3 noviembre, 2024

Multitudinaria marcha en Madrid contra el genocidio sionista

Madrid recuperó así, como lo había hecho el sábado Barcelona y otras ciudades españolas y europeas, el espíritu del No a la guerra de 2003.

Madrid recuperó así, como lo había hecho el sábado Barcelona y otras ciudades españolas y europeas, el espíritu del No a la guerra de 2003. Aunque la marcha no fue tan multitudinaria como las que protestaban contra la decisión de José María Aznar de apoyar la guerra, sí fue muy numerosa, más de lo esperado.

Los organizadores aseguran que hubo 250.000 personas. La Delegación del Gobierno, en contra de su costumbre, no ofreció cifras, y la Comunidad de Madrid, habituada a inflar las cifras de las marchas contra Zapatero, tampoco. Este periódico dividió en tres tramos la ocupación máxima de la calle Alcalá y la Puerta del Sol a las 13.30, unos 22.000 metros cuadrados en total, y la cifra aproximada de la suma de esos tres tramos es de 55.000 manifestantes.

La marcha de Madrid contenía dentro muchas protestas diferentes. Mientras en la primera parte, claramente mayoritaria, se podían ver muchas pancartas pacifistas -«Ojo por ojo, todos ciegos (Gandhi)», «Por una Palestina laica y democrática» y muchos letreros de «Paz», los mismos del No a la Guerra- al final de la riada humana los ánimos se calentaron, se quemaron estrellas de David y se comparó a los israelíes con los nazis. En esta zona compartían espacio pancartas como «De monoteísmos surgen fascismos» y jóvenes árabes españoles gritando cánticos agresivos con una cinta en la cabeza con el escrito «Alá es grande».

La división política que se vive en Palestina entre partidarios de Hamás y de Fatah también se trasladó en ocasiones a la marcha. Un grupo de ultras encapuchados abucheó la presencia del embajador de la Autoridad Palestina, y trató de impedir con gritos en árabe la lectura del manifiesto de la marcha.

Sin embargo, la protesta transcurrió con normalidad, aunque al final un pequeño grupo de exaltados se fue a tirar piedras a la embajada de Israel, algo que el PSOE, que participó en la marcha con Pedro Zerolo al frente -con pañuelo palestino al cuello-, condenó inmediatamente.

La mayoría de los cánticos exigía al Gobierno que presione más a Israel, clausurando la embajada. Gaspar Llamazares, de IU, resumió ese mensaje: «Se puede hacer mucho más, llamando a consultas al embajador israelí en España, y suspender la relación preferente de la UE». Decenas de pancartas de IU, de Juventudes Socialistas y algunas del PSOE dominaron la protesta.

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