Los griegos castigaron a los partidos de la crisis

El líder de los conservadores griegos Antonis Samaras, cuya formación ganó las legislativas celebradas este domingo, aseguró que buscará formar un gobierno de salvación nacional para mantener al país dentro del euro. Samaras agregó que buscaría «enmendar» el polémico plan de rescate financiero acordado por Grecia con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el fin de incluir medidas para impulsar el crecimiento económico. La sorpresa de la jornada electoral, en sintonía con lo ocurrido en Francia, la dio la izquierda contraria al ajuste quedó como segunda fuerza, desplazando al Pasok y Nueva Democracia, que formaron parte del gobierno de coalición para enfrentar la crisis.

El líder de los conservadores griegos Antonis Samaras, cuya formación ganó las legislativas celebradas este domingo, aseguró que buscará formar un gobierno de salvación nacional para mantener al país dentro del euro. Samaras agregó que buscaría «enmendar» el polémico plan de rescate financiero acordado por Grecia con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el fin de incluir medidas para impulsar el crecimiento económico. La sorpresa de la jornada electoral, en sintonía con lo ocurrido en Francia, la dio la izquierda contraria al ajuste quedó como segunda fuerza, desplazando al Pasok y Nueva Democracia, que formaron parte del gobierno de coalición para enfrentar la crisis.

«Estamos preparados para asumir la responsabilidad de formar un gobierno de salvación nacional con dos objetivos exclusivos: mantener al país en el euro y corregir las políticas del pacto», señaló Samaras.

Los resultados preliminares indican que Nueva Democracia (ND) obtendría entre el 19 y el 20,5 por ciento de los votos, dejando atrás el 33,5 por ciento logrado en las últimas legislativas celebradas en 2009. En peor situación quedó el Pasok que se hundiría con entre el 13 y el 14 por ciento de los votos, por el 44 por ciento que obtuvo en 2009. El partido de la izquierda radical Syriza, opuesto a los draconianos programas de austeridad impuestos por la UE y el FMI, estaría obteniendo entre el 15,5 y el 17 por ciento de los sufragios.

Por detrás quedarían Griegos Independientes (una formación también muy crítica contra la política de recortes y nacida de una escisión de ND), que obtendría entre el 10 y el 11 por ciento de los votos. Los comunistas del KKE, partidarios de la salida del euro, habrían logrado entre el 8 y el 9,5 por ciento de los votos.

Mientras que el partido neonazi Chryssi Avghi (Amanecer Dorado) que entraría por primera vez en el Parlamento, con entre el 6 y el 8 por ciento de los votos, lo que significaría al menos una veintena de diputados. En las últimas legislativas de 2009, sólo obtuvo el 0,29 por ciento de los votos.

De confirmarse estos resultados, resultaría imposible repetir el gobierno de coalición de los dos partidos mayoritarios, que gobiernan en coalición desde noviembre de 2011, partidarios de continuar la política de austeridad dictada por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ello puede poner en duda la capacidad de Grecia para respetar los acuerdos alcanzados con sus socios europeos, a cambio de recibir ayuda financiera para sanear las cuentas públicas. Según la Constitución, el jefe del Estado, Carolos Papoulias, debe encargar el lunes o el martes al líder del partido ganador la confección de un gobierno. En caso de fracaso, podrá pedirlo a las dos formaciones con mejores resultados. Este proceso podría acabar con una reunión de todos los partidos parlamentarios en un último intento de formar gobierno, antes de una nueva convocatoria a las urnas. Por lo tanto, el líder de los conservadores, Antonis Samaras, deberá tener la posibilidad de formar gobierno.

ND y Pasok podría tratar de alcanzar un acuerdo de gobierno con pequeñas formaciones proeuropeas, aunque opuestas a las políticas de austeridad: el partido de Izquierda Democrática (Dimar) podría aportar entre el 4,5 y el 6,5 por ciento, y también podrían participar los ultraderechistas de Laos o los ecologístas, pero ambos partidos flirtean con la barrera del 3 por ciento necesaria para entrar en el Parlamento.

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