Más de 600 activistas de la flota humanitaria detenidos por los esbirros sionistas
El puerto israelí de Ashdod se ha convertido en un campo de concentración sionista en el que permanecen secuestrados al menos 629 activistas de la flotilla humanitaria que fue acribillada al intentar llevar alimentos y comida a Gaza. 50 activistas han sido deportados y 46 se encuentran hospitalizados, nueve de ellos gravemente. El fascismo israelí ha tendido un cerco informativo a este puerto, censurando la mayor parte de la información referida a este nuevo crimen sionista. Entre los detenidos ilegalmente hay ciudadanos turcos, palestinos, estadounidenses, europeos, e incluso israelíes que se oponen a la política sionista.
El puerto israelí de Ashdod se ha convertido en un campo de concentración sionista en el que permanecen secuestrados al menos 629 activistas de la flotilla humanitaria que fue acribillada al intentar llevar alimentos y comida a Gaza. 50 activistas han sido deportados y 46 se encuentran hospitalizados, nueve de ellos gravemente. El fascismo israelí ha tendido un cerco informativo a este puerto, censurando la mayor parte de la información referida a este nuevo crimen sionista. Entre los detenidos ilegalmente hay ciudadanos turcos, palestinos, estadounidenses, europeos, e incluso israelíes que se oponen a la política sionista.
Curiosamente, el fascismo sionista acusa de «inmigración irregular» a los activistas para justificar su retención. El documentalista venezolano David Segarra se encuentra entre los presos del Estado colonial de Israel.
Pese a la indignación de los pueblos ante este atroz crimen, el Consejo de Seguridad de la ONU se limitó a «lamentar» la pérdida de vidas humanas y los heridos, sin siquiera condenar a Israel.
Los presos del sionismo se encuentran incomunicados. Autoridades israelíes han admitido que el ataque fascista se produjo en aguas internacionales.