Masacre de Cantaura: «Algunos los entregamos vivos y aparecieron muertos»
Hasta ahora el Ministerio Público cuenta con dos expedientes que se sustanciaron en la década de los 80 y donde se describe la operación ejecutada por la Fuerza Armada, Fuerza Aérea, Disip y DIM en Cantaura, el 4 de octubre de 1982, con saldo de 25 personas fallecidas: 23 integrantes del Frente Guerrillero Américo Silva, un capitán del Ejército y un agente de la Disip.
Hasta ahora el Ministerio Público cuenta con dos expedientes que se sustanciaron en la década de los 80 y donde se describe la operación ejecutada por la Fuerza Armada, Fuerza Aérea, Disip y DIM en Cantaura, el 4 de octubre de 1982, con saldo de 25 personas fallecidas: 23 integrantes del Frente Guerrillero Américo Silva, un capitán del Ejército y un agente de la Disip.
A los cadáveres los metieron en bolsas plásticas y los sepultaron en una fosa común del cementerio de El Tigre.
Los expedientes recabados por el Ministerio Público para investigar los hechos son: el 5034559, remitido por la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) y el 82-1075, enviado por el Juzgado Militar de 1° Instancia Permanente de Maturín (Mon). Ese último expediente contiene declaraciones rendidas por oficiales, suboficiales y Disip. Algunos de estos testigos presuntamente admitieron que aprehendieron a algunos de los integrantes del Frente Guerrillero Américo Silva y «los entregaron vivos a la Disip, pero luego aparecieron muertos», reveló una fuente de Fiscalía Militar. Esto se compagina con la declaración de las autoridades de entonces, quienes difundieron fotos de personas presentándolas como muertos en la refriega, pero que formaban parte de los 16 sobrevivientes.
Aún la Disip no ha remitido a la Fiscalía el expediente que reposa en sus archivos sobre la masacre de Cantaura. Tampoco lo ha hecho el Ejército ni la Fuerza Aérea, dijeron las fuentes.
Los testigos militares, cuyas declaraciones están insertas en el expediente del Tribunal Militar de Maturín, hablaron poco de la Operación Cantaura limitándose a decir que hubo «un encuentro con guerrilleros».
La operación duró tres días, pero el mayor número de bajas ocurrió el lunes 4 de octubre de 1982, cuando a las 5:30 am dos aviones Camberra y dos Bronco sobrevolaron el fundo Santa Ana, propiedad de José Rojas Boccalandro, ubicado a pocos kilómetros de Cantaura, donde estaban reunidos los guerrilleros. «Los Camberra se utilizaron como arma de disuasión; esos aviones no dispararon, pero sí lo hicieron los Bronco», declaró el entonces ministro de Defensa, Luis Narváez Churión. «No hubo fuego pesado, sino el armamento regular que usan los cazadores», acotó el ministro refiriéndose al Batallón de Cazadores Pedro Zaraza, actuante en la operación.
Luciano Valero era ministro de Interiores y declaró que «el encuentro con estos guerrilleros era inevitable». Le preguntaron por qué enterraron los cadáveres en una fosa común y respondió: «esto ocurrió en una acción de guerra.
No hubo bajas de campesinos o indígenas».
Tal acción bélica congregó a 471 hombres: un general, 8 oficiales superiores, 24 subalternos, 378 efectivos de tropas y 70 disip, dicen los expedientes.
Henry López Sisco dirigió al componente de la Disip aplicando el mismo método que cuatro años más tarde emplearía en Yumare (8-5-86): infiltrar a los hermanos Rabanales dentro del movimiento guerrillero para obtener información sobre sus acciones.
Muerte del disip. La muerte del disip José Lira García todavía sigue sin explicaciones, de acuerdo con lo ventilado en los expedientes recabados por la Fiscalía. Estaba adscrito a la Brigada de Explosivos de Puerto La Cruz.
En cambio, el fallecimiento del capitán del Ejército sí fue ampliamente explicada por el ministro de la Defensa, Narváez Churión, quien leyó un comunicado del cual se extrae este párrafo: «en la madrugada del día de hoy (4-10-82), un grupo de bandoleros que escapaban del cerco logró herir al capitán (Ej) Jesús Eduardo Ávila Paolini y obligándolo a dar vueltas, ya herido e inerme, lo asesinaron por la espalda».
El entonces presidente de la República, Luis Herrera Campins, publicó un obituario refiriendo que Ávila Paolini era de la promoción José de la Cruz Carrillo y ex miembro de la Guardia de Honor. Para honrar su memoria, Mindefensa encomendó elaborar un trabajo sobre el militar fallecido. Tal encomienda recayó sobre el jefe del Departamento de Información del Ejército, coronel Oswaldo Sujú Raffo.