Miguel A. Hernández: «El gobierno no quiere que haya organizaciones independientes para la defensa de los derechos humanos»
El profesor universitario y dirigente del partido Unidad Socialista de Izquierda, Miguel Ángel Hernández, rechazó de manera categórica las declaraciones de la diputada Iris Varela, quien dijo a comienzos de esta semana que Provea era agente de la CIA, luego de la publicación del informe anual sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, por parte de dicha organización. Para Hernández, se trata de una política sistemática del gobierno para descalificar cualquier crítica o denuncia en materia de derechos humanos.
El profesor universitario y dirigente del partido Unidad Socialista de Izquierda, Miguel Ángel Hernández, rechazó de manera categórica las declaraciones de la diputada Iris Varela, quien dijo a comienzos de esta semana que Provea era agente de la CIA, luego de la publicación del informe anual sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, por parte de dicha organización. Para Hernández, se trata de una política sistemática del gobierno para descalificar cualquier crítica o denuncia en materia de derechos humanos.
«Al gobierno venezolano actual, al igual que ocurría con los gobiernos adecos y copeyanos, no le gusta que haya organizaciones independientes que documenten la situación de los derechos humanos. Esto no es nada nuevo, todos los gobiernos de las últimas dos décadas han descalificado a Provea, una organización con una destacada trayectoria en la defensa de los derechos humanos, pues quieren tapar el mensaje atacando al mensajero. Con el agravante de que este es un gobierno obsesionado con acabar con la autonomía de las organizaciones populares, obreras, estudiantiles, y por eso se acusa a cualquiera que critique al gobierno de ser un elemento al servicio del imperialismo. De esta manera se sirven las condiciones para la persecución política y la criminalización de las organizaciones que no se disciplinan al gobierno», explicó Hernández.
«En el caso de Provea, debemos decir que su labor ha marcado pauta en nuestro país en el tema de los derechos humanos. Su activismo ha sido decisivo para la denuncia de terribles crímenes de Estado como la Masacre de El Amparo, y en tiempos más recientes ha tenido un rol protagónico en la denuncia del sicariato contra dirigentes obreros, así como la Campaña contra la criminalización de la Protesta Social. Por contraste, no podemos dejar de notar que sea precisamente una diputada que tiene gran responsabilindad en el encubrimiendo de violaciones a los derechos humanos, como lo es Iris Varela, quien se encarga de hacerle el trabajo sucio al gobierno, acusando a Provea de ser agente de la CIA. No podemos olvidar que Varela encabezó la comisión parlamentaria que archivó y encubrió la responsabilidad del ex gobernador de Guárico, Manuitt, en ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por la policía regional de ese Estado. Varela actuó en ese entonces siguiendo los lineamientos del gobierno de proteger a un gobernador aliado, de la misma manera como ahora actúa como perro de presa para lanzarse contra Provea. La ironía es que precisamente en sus últimas declaraciones se ha dado a la tarea de negar que haya ejecuciones extrajudiciales en nuestro país», añadió.
«Otro de los que arremeten contra Provea es el director del diario Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel, colocando en duda un informe que se basa principalmente en cifras oficiales de los propios organismos del Estado venezolano. Cabe recordar que Díaz Rangel el 13 de abril de 2002 saludaba en un editorial al gobierno golpista de Carmona, calificándolo como un gobierno de unidad nacional, mientras que en esas mismas horas Provea se dedicaba a denunciar los atropello a los derechos humanos por parte del breve gobierno dictatorial de Fedecámaras y la CTV. De tal manera que quienes hoy atacan a Provea por encargo del gobierno carecen de las credenciales y la moral para hacerlo».
Para el dirigente revolucionario, «la actuación deplorable de la diputada, además, echa por tierra totalmente la cómica pretensión de algunos encumbrados burócratas del PSUV, entre los cuales se cuenta ella misma, de lanzar una supuesta corriente radical en el partido de gobierno. Ya vemos que lo único radical de esa corriente es el servilismo hacia el presidente de la República y la absoluta falta de principios y escrúpulos a la hora de hacer política. De ahora en más queda demostrado que dentro del PSUV no hay nada que buscar, es necesario que los militantes honestos que aún no se han decidido a abandonar las bases de ese partido lo hagan cuanto antes, y se decidan a participar de la construcción de un verdadero partido revolucionario».