Los compañeros de «El Topo Obrero» deben sacarse a Chávez del corazón
Ricardo Galindez, editor del Periódico «El Topo Obrero», ha escrito un importante análisis crítico sobre las declaraciones que el ministro Alí Rodríguez Araque ha hecho sobre los indicadores económicos que reflejan una caída del 1% en el Producto Interno Bruto (PIB) para el primer semestre del año 2009, tras supuestos 22 semestres continuos de “crecimiento”. El análisis ha sido acompañado de una invitación a las organizaciones de los trabajadores y revolucionarias del país, a debatir en profundidad sobre este importante tema.
Ricardo Galindez, editor del Periódico «El Topo Obrero», ha escrito un importante análisis crítico sobre las declaraciones que el ministro Alí Rodríguez Araque ha hecho sobre los indicadores económicos que reflejan una caída del 1% en el Producto Interno Bruto (PIB) para el primer semestre del año 2009, tras supuestos 22 semestres continuos de “crecimiento”. El análisis ha sido acompañado de una invitación a las organizaciones de los trabajadores y revolucionarias del país, a debatir en profundidad sobre este importante tema.
Ya hemos respondido en otras oportunidades a los camaradas de «El Topo Obrero» a distintas propuestas de unidad de acción, frente único obrero y hemos sostenido una rica polémica sobre el contenido de clase del Plan Económico anti-crisi que el gobierno viene implementando desde principio de año. Aprovechamos el llamado a debatir, para insistirle al camarada Ricardo Galíndez y demás compañeros de «El Topo Obrero» que hasta tanto no se saquen del corazón al presidente Chávez, difícilmente podrán realizar un genuino análisis marxista, de clase, sobre la situación política, económica, social y militar que vive el país.
En este breve escrito queremos recordarles a los compañeros del «El Topo Obrero», al menos nueve premisas básicas que deben ser tenidas en cuenta para abordar en forma exitosa y desde el ángulo de los intereses de clase del proletariado, los campesinos y asalariados del país, el debate sobre la situación económica de Venezuela y las acciones que debemos emprender los revolucionarios para impedir que seamos los trabajadores los que paguemos el costo de la crisis económica mundial.
1. El compañero Galindez se esfuerza en discutir en el mismo terreno burgués-capitalista de Alí Rodríguez Araque, para “demostrarle” que es mucho más preocupante de lo que el ministro piensa, el hecho de que la economía venezolana haya alcanzado un indicador negativo de 2.4% del Producto Interno Bruto durante el segundo trimestre del 2009 y una caída acumulada del 1% del mismo indicador durante el primer semestre de este año. Lo primero que debemos recordarle al compañero Galindez, es que esas cifras sobre las cuales se apoya el ministro Alí Rodríguez para sustentar que “todo está bien”, corresponden a los “indicadores de los negocios y ganancias de los capitalistas”, no a la real situación de los trabajadores que somos la inmensa mayoría del país. Desde esa óptica es totalmente equivocado intentar discutir en el mismo plano del ministro Rodríguez Araque, porque los índices de calificación de la economía que usan los capitalistas son totalmente distintos a los parámetros de la clase trabajadora. Flaco servicio se le hace a los asalariados del país, seguir repitiendo y festejando alborozadamente como lo hacen las agencias noticiosas del gobierno que con grandes títulos exclaman que el “crecimiento” económico de Venezuela es el más alto de América Latina en los últimos cinco años, que las “Reservas Internacionales” son de las más altas de América Latina o que los precios del petróleo rozan los 70 dólares por barril, como si dichos indicadores representaran en forma automática una mejoramiento sustancial de las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo.
2. Si a las cifras nos refiriéramos, tendríamos que “reconocer” que el ministro tiene “absoluta razón” desde el punto de vista de los intereses económicos de los empresarios públicos y privados, tradicionales o boli-burgueses, nacionales o multinacionales. Es cierto que las ganancias han decaído un poco, pero siguen siendo jugosas para todas los sectores patronales y para ellos no existen preocupaciones de fondo, porque como bien dice el ministro Rodríguez, en otros países los indicadores de las utilidades de los explotadores son más preocupantes, cosa que no sucede en Venezuela porque el Gobierno se ha encargado de que los negocios de los banqueros, de los importadores, de los acaparadores, de los especuladores, de los rentistas de la propiedad inmobiliaria, de las multinacionales que se aprovechan del esquema de empresas mixtas para explotar nuestros principales recursos naturales y de los empresarios nacionales e internacionales que juegan con las divisas que les entrega el gobierno, sigan gozando de un ambiente favorable y respetuoso. Compañeros de «El Topo Obrero», discutir en el terreno burgués es tiempo perdido. Definitivamente el ministro Rodríguez tiene razón al enviar su mensaje optimista a los explotadores: “Oligarcas, terratenientes, amos del valle, boli-burgueses, empresarios, multinacionales, banqueros… no os preocupéis”.
