Obama aprueba el mayor presupuesto militar de la historia humana
Andrés Sal.lari
Rebelión
Andrés Sal.lari
Rebelión
El último viernes leí una noticia cuyo titular me llamó la atención, sobre todo porque la leí en el portal venezolano Aporrea, que se caracteriza por su preocupación en difundir noticias contrahegemónicas. La fuente de la nota de Aporrea era el sitio web del canal Telesur, que también está obligado a difundir noticias contrahegemónicas.
El titular era el siguiente: «EE UU: Obama aprueba ley para eliminar gastos de guerra».
Y la noticia fíjese como comienza:
El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), suscribió este jueves en la Casa Blanca una ley de defensa por 680 mil millones de dólares para eliminar algunos proyectos de armamento que han resultado costosos y que incrementan los gastos de guerra.
Lo primero: Se me hizo difícil creer que se apruebe una ley de defensa de 680 mil millones de dólares y que paradójicamente esto sirva para “eliminar algunos proyectos de armamento que han resultado costosos y que incrementan los gastos de guerra”. Sin embargo esas cifras no significan mucho si no se comparan con gastos similares de por lo menos, temporadas anteriores.
Ahora vamos a ver cómo la nota reproduce los dichos de Obama, que nos harán entender cómo esos gastos “eliminan” gastos de guerra:
El mandatario norteamericano aclaró que esta ley elimina proyectos de armas que sólo derrochan fondos, como el caza F-22 de la época de la Guerra Fría, que según críticos, no se adecua a las necesidades en Irak y Afganistán. Agregó que los gastos militares innecesarios constituyen «una afrenta para el pueblo estadounidense y para nuestras tropas». «Aún quedan más batallas, que necesitamos ganar», señaló Obama. «Tomará algo de tiempo cambiar las costumbres de Washington, y un esfuerzo sostenido». «Cuando el secretario (de Defensa, Robert Gates), y yo nos propusimos erradicar algunos de los proyectos que caían en el despilfarro, hubo mucha gente que pensó que no era posible hacerlo, que estaba segura que íbamos a ser derrotados, que estaba segura que nos iban a arrollar», señaló Obama. «Hoy hemos demostrado que estaban equivocados», agregó. La norma aprueba en el frente militar un pedido del presidente Obama por 130 mil millones de dólares, la última asignación para las guerras de Irak y Afganistán. Por otro lado, la ley limita al Gobierno para efectuar traslados de prisioneros en Guantánamo para ser juzgados en suelo estadounidense sin notificar con 45 días de antelación al Congreso. En este sentido, los presos de esa cárcel no serán puestos en libertad en EE.UU.
Si leemos la nota tal como está podemos creer que el presidente de EEUU anda en una cruzada por eliminar gastos de guerra y hasta podríamos pensar en otorgarle un premio Nobel de la Paz… Hasta parece simpático el endurecimiento de las condiciones legales de los presos en Guantánamo.
Si repasamos las erogaciones de años anteriores en materia de defensa podemos descubrir fácilmente que la línea argumental brillantemente impuesta por Obama no resiste el menor análisis.
Desde 2004 (cuando George W. Bush ya llevaba 3 años de guerra a muerte contra el “terrorismo”) la inflación del presupuesto militar estadounidense fue notable.
Para el ejercicio fiscal 2004 se gastaron 401.3 mil millones de dólares. Cuando Bush se retiró de la presidencia, estipuló un gasto de casi 623.000 millones de dólares, el más grande desde la Segunda Guerra Mundial.
Ahora Obama aprobó 680 mil millones, ¡el más grande presupuesto militar de toda la historia de la humanidad!, pero este no es el titular, sino que el equipo de Obama ha logrado que todos le titulen que Obama aprueba la eliminación de gastos de guerra.
Con esta noticia podemos sustentar cuán justo resultó el Nobel para Obama.
No hubo casi nadie que no criticara a Bush por sus exorbitantes gastos de guerra. Pero ahora Obama gasta aún más y los titulares que emiten las agencias internacionales nos dicen que el mandatario elimina gastos de guerra. Notable.
http://andressallari.blogspot.com/
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.