13 enero, 2025

Mientras MCM y EGU crean falsas expectativas: Gobierno y empresarios pactan el ajuste contra el pueblo

Por Partido Socialismo y Libertad 

4 de diciembre de 2024. A más de 4 meses del fraude en las elecciones del 28 de julio, el gobierno sigue avanzando en la aplicación de su ajuste capitalista. Continúan los salarios de hambre. La crisis social se profundiza. Esto se puso dramáticamente de manifiesto en Margarita donde sus habitantes han tenido que soportar recientemente muchas horas sin electricidad, algo que ya es un grave problema en el Zulia, los andes y otras regiones del país. A la crisis eléctrica se agregan la falta de agua, la escasez de gas y gasolina, como parte del desastre general de los servicios públicos.

La oposición burguesa por su parte, encabezada por María Corina Machado, continúa generando falsas expectativas de cara al 10 de enero. Apostando a una supuesta transición, precedida de una negociación con el gobierno, que no se ve por ninguna parte. Desde un principio se han negado a movilizar, y sin plan ni estrategia clara, dejan todo en manos de una especie de milagro. Mientras Edmundo González Urrutia, desde su exilio en Madrid, promete regresar en enero, pero no explica como lo hará. Todo un enredo que lleva a la base de la oposición patronal hacia un nuevo desengaño.

Mientras esto sucede en el ámbito político, los empresarios agrupados en Fedecámaras, Conindustria y Fedeindustria, avanzan en acuerdos y negocios con el gobierno de Maduro, que cada vez habla menos de socialismo, y se prepara para entregar nuestros recursos a transnacionales y empresarios nacionales.

Los empresarios pragmáticos como de costumbre, y ni cortos ni perezosos, aprovechan para hacer negocios con un gobierno que ha mostrado hasta la saciedad, su disposición a llegar a acuerdos con el sector privado. Para esto lamentablemente cuentan con la pasividad y la complicidad de la mayoría de las centrales sindicales, que proponen un exiguo aumento del salario a $200, por el cual ni siquiera se ocupan de organizar la lucha y la movilización.

Ya el presidente de Fedecámaras, Adán Celis, ha planteado con toda claridad, su interés en terminar con la retroactividad de las prestaciones sociales, cuestión que el gobierno está dispuesto a discutir.

Recientemente Luigi Pisella, presidente de Conindustria, como si fuera portavoz del gobierno, fue quien hizo público el plan gubernamental de privatizar entre 500 y 600 empresas, de las cuales ya estarían listas para pasar a manos del sector privado unas 350.

Por su parte, el presidente de Fedeindustria, Orlando Camacho, se hizo viral con la afirmación totalmente alejada de la realidad de que en Venezuela “No hay nadie que gane menos de 200 dólares mensuales”. Y agregó que ¡los salarios estarían entre 200 y 2000 dólares! Lo que para millones de docentes, trabajadores de salud, jubilados, de comercios privados y diversas empresas, que devengan salarios de hambre fue una bofetada y una grotesca burla.

Y para no dejar dudas sobre el papel de los empresarios, Jorge Roig afirmó recientemente que los empresarios debían “prevalecer”, agregando que: “Y si para prevalecer hay que reunirnos cada vez que nos llame el gobierno para ejecutar políticas públicas, no mezclarse mucho en el tema político, que sé que eso es muy criticado, pues, a fin de cuentas, es lo que nos toca.”

No es casual que ni Fedecámaras ni alguna otra organización empresarial se haya pronunciado sobre los miles de detenidos postelectorales. Como dice Roig, ellos no se meten en política. Lo de ellos es hacer “billetes”.

Estos son los mismos empresarios que apoyan los partidos patronales. Los mismos que alaba María Corina Machado, y con los cuales cuenta para su proyecto liberal y capitalista.

Desde el Partido Socialismo y Libertad decimos que para derrotar al gobierno y su ajuste capitalista, y recuperar las libertades democráticas, no podemos confiar en los partidos de la oposición patronal, ni en María Corina Machado ni en Edmundo González, mucho menos en un empresariado capaz de venderse al mejor postor en aras de sus negocios.

Los cambios que anhela el pueblo trabajador no serán producto de formulas mágicas, ni vendrán del “imperio” o de la llamada “comunidad internacional”. La realidad de la clase trabajadora y de los sectores populares sólo puede cambiar con la lucha, por eso somos enfáticos en decir que el 10 de enero no se abre una nueva realidad, esa idea falsa la difunden MCM, EGU y los partidos patronales para generar expectativas y tratar de seguir contando con el apoyo popular. Sin movilización popular no se puede hacer retroceder a la dictadura, derrotar su ajuste capitalista y recuperar las libertades democráticas.

Insistimos en que es necesario movilizarnos para imponer un Plan Obrero y Popular de emergencia, financiado a través de un Fondo Social y Económico, cuyos recursos deben provenir de los grandes empresarios nacionales, banqueros y transnacionales; que contemple: Petróleo 100% estatal sin transnacionales ni empresas mixtas, gestionado por sus trabajadores, profesionales y técnicos; impuesto a los grandes capitalistas nacionales y transnacionales; no pago de la deuda externa; suspensión de gastos policiales y militares; repatriación de recursos del exterior; confiscación de bienes de corruptos.

Con todos esos recursos garantizar salarios y pensiones iguales a la canasta básica, indexados mensualmente a la inflación. Decimos ¡Basta de bonificación salarial! Un plan de infraestructura para recuperar universidades, escuelas, hospitales y ambulatorios, que proporcione empleos dignos y productivos; casas de abrigo y protección para todas aquellas mujeres y disidencias que se atreven a denunciar la violencia machista. ¡Plan de inversión en la industria petrolera y empresas básicas para que haya gasolina, gas, electricidad! Todo ello en la perspectiva de luchar por un gobierno de las trabajadoras, trabajadores, y por el verdadero socialismo.

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