Orlando Chirino y el valor de una campaña que superó todas las adversidades

Independientemente del resultado electoral de la contienda del 7 de octubre, quienes acompañamos la campaña de Orlando Chirino podemos sentirnos satisfechos con el esfuerzo realizado. Quedará demostrado nuevamente que un importante núcleo voluntarioso y trabajador de activistas obreros, jóvenes y mujeres, convencido de la justeza de levantar una alternativa de los explotados y oprimidos, con una política correcta, puede darle batalla a fuerzas muy superiores en número y recursos, y hacerse con un espacio propio en la política nacional.

Independientemente del resultado electoral de la contienda del 7 de octubre, quienes acompