Maduro se reúne con empresarios, reconoce la crisis y les otorga financiamiento

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Por: Laclase.info

Caracas, 3/12/2014. El presidente Nicolás Maduro se reunió con un grupo de empresarios y presidentes de empresas estatales, en el marco de la VI sesión de la mesa de trabajo permanente para la Exportación de la Conferencia Nacional de Paz, mecanismo creado el pasado año con el objetivo de establecer acuerdos con el empresariado.

Presionado por la grave crisis económica, la cual, al fin tuvo que reconocer, dada la drástica caída de los precios del petróleo, curiosamente casi no mencionó la supuesta guerra económica que los empresarios privados estarían desarrollando contra el gobierno. Sólo hizo una breve mención al respecto y al tema del contrabando, diferenciándolo de la exportación.

Sobre este tema, alabó a las empresas de países capitalistas como Japón, y a otros como Corea del Sur y China. Destacando el apoyo que los estados le dieron para exportar. Incluso les dijo a los empresarios reunidos en Miraflores que el Estado los iba a “proteger de manera especial”. Los llamó “sectores empresariales patriotas”, dejando atrás el calificativo de “apátridas”, que tanto ha utilizado el gobierno en su propaganda y discursos. A estos empresarios patriotas Maduro les pidió ayuda, para que le saquen las patas del barro de la profunda crisis que atraviesa el país.

A cambio de esta ayuda solicitada, Maduro otorgó una serie de incentivos económicos y financieros a los empresarios presentes en el evento, cuestión a la que los medios gubernamentales casi no hicieron mención.

En un pasaje del evento saludó al empresario Miguel Perez Abad, por su reelección en la presidencia de Fedeindustria.

Nicolás Maduro llamó a “trabajar más”, como si millones de trabajadores no se levantaran bien temprano para laborar todos los días. Pero no dijo nada del salario y del necesario aumento general ante el elevado costo de la vida.

Realmente, hubo momentos en los que uno no sabía si estaba hablando de Venezuela o de un país ideal, sólo existente en la propaganda gubernamental. Mostró una tablet y una laptop elaboradas por empresas mixtas con China, que no se ven en ninguna tienda de computación en el país.

Sin embargo, este evento sirvió para que el Presidente reconociera que hay una grave crisis económica, que ahora se agrava con la caída del precio del barril de petróleo. Reconoció que en Venezuela, después de 15 años hablando de una supuesta independencia, de patria, soberanía y otras frases que forman parte del acervo propagandístico del gobierno, somos más dependientes del petróleo, importadores netos de absolutamente todo. “Aquí sólo exportamos petróleo y hace unos años se logró posicionar a empresas que penetraron algunos mercados, pero los descuidamos y así como subió, la idea se desinfló y ahora estamos en los mínimos. Tenemos que reconocerlo”.

Reconoció mediante eufemismos, que hay inflación, y que los precios de los productos están altos, y dijo que “existe un desequilibrio en los precios de algunas cosas”. Ahora a la inflación el gobierno le dice desequilibrio. Malabarismos con las palabras para tratar e ocultar lo que todos vivimos a diario: alto costo de la vida y destrucción de nuestros salarios.

Se refirió a las llamadas zonas económicas especiales, firmando el decreto de conformación de dos, una en Paraguaná y otra San Antonio de Táchira-Ureña. Estas zonas especiales se crearon en el marco de las leyes promulgadas recientemente a través de la Ley Habilitante. Realmente, esto ha pasado casi por debajo de la mesa, pero es quizás lo mas y peligroso que el actual gobierno haya aprobado en materia económica.

Se trata de zonas de absoluta libertad empresarial, con subsidios e infraestructura pagada por el Estado. Un territorio sin ley, donde la legislación laboral, ambiental y demás regulaciones a la actividad económica, serían inexistentes. Sin sindicatos autónomos ni contrataciones colectivas. Es trasladar a Venezuela las mismas zonas de mano de obra semisesclava existentes en China, que le han permitido a ese país y a las transnacionales crecer y enriquecerse sistemáticamente, a costa de mano de obra subpagada.

El otro aspecto que se presentó fue el de la reducción de gastos suntuarios en un 20%. Ya Maduro en días pasados dijo que si era necesario se reduciría su propio sueldo, como si con eso se pudiera realmente enfrentar la crisis profundizada con la caída del precio de nuestro principal producto de exportación.

En realidad esos dichos de Maduro y el evento al que estamos haciendo referencia no hacen otra cosa que evidenciar la gravedad de la situación y la preocupación que recorre al gobierno. Lo de afirmar que estamos blindados y que incluso en medio de la crisis aumentará la inversión social y económica, no es más que propaganda para la galería. Lo cierto es que el próximo año, al igual que este, será de dificultades para el pueblo trabajador. Ante eso no queda otro camino que la lucha y la movilización, y el enfrentamiento al programa de ajuste que Maduro sigue aplicando en acuerdo con Fedecámaras y Empreven.

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