3. Es inconcebible compañeros de «El Topo Obrero» que ustedes afirmen que “hay que admitirle al compatriota Ministro Alí Rodríguez cuando dice que la economía nacional llevaba 22 semestres de «crecimiento»”. Eso es totalmente falso. Crecen los negocios de la burguesía y pese a los números negativos de este primer semestre la “economía de los capitalistas” sigue creciendo. Pero la “economía de las grandes mayorías, es decir la verdadera economía del país, la de los trabajadores y pobres de la ciudad y el campo”, desde hace rato dejó de crecer, al menos en los últimos cinco años que lleva de gobierno el presidente Chávez. La “economía del pueblo” dejó de crecer porque los trabajadores no obtenemos conquistas y por el contrario estamos enfrentando una batalla campal contra el gobierno y los patronos privados, defendiéndonos del terrorífico ataque contra nuestras reivindicaciones y derechos. Esta etapa se abrió al menos desde finales del 2005 y comienzos del 2006 cuando el gobierno se dio a la tarea de pactar con los patronos, incorporarlos a su proyecto y “comenzar a sentar las bases para acuerdos estratégicos» con los patronos. Desde ese mismo momento se produjo una inflexión importante, porque a partir de allí se inició el ataque despiadado del gobierno del presidente Chávez contra la clase trabajadora al legitimar la flexibilización laboral mediante las cooperativas y cooperativistas, la tercerización, la negación del derecho a la negociación de los contratos colectivos de trabajo, a definir en forma unilateral los incrementos del salario mínimo por debajo de los índices de inflación, a permitir que los empresarios acapararan y especularan con los precios de los productos de primera necesidad y al convertirse en el principal enemigo de la estabilidad laboral de trabajadores y empleados del Estado. Por eso camaradas Ricardo Galindez y demás compañeros de «El Topo Obrero», es falso que la “economía del país” haya crecido en forma sostenida durante 22 trimestres. Lo que creció y siguen creciendo son las ganancias de los capitalistas, porque los trabajadores venimos perdiendo conquistas.
4. Los compañeros de «El Topo Obrero» no pueden perder de vista la tesis leninista que señala que “la política es expresión concentrada de la economía”. Esta premisa es fundamental para comprender que las definiciones “políticas” en materia económica adoptadas por el gobierno del Presidente Chávez -especialmente el Plan Anti-crisis que se viene aplicando desde finales del 2008 y se aceleró su implementación a partir de marzo de este año-, están en total concordancia con las necesidades de los empresarios. Ello queda reflejado en las argumentaciones del ministro Rodríguez Araque para defenderse de los cuestionamientos que le hacen algunos sectores de la oposición burguesa. Su preocupación como ministro de un estado capitalista y de un gobierno burgués, es trasmitir un mensaje de tranquilidad a los empresarios, sean estos tradicionales o boli-burgueses, nacionales o multinacionales; pero en ningún momento se ocupa de los problemas de la “economía real” que está matando de hambre a la mayoría del pueblo mediante una inflación acelerada, alimentada por un acaparamiento de productos y una especulación de precios permitida por el gobierno, que tritura los mediocres ingresos de la mayoría de la población. Por eso le recomendamos a los compañeros de «El Topo Obrero» que no intenten ser aguafiestas tratando de “preocupar y alarmar” a los empresarios, cuando precisamente la intención del gobierno boli-burgués del Estado capitalista venezolano, es transmitir un mensaje de tranquilidad a los empresarios y la promesa de que todo mejorará a corto tiempo porque se están tomado las previsiones del caso, tales como pulverizar el salario de los trabajadores y sus derechos contractuales, disminuir la inversión social e hipotecar la nación a los banqueros poniendo como prenda de garantía la abultada renta petrolera.
