Manifiesto en defensa del trabajo y la vida
La crisis económica mundial que ahora se extiende a nuestros países, está siendo descargada sobre las espaldas de los obreros y demás sectores populares. Los despidos, la falta de acceso a los productos de primera necesidad, la supresión de los derechos laborales, marcan la tónica de lo que será el 2009.
La crisis económica mundial que ahora se extiende a nuestros países, está siendo descargada sobre las espaldas de los obreros y demás sectores populares. Los despidos, la falta de acceso a los productos de primera necesidad, la supresión de los derechos laborales, marcan la tónica de lo que será el 2009.
Luego de dos años de gobierno de Alianza País no existen los cambios de fondo que se prometió en las campañas. Se han festinado los recursos provenientes del alto precio del petróleo en una política populista de campaña electoral permanente y en una política asistencialista de caridad a ciertos sectores pobres, pero manteniendo intactas las injustas estructuras sociales. Mientras tanto, nuestros recursos naturales y estratégicos como el petróleo, la telefonía celular, las obras hidroeléctricas y la minería han sido entregados a la voracidad de grandes empresas transnacionales, cuando debían ser asumidas por el Estado para resolver problemas como el desempleo, la pobreza y la dotación de servicios básicos para toda la población.
Las medidas del gobierno para enfrentar la crisis no afectan a los acreedores de la deuda, ni a los banqueros, ni a los grandes monopolista que acaparan los mercados, sino a los trabajadores sindicalizados, puesto que se han eliminado derechos como la jubilación patronal, la cesantía, la organización sindical, la contratación colectiva, entre otros, a más de que se preparan para echar mano de los recursos de la seguridad social aportados por todos los trabajadores.
El Congresillo aprobó una Ley minera que abre vía libre a la minería a gran escala para el beneficio de unas cuatro o cinco grandes empresas transnacionales, mientras que se reprime brutalmente a las poblaciones que protestan por sus derechos a la tierra, al agua, a la vida.
La única manera de enfrentar esta ofensiva antipopular es mediante un proceso de UNIDAD de todos los sectores que están protestando y resistiendo frente a este gobierno y la burguesía vendepatria: los sindicatos del sector público, la CONAIE, el Frente antiminero, las universidades públicas que también se hallan afectadas por el recorte de su presupuesto, etc. Para lograr la unificación de las luchas es necesario que las burocracias sindicales rompan con la patronal y el gobierno, asumiendo con decisión la defensa de los intereses de los trabajadores, manteniendo su independencia de clase y apoyando un programa de reivindicaciones democráticas, sin perder de vista el gran objetivo de sustituir el capitalismo decadente por una sociedad auténticamente socialista.
¡ABAJO LA LEY DE MINERÍA. POR EL DERECHO A LA VIDA!
¡RESPETO A LOS CONTRATOS COLECTIVOS Y A LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES!
¡DEFENSA DEL PRESUPUESTO Y LA AUTONOMÍA DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS!
¡ALZA DE SALARIOS EN PROPORCIÓN A LA CANASTA BÁSICA FAMILIAR!
¡ESCALA MÓVIL DE HORAS DE TRABAJO PARA GENERAR EMPLEO!
¡NO AL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA!
¡SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO PALESTINO, QUE EL GOBIERNO ROMPA RELACIONES DIPLOMÁTICAS CON EL ESTADO GENOCIDA DE ISRAEL!