Los socialistas revolucionarios no somos ni seremos nunca aliados de la Nestlé

Por: Miguel Angel Hernández*

Sabemos que este gobierno no es socialista, no lo es ahora ni lo fue antes. Aunque millones de personas honestamente acompañaron al gobierno considerando que avanzaría en dirección hacia el socialismo, lo cierto es que el Psuv es una burocracia alejada de los intereses populares, cuyos dirigentes se enriquecen con la corrupción administrativa y con la captación de la renta petrolera a través de empresarios asociados a ellos. No obstante, cuando vimos la noticia de que el gobierno de Maduro proclamaba una alianza con la transnacional de origen suizo Nestlé, creímos que se trataba de un chiste del chigüire bipolar. Pero no (todavía no hemos perdido la capacidad de asombro), para nada era un chiste, era otro ejemplo de la cruda realidad del llamado socialismo del siglo XXI.

El gobierno de Maduro en medio de su desesperación ante la grave crisis económica que tiene entre manos, no se le ocurrió nada mejor que aliarse a la Nestlé para enfrentar la supuesta guerra económica de la burguesía parasitaria. Hay que comentar que el discurso del gobierno que pretende aportar el descubrimiento de que la burguesía en nuestro país juega un papel parasitario, equivale a haber descubierto el agua tibia, en un país cuyo «empresariado» ha vivido de los subsidios y la renta petrolera, por lo menos desde 1926. El caso es que para empeorar las cosas y sumar a la confusión, el mismo gobierno que dice enfrentar al imperio y librar una guerra económica contra la burguesía, ahora anuncia orondo que la depredadora Nestlé va a convertir a nuestro país en una potencia, en palabras de Isis Ochoa, replicadas a los cuatro vientos por el Sibci. Mientras se celebra esta alianza, la Empresa Socialista Pedro Camejo languidece en el abandono; los trabajadores de Aceites Diana y Lácteos Los Andes, padecen los rigores de la desinversón, la falta de materias primas y la no discusión de sus contratos; las empresas básicas se caen a pedazos en medio de la corrupción y los incumplimientos laborales. Los trabajadores de Dianca, tuvieron que caminar desde Puerto Cabello a Caracas para exigir sus derechos. Lamentablemente esta no es la única evidencia de que no vamos hacia el socialismo, sino que estamos atrapados en un modelo económico de colaboración de clases instrumentado durante los últimos 14 años, y que hoy hace aguas por todas partes.

Por ello es necesario que los activistas obreros y populares, los jóvenes de las comunidades que creyeron honestamente en este gobierno y en todos sus discursos sobre un inexistente «poder popular», comiencen a reflexionar y sacar las conclusiones lógicas de este fracaso, rompan el miedo y el silencio, rechacen el chantaje de que si se rompe con este gobierno se le hace un servicio a la derecha. Es cierto que desde el movimiento obrero y popular se debe enfrentar a los corruptos partidos proyankis hoy agrupados en la MUD. Pero no podemos perder de vista que ya hay una derecha que está gobernando, disfrazada de socialista, con franelas del Ché y montada en Hummer, yates y aviones particulares, pactando con empresarios, banqueros y terratenientes, como los que asesinaron a Sabino. Otorgando todo género de beneficios a la burguesía nacional y transnacional. Como las empresas mixtas en la Faja, donde las multinacionales gringas, francesas, noruegas, rusas, chinas, son propietarias del 40% de las acciones de dichas empresas. Con la banca ganando todos los trimestres todos los reales del mundo. Con boliburgueses que se llenan los bolsillos aprovechando el diferencial cambiario o con el sector telecomunicaciones aumentando sus ganancias en el 3er. trimestre del 2013 con respecto al 2012 en 46,1%, según Conatel (noticia que presenta Aporrea como si se fuera una gran cosa). Mientras tanto, el pueblo y los trabajadores tenemos que hacer largas colas buscando los productos de primera necesidad que escasean, con salarios de hambre devorados por la inflación más alta del continente; con continuos apagones, sin agua y pésimos servicios públicos. Con miles de familias que después de 3 años aún sobreviven en refugios. Esta situación es la única responsable de que la MUD avance electoralmente. Si queremos ser consecuentes revolucionarios y antiimperialistas y evitar que se fortalezca la oposición burguesa, tenemos que comenzar por romper las amarras del Psuv y luchar de manera autónoma.

Es imperativo que los luchadores y activistas de las fábricas y comunidades, los jóvenes y estudiantes den el paso y se comiencen a organizar en un partido revolucionario, verdaderamente socialista, sin caudillos ni mesías. En ese compleja tarea está comprometido el Partido Socialismo y Libertad. Construyamos juntos esa herramienta obrera y popular, sin compromisos con los partidos del puntofijismo agrupados en la MUD, a los que enfrentamos cuando gobernaban para los patronos y las transnacionales, cuando reprimían con el «dispare primero y averigüe después» del proimperialista Rómulo Betancourt, así como también en el golpe y el paro del 2002, incluso a riesgo de nuestras vidas. La verdadera revolución está por hacerse, de nosotros depende materializarla.

*Secretario general del Partido Socialismo y Libertad y candidato a la alcaldía metropolitana de Caracas

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