5. En la misma línea de razonamiento leninista que expresa que la política es economía concentrada, debemos decir que el conjunto de leyes que entre gallos y media noche viene aprobando la Asamblea Nacional, son parte consustancial de las definiciones económicas del gobierno. Todas ellas apunta a garantizar la estabilidad del establecimiento, que no es otra cosa que la tranquilidad absoluta para que el PSUV, como herramienta política nacionalista burguesa, siga controlado el gobierno nacional, los poderes públicos y las autoridades regionales y locales. Ello es parte del proceso de “normalización de las relaciones políticas del país” entre gobierno y oposición, encaminado hacia la institucionalización de un nuevo bipartidismo esta vez «Rojo y Blanco» que logre desvirtuar el proceso revolucionario y doblegue al conjunto de la población, de tal forma que ellos puedan por la vía de la convicción o del autoritarismo imponer sus planes económicos. Mal haríamos, como hacen los compañeros de «El Topo Obrero» olvidar que el decrecimiento de la economía para la mayoría del país, está asociado con el conjunto de medidas y leyes que coartan los derechos democráticos, las libertades políticas y los derechos humanos de la mayoría de los venezolanos y venezolanas. El verdadero sentido de la Ley de Procesos Electorales, la Ley Orgánica de Educación, la criminalización de protesta, el sicariato y la impunidad, entre otros, son los arietes fundamentales que está utilizando el gobierno para inmovilizar al pueblo, doblegarlo y derrotarlo. Hacer una análisis de la economía del país, dejando de lado estos aspectos, nos llevan a realizar ejercicios mentales alejados de la realidad, que es precisamente el interés del ministro Alí Rodríguez Araque y el gobierno nacional.
6. La “verdadera economía”, es decir a la de los trabajadores y los pobres, sólo crecerá acompasado con el avance de la revolución. Esta premisa ha sido totalmente olvidada por los camaradas de «El Topo Obrero», lo que les impide comprender que los trabajadores sienten que «su economía crece» cuando obtienen triunfos o fruto de su movilización obligan a una dirección burguesa nacionalista como el chavismo, a ir más allá de sus presupuestos políticos, teóricos, metodológicos. Por ejemplo, la economía de los trabajadores y el pueblo creció cuando nos desencadenamos del control férreo que mantenía sobre nuestro cerebro y nuestro músculo el bipartidismo adeco-copeyano, porque a partir de allí se sentaron las bases para derrotar el modelo neoliberal que arruinó conquistas históricas de más de 50 años. Nuestra economía creció cuando gracias a una lucha denodada impusimos la expedición del decreto estabilidad laboral, lo que nos garantizó ingresos seguros y condiciones para dar la batalla social y política contra los enemigos de clase y de la soberanía nacional. Nuestra economía creció, cuando nos liberamos de las ataduras que nos impuso la burocracia sindical de la CTV, que nos amarró durante 40años impidiendo que nos organizáramos en forma independiente y pudiéramos a través de sindicatos clasistas defender en mejores condiciones nuestros derechos económicos, sociales y laborales; situación que sólo alcanzamos a partir del 2002 y 2003 en que se inauguró una nueva etapa en la vida del movimiento sindical caracterizada por el nacimiento de la UNT, la construcción de sindicatos para la lucha y la obtención de nuevos beneficios económicos que hacía mucho tiempo no alcanzábamos. La economía nacional de la mayoría de los venezolanos creció cuando gracias ala lucha obrera y popular, el gobierno tuvo que desarrollar las Misiones, como punto de partida para empezar a saldar la histórica deuda social. La economía real del país creció cuando arrancamos de las manos, el control de PDVSA al imperialismo, la burguesía tradicional y su meritocracia al derrotarles su paro-saboteo del 2002-2003. La economía de los trabajadores y la economía popular creció cuando obligamos al gobierno a expedir los decretos de control de precios y control de divisas. La economía del pueblo creció cuando hicimos carne y hueso la consigna de “empresa abandonada, empresa ocupada y puesta a producir por los trabajadores”, ya que le arrancamos el control de los medios de producción a burgueses que sintieron con todo rigor el látigo de la clase obrera sobre sus espaldas. La economía venezolana creció, cuando impusimos con nuestra demanda la obligatoriedad a que los patronos tuvieran plena solvencia con los derechos de los trabajadores.
7. La economía nacional dejó de crecer en el 2005, cuando el gobierno y la nueva “nomenclatura” roja-rojita terminaron de despojar a los trabajadores de las últimas hilachas de cogestión en PDVSA. Dejó de crecer cuando en el 2005, una minoría orientada por el gobierno, despojó a los trabajadores organizados en la UNT a su libre derecho de legitimar a sus dirigentes sindicales, retrotrayéndonos al pasado cetevista que era controlada y manipulada por gobiernos y patronos, dando como resultado que los trabajadores quedaran indefensos frente al gobierno y sus sindicalistas mercenarios que le arrebataban su autonomía y les obligaban a renunciar a la lucha para defender sus derechos económicos, sociales y laborales. La verdadera economía de los trabajadores dejó de crecer, cuando los decretos de estabilidad laboral, control de precios, control de divisas y solvencia laboral se convirtieron en fuente de corrupción para funcionarios, y mecanismo perverso de chantaje del gobierno para doblegar a los patronos de la oposición y no como importantes conquistas para potenciar la lucha y avanzar hacia el socialismo, en que la clase obrera y el pueblo obtuvieran más y mejores conquistas. La economía de la mayoría de la población dejó de crecer, cuando el gobierno orientó al ministro José Ramón Rivero para que diviera el movimiento sindical y reprimiera a los trabajadores de Sanitarios Maracay para derrotar la única experiencia exitosa de control obrero sobre la producción en estos 10 años, impidiendo con ello que se abrieran las puertas para la eliminación de la explotación del hombre por el hombre y por consiguiente la obtención de la mayor suma posible de felicidad de las masas laboriosas del país. La economía venezolana dejó de crecer a partir del momento en que nació una burguesía chavista alimentada con los recursos del Estado y la renta petrolera, que se vistió de rojo-rojito y empezó a desmontar las grandes conquistas obtenidas. La economía popular dejó de crecer, en el momento en que el gobierno decretó la amnistía a los golpistas dándole carta abierta para que siguieran agrediendo a los trabajadores y sus derechos. La economía dejó de crecer para la mayoría de los venezolanos, en el momento en que el gobierno definió su política de alianza estratégica con la burguesía, para desarrollar un modelo nacionalista burgués que nada tiene que ver con el socialismo. La economía para la inmensa mayoría de la población dejó de crecer y devino en tragedia a partir del momento en que el gobierno tomó la decisión de negar la negociación de los contratos colectivos para 2 y medio millones de empleados públicos, 35 mil trabajadores del sector eléctrico, 85 mil petroleros, 15 mil empleados de PDVAL y la normativa laboral para miles de trabajadores del sector de la salud e imponer un supuesto «contrato socialista» para los educadores del país. La economía de la mayoría de los venezolanos dejó de crecer cuando el informe de gestión financiero de PDVSA del año 2008 señaló que el aporte para la inversión social decayó en un 50% entre el 2007 y el 2008, pero al mismo tiempo aumentó el Fonden, que es un fondo de manejo discrecional del gobierno, la boli-burguesía, la burocracia y los corruptos. La economía de los trabajadores y los pobres, dejó de crecer en forma alarmante, el día en que cayeron abatidos por balas de sicarios nuestros camaradas Richard Gallardo, Carlos Requena y Luis Hernández, cuando fueron asesinados los compañeros de Mitsubishi a manos de policías bajo el mando de Tarek William, cuando asesinaron al dirigente sindical de la multinacional Toyota, cuando se agredieron a los trabajadores de Sidor que luchaban por la nacionalización de la empresa y cuando se empezó a judicializar y penalizar el derecho a la protesta porque todas esas acciones están encaminadas a dejar indefensos a los trabajadores, a desmoralizarlos y a convertirlos en resignados que ven perder una a una sus conquistas y reivindicaciones. La economía del pueblo y los trabajadores dejó de crecer a partir del mismo momento en que el gobierno secuestró los medios de comunicación de propiedad del estado para convertirlos en tribunas de agitación del PSUV que es un partido poli-clasista, con un programa burgués nacionalista, una dirección pequeño-burguesa y una metodología burocrática, con lo cual castran el ímpetu revolucionario de cientos de miles de venezolanos. Camaradas de «El Topo Obrero», esta es la verdadera periodización, desde una óptica de clase, de cuando la economía creció y cuando decreció para los trabajadores y el pueblo, porque ella está asociada a la salud o a la enfermedad de la revolución, es decir directamente ligada a los avances de la revolución o a los ataques a la misma que se iniciaron con todo rigor por parte del gobierno desde el año 2005 y que tuvo su salto de cualidad el pasado mes de marzo cuando el gobierno anunció el Plan Anti-crisis y simultáneamente amenazó desde Ciudad Piar con la militarización de las luchas, la persecución política a través de los organismos de inteligencia del Estado a los dirigentes que llamaran a la lucha y cuando desconoció el contrato colectivo de los trabajadores del Metro.
8. A un gobierno burgués y a un ministro burgués no se le da consejos. Por el contrario se le desenmascara, se le rechazan sus planes y se les derrota con los trabajadores movilizados en las calles. Su esfuerzo por hacer un “llamado de atención al Ministro para que se reubique” es la expresión concreta que ustedes todavía consideran al Presidente Chávez, a sus ministros, a sus funcionarios y al círculo de poder que lo rodea, como dirigentes revolucionarios que han extraviado el camino pero que con recomendaciones y sabios concejos pueden rectificar y enderezar el rumbo. Al seguir analizando la realidad con el Presidente Chávez en el corazón, ustedes esperan que se opere el milagro que el gobierno, y su tren ministerial rectifiquen el rumbo, pero eso no es posible. Eso es pedirle peras al olmo. Alí Rodríguez no aplicará las demagógicas 3R porque no está en la “naturaleza” de la burguesía nacionalista expropiar a la burguesía, confrontar en forma consecuente al imperialismo y luchar por un gobierno de los trabajadores. Esa tarea le corresponde a la clase trabajadora con su propio partido revolucionario al frente donde precisamente no estarán Diosdado Cabello, Rafael Ramírez, Alí Rodríguez, Rodolfo Sanz, Cristina Iglesias o el Presidente Chávez. Esa vana ilusión de que el gobierno os escuche, recapacite y rectifique, es una aspiración regresiva que contrasta con la evolución política de los trabajadores, quienes día a día se convencen más que éste es un gobierno burgués, que no avanza hacia el socialismo y sobre todo que ya no se tragan las mentiras que algunos utilizan para desmovilizarlos, tales como que “el Presidente no sabe”, que “no le dijeron la verdad” o que “existe un supuesto anillo o derecha endógena que no permite que le llegue la información”. Por eso le decimos con toda fraternidad, camaradas de «El Topo Obrero», que es necesario que se saquen a Chávez del Corazón para que puedan ver la realidad tal como es y no terminen caminando en sentido contrario a como empiezan a avanzar las trabajadoras y los trabajadores venezolanos.
9. Por último, rescatamos que en esta oportunidad ustedes no hayan insistido con su propuesta de que las corrientes sindicales de la UNT y comprometidas con el proceso revolucionario hagamos unidad para enfrentar estos desatinos. Esperamos por el bien de vuestra organización y de sus abnegados militantes que por fin ustedes hayan entendido que esa es una quimera que los conlleva a errar el camino, ya que NO ES POSIBLE en la presente etapa hacer unidad de acción o frente único con las “corrientes internas de la UNT o comprometidas con el proceso revolucionario” como Osvaldo Vera, Francisco Torrealba, Marcela Máspero, Wills Rangel, Argenis Olivares, Siguaraya, Franklyn Rondón y demás dirigentes sindicales gobierneros. Todos ellos son agentes y correas de transmisión encargados de hacer retroceder la revolución, ayudar a que se aplique el Plan Anti-crisis, inmovilizar a la clase trabajadora, chantajearla, extorsionarla y dividirla para derrotarla, porque en esencia ellos “personifican el gobierno boli-burgués”. Nos alegra que en esta oportunidad ustedes hayan hecho un llamado genérico al movimiento sindical a que se pronuncie, a que debata, a que se pronuncie, a que se movilice, a que luche en defensa de sus derechos hoy amenazados en esta larga crisis del sistema económico capitalista. Camaradas, los llamamos a que sin temor se deslastren de esas direcciones que ya cumplieron su ciclo histórico y hoy juegan un papel directamente reaccionario o contrarrevolucionario. El camino correcto está comenzando a transitarse con aquellos que han llegado al conclusión que los derechos de los trabajadores son irrenunciables, que no nos debemos a ningún patrón público o privado, que debemos ser autónomos y que sea quien fuera que ataque nuestros derechos merece la respuesta contundente de la clase trabajadora movilizada. No se dejen chantajear con el vil argumento de que los que defienden al presidente Chávez y aceptan sus políticas son los revolucionarios y que contrarrevolucionarios somos aquellos que llamamos a confrontarlo. Llegó la hora de las definiciones y para nuestra organización política y la corriente sindical clasista y revolucionaria que impulsamos, sería un honor compartir con ustedes tribunas de denuncia, espacios de lucha en defensa de los derechos de los trabajadores y escenarios de combate por el socialismo bajo un gobierno de los trabajadores y el pueblo
Con nuestros mejores saludos
Dirección Nacional Unidad Socialista de Izquierda