Mis razones para votar por Orlando Chirino

Venezuela está en el medio de una extrema polarización, cuyas líneas divisorias no son las de la derecha y la izquierda. Aunque ya Acción Democrática y Copei hayan dejado de habitar el primer plano entre los partidos políticos, ahora dos nombres ocupan el prestigio indecoroso que aquellos colores, blanco y verde, una vez tuvieron. Lo único que parece ha cambiado en el bipartidismo venezolano son los nombres de ambas trincheras: Psuv y MUD.

Venezuela está en el medio de una extrema polarización, cuyas líneas divisorias no son las de la derecha y la izquierda. Aunque ya Acción Democrática y Copei hayan dejado de habitar el primer plano entre los partidos políticos, ahora dos nombres ocupan el prestigio indecoroso que aquellos colores, blanco y verde, una vez tuvieron. Lo único que parece ha cambiado en el bipartidismo venezolano son los nombres de ambas trincheras: Psuv y MUD.

Sí, la Mesa de la Unidad Democrática es solo un conjunto partidos puntofijistas y sus derivados, sumados para perseguir la silla de Miraflores.

Faltando una semana para las elecciones presidenciales del 7 de octubre, la sensación de vivir en un país polarizado se incrementa considerablemente desde distintas direcciones. Una es desde como los Medios de Comunicación (privados y estatales) buscan demostrar que solamente existen dos candidatos, los únicos que tienen chance de coronarse victoriosos ese domingo. Los demás candidatos, como el dirigente obrero Orlando Chirino, son silenciados, quien incluso es atacado con el rumor de que ha renunciado a su candidatura o va a renunciar. Chirino ha dicho que se mantendrá hasta el final de la presente contienda y seguirá adelante, palabras que tiene que asegurar constantemente para contrarrestar esta campaña desleal en su contra.

Es ya común ver reflejadas en periódicos y televisoras posturas a favor de Chávez o Capriles, recordando a los procesos electorales norteamericanos, donde los candidatos independientes también quedan relegados y sólo se enmarca la batalla electoral entre republicano y demócrata.

Rojo y azul, un «camino» y una «revolución», Psuv y MUD, corazón y gorra: Chávez y Capriles. Esa es la campaña vacía de ideas que intoxica al pueblo venezolano. Dar a conocer el planteamiento de un posicionamiento de izquierda socialista como el de Orlando Chirino, no solamente es necesario para encontrar el camino hacia una verdadera revolución política, social y económica en Venezuela, sino para romper definitivamente con los paradigmas de la dependencia, de la desigualdad social, del rentismo, y del saqueo imperialista de nuestros recursos naturales. El voto no debería ser utilizado para escoger entre el menor de dos males, sino para apoyar a aquel candidato cuyas propuestas se parezcan más a lo que pensamos.

Si ambos candidatos polarizados asistieran a un debate, el pueblo podría observar como ambos estarían de acuerdo en una gran cantidad de preceptos. Como en el tema del petróleo, donde ambos manipulan a sus seguidores haciéndoles creer que sus planteamientos son disímiles, sin embargo tanto Chávez como Capriles continuarían amamantando a las empresas transnacionales a través de las empresas mixtas. Política que se aleja años luz de una completa nacionalización del petróleo, como propone el candidato Chirino.

Así como ambos candidatos, emocionados con la idea de ser dueños y señores del Estado venezolano, seguirían regalando el petróleo que le pertenece a venezolanos y venezolanas, ninguno de los dos estaría dispuesto a brindarle un aumento significativo al salario mínimo. Según el gobierno, Venezuela tiene una de las mejores cifras en la materia en Latinoamérica: 2.047 Bs, remuneración que entró en vigencia desde los primeros días de septiembre. Y si Capriles Radonski resulta vencedor la cifra aumentará a 2.500 Bs para así igualarlo con la canasta alimentaria. Sin embargo, un cambio profundo estaría en que el piso salarial se nivelara a la canasta básica, pues tanto Capriles como Chávez pretenden mantener el salario mínimo en menos de la mitad de ese concepto. Orlando Chirino es el único que plantea resguardar los ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas del trabajador, igualando el salario mínimo a la canasta básica e indexándolo a la inflación.

Muchos venezolanos terminarán dando su voto a una de las dos posturas del “nuevo bipartidismo”, llevados a la posición pesimista de que no es posible un cambio de fondo sino solamente escoger el mal menor entre Psuv y MUD. Pero de ser así, las elecciones no reflejarán el tamaño de las esperanzas o de los sueños de miles de venezolanos que protestan a diario por salario, por vivienda, por el derecho a la salud y la educación. Ellos deben saber que sí hay una candidatura que ha estado al servicio de las luchas, en las calles, en las universidades, en los portones de las fábricas, y que quienes voten por Orlando Chirino se pararán muy lejos de la derrota, pues ese voto de protesta y de dignidad fortalecerá la lucha que continuaremos el 8 de octubre por recuperar a Venezuela y llevarla en la búsqueda de un camino socialista, revolucionario y libertario.

Independientemente del resultado electoral, sabemos que sería imposible abandonar el país en las manos de la “boliburguesía” o del “camino” de Capriles y Fedecámaras, quienes continuarán el saqueo del país y el entreguismo. Sabemos que de nosotros mismos depende hacer realidad nuestras aspiraciones de justicia y libertad, y que seguiremos defendiéndolas en las calles.

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