Libia: El régimen de Kadafi toca a su fin
En marzo, el dictador Muamar el Gadafi hablaba de «aplastar a las ratas», refiriéndose a los rebeldes de Bengasi, y de perseguir a los rebeldes «callejón a callejón». Hoy, la realidad es otra, y son los rebeldes los que liberan Trípoli, callejón a callejón, mientras se hunde la dictadura gadafista, régimen que en la última década entregó las riquezas petroleras y gasíferas al imperialismo y sus transnacionales.
En marzo, el dictador Muamar el Gadafi hablaba de «aplastar a las ratas», refiriéndose a los rebeldes de Bengasi, y de perseguir a los rebeldes «callejón a callejón». Hoy, la realidad es otra, y son los rebeldes los que liberan Trípoli, callejón a callejón, mientras se hunde la dictadura gadafista, régimen que en la última década entregó las riquezas petroleras y gasíferas al imperialismo y sus transnacionales.
Los rebeldes controlaban ayer casi la totalidad de Trípoli. Brega también ha sido liberada. Dos hijos del dictador, quienes también ocupan puestos importantes en el régimen, se encuentran detenidos.
Portavoces del CNT aseguraban el domingo que la guardia personal de Gadafi había pactado su rendición con los sublevados según estos pisaran Trípoli. Y cumplieron su palabra.
Egipto se sumó ayer a los países que reconocen al Consejo Nacional.
Varios voceros de los rebeldes señalaban ayer que el futuro Gobierno no permitirá la instalación de bases de la OTAN, y otros decían que la misión militar imperialista debe concluir inmediatamente.
Desde el abandono el pasado 15 de febrero de Abdel Fatah Yunes, número dos de la dictadura, para pasarse al bando rebelde, hasta la más reciente de Al Mahmudi al Baghdadi, ex primer ministro, la desbandada de los más importantes funcionarios ha ido acelerando la caída de Gadafi.
Tras las primeras y más importantes deserciones, los avances rebeldes de la última semana han acelerado de nuevo el capítulo de abandonos. Funcionarios de Túnez aseguraban el sábado que Omran Abukraa, responsable de Petróleo del Gobierno libio, había desertado y se encontraba en Túnez. Abukraa había viajado en junio a Italia, donde representó a su país en una cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y a su regreso hizo escala en Túnez, de donde no ha vuelto a salir.
Hacia este país salió también el pasado fin de semana Abdel Salam Yalud, compañero de armas y estrecho colaborador de Gadafi, que se había distanciado del dictador en los últimos años. Yalud ocupó el cargo de primer ministro y varias otras carteras hasta 1990, cuando quedó relegado por diferencias con el líder de la nación. El Gobierno de Trípoli restó importancia a la salida de Yalud, asegurando que ya estaba retirado y enfermo, y que pasaba parte de su tiempo en el extranjero. A la salida del histórico militar se une la del exministro del Interior y número dos de la seguridad, Naser al Mabruk, que viajó en un avión privado a El Cairo el 15 de agosto. Mabruk iba acompañado por nueve miembros de su familia.
La previsible caída del régimen está provocando nuevas salidas en las últimas horas. Según la televisión Al Yazira, el primer ministro libio, Al Mahmudi al Baghdadi, y el director del sindicato de la televisión libia han huido a Túnez.