Llaman a paro general en Honduras
Dos centrales obreras, cinco colegios magisteriales y el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), anunciaron el domingo que paralizarán sus labores el 11 de noviembre para exigir un aumento salarial del 15% y rechazar un proyecto de ley de empleo temporal que estudia el Congreso unicameral.
Dos centrales obreras, cinco colegios magisteriales y el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), anunciaron el domingo que paralizarán sus labores el 11 de noviembre para exigir un aumento salarial del 15% y rechazar un proyecto de ley de empleo temporal que estudia el Congreso unicameral.
Los 62.000 maestros del sistema nacional no dictarán clases esta semana y unos 40.000 empleados públicos marcharán el miércoles por las calles de Tegucigalpa y San Pedro Sula, segunda ciudad, al norte del país.
Las protestas están orientadas también a rechazar la decisión del presidente derechista Porfirio Lobo de suspender por 12 meses el ajuste salarial a los maestros, ligado desde hace 17 años al de unos 500.000 empleados gubernamentales y privados como médicos, enfermeras, microbiólogos, docentes universitarios, farmacéuticos, trabajadores sociales y odontólogos. Se trata de una dura medida contra los maestros, reflejo de la vocación antiobrera del régimen surgido del golpe de Estado.
El secretario de la democristiana Central General de Trabajadores, Daniel Durón, dijo en rueda de prensa que «estamos listos para manifestarnos contra la crisis que genera el gobierno en perjuicio de los obreros».
El dirigente de la izquierdista Central Unitaria de Trabajadores, José Luis Baquedano, aseguró que «el gobierno y el Congreso atentan contra los trabajadores con las leyes que están aprobando».
Ambas agrupaciones dicen contar con más de 600.000 afiliados.
Por su lado, el sindicalista independiente Carlos H. Reyes dijo: «espero que los grupos de poder de este país no se equivoquen, porque el pueblo les va dar la respuesta que corresponde».
Los grupos opositores protagonizaron paros similares, a los que llaman cívico, el 7 de septiembre y el 12 de octubre como paso previo a una huelga general.
El gobierno de Lobo es heredero directo del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, cuando los militares pro yanquis, en alianza con los sectores empresariales, derrocaron al populista Manuel Zelaya.