28 septiembre, 2024

No me alegra, pero me entra un fresquito

23 de enero derrota al chavismo

Por: Adriana Teixeira

En principio, quiero dejar claro mi postura y es la siguiente: No respaldo, ni respaldaré jamás, a los responsables de la ruina del país, es decir, no soy chavista. Por mucho tiempo apoyé las iniciativas políticas de la oposición venezolana, sin embargo terminó por asquearme, al igual que el Gobierno, e inicié el andar por un sendero aún incomprensible, dada la polarización extrema en la que está sumergida el país, y es el de construir una alternativa ante los dos polos que hoy definen la dinámica política de la nación. Aclarado el punto, esgrimo algunas consideraciones que encuentro pertinentes ante los resultados obtenidos este 6D.

Tras 17 años bajo un gobiernocon el control pleno y absoluto de cada uno de los poderes del Estado, de ostentar un poder nunca antes experimentado por mandato alguno en este país me pregunto ¿de verdad la oposición que derrotaron sistemáticamente durante 17 años es responsable de la crisis que hoy vivimos? Durante un período entero (2006-2011) legislaron sin oposición de ningún tipo, porque parte de las torpezas de la Coordinadora Democrática, hoy MUD, así lo quiso y para el proceso electoral del período 2011-2016 la alianza chavista lanza la consigna “El pueblo pa la Asamblea” y salvo unas pocas excepciones, eran exactamente los mismos candidatos del período anterior; entonces, ¿qué carrizo querían decir con eso?.

Durante todos estos años hemos sido testigos del uso y abuso del poder, hemos visto los vehículos institucionales al servicio de la maquinaria del PSUV y demás aliados electorales (las colitas de PDVSA que criticaba el fallecido Presidente Chávez es una pequeñez ante lo que hoy vivimos), los recursos desviados por los funcionarios claves (tan claves que no llegaron allí de no ser porque los más poderosos del clan chavista así lo autorizaron), el chantaje al que sometieron hasta la saciedad a los trabajadores públicos, las humillaciones y vejaciones que padecieron quienes no comulgaran con ellos, bien en las instituciones públicas o bien en los urbanismos de la GMVV. Abusaron, humillaron, vejaron, excluyeron y chantajearon desde sus puestos de poder, el cual fue otorgado por la gente que creyó que en el chavismo tenía cabida una opción verdaderamente popular y justa.

    Lo que hemos vivido en los últimos años se puede definir como una AUNTÉNTICA PASADERA ‘E RONCHA. La escasez de alimentos, las humillantes colas, el alto costo de la vida, los salarios de miseria, la inseguridad, la falta de agua por hasta 3 meses, la basura desbordada en las calles, la proliferación de enfermedades como dengue, amibiasis y hepatitis, la explotación indiscriminada de la cuenca del río de Naiguatá… La lista es larga y desde los sectores del gobierno no hay cabida para la autocrítica, este es un pueblo “desleal”, “traidor” y “malagradecido” como lo han dicho muchos dirigentes chavistas, ¡vaya falta de humildad!, ¡qué poca sensatez!, ¡qué abusadores que son!, han gozado  en la opulencia, mientras someten al pueblo a la precariedad más aguda que hallamos vivido en los últimos años  y  si estos resultados no son un llamado de atención, una invitación a la reflexión, una oportunidad de enmendar los errores, nada lo será y ustedes, estimados chavistas, pasarán a la historia como unos populistas, demagogos y chantajistas.

     Hoy le temen a la retaliación; pero, ¿alguna vez se detuvieron a evaluar cómo trataron a quienes no los apoyaban ciegamente o a quienes manifestaron tener dudas? ¡No! Porque siempre actuaron con una soberbia desmedida y descalificar era la única respuesta que podían dar, los descalificativos  más famosos hasta ahora: escuálidos, majunches, lacayos del imperio, apátridas. Durante 17 años ganaron cada proceso electoral con sobrada comodidad y aun así celebraban cantando “palo por ese culo”. Recuerdo a una Tibisay Lucena dar resultados sonriente, irónica e irrespetuosa, pero eficiente, eso sí, a leguas se le notaba la satisfacción con la que daba los detallados resultados de anteriores procesos electorales en los que el chavismo ganaba con mayoría aplastante, esta vez se limitó a hablar de porcentajes y delegar en las juntas regionales las explicaciones detalladas que a ella no le dio la gana de dar, una vez más, ¡qué falta de humildad!.

     El fresquito que me dejan estos resultados es que una Tamara Adrián hoy pueda ser diputada, porque en 17 años de “revolución” la comunidad sexodiversa ha sido usada y estafada en su buena fe, por creer que unos autodenominados revolucionarios podían ser sus representantes,  ¡por Dios!, esos militares pacatos con su falsa moral cristiana jamás reivindicarían las luchas de la comunidad sexodiversa, me refresca que finalmente haya un contrapeso a tanto abuso de poder y me refresca que el discurso chantajista no siguió calando. Me impresionó mucho ver a mis vecinos del barrio El Cardonal bajar del cerro a la avenida aplaudiendo y felices por el triunfo de la MUD, la última vez que vi algo así fue en 1998 cuando Chávez ganó la presidencia, un pueblo harto de 40 años de  AD y COPEI en la presidencia de la República, salió a votar por una esperanza llamada Hugo Chávez y luego de 17 años de gobierno chavista sale a votar por una esperanza representada en la MUD, antes, como ahora, creyeron haber votado por una auténtica solución, la historia será la que decida.

El reto de esta Asamblea será legislar a un pueblo que entiende en qué consiste eso del “Poder popular”, que entiende y hace valer su rol participativo y protagónico, un pueblo con sentido de pertenencia y eso sí que es un logro real del proceso chavista, creo que a partir de este momento inicia una nueva dinámica política, sobre todo para los chavistas, porque la militancia honesta no podrá “tapar el sol con un dedo” e impulsará un proceso crítico que hará flaquear el cierre de filas que los ha caracterizado hasta ahora, por su parte la oposición deberá sostener el espíritu de unidad que tanto pregonaron, pero en este sentido no les auguro un buen desempeño. Por último, esta es una gran oportunidad para quienes en los últimos años nos hemos mantenido al margen de la polarización, pues esta dinámica bipolar nos ha convertido en una suerte de parias políticos, sin voz, sin votos, sin espacios… El tiempo irá reafirmando la necesidad de construir una alternativa.

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