX Estados Unidos afirmó su Doctrina del Destino
Manifiesto y el presidente Theodore Roosevelt emitió el Corolario de 1904
(Corolario Roosevelt) afirmando que, si un país americano situado bajo la
influencia de los EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de EE.UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país «desquiciado» para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. Este corolario supuso, en realidad, una carta blanca para la intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe.”

(http://es.wikipedia.org/wiki/Doctrina_Monroe).

Mientras estas doctrinas sean aplicadas, no será posible que EEUU respete la legalidad internacional, las leyes de los países latinoamericanos, la independencia política de la región, o que abandone su arrogancia y su relación opresiva con Latinoamérica.

* Oriana Bastidas es militante del Colectivo Libre Aquiles Nazoa y la Unidad Socialista de Izquierda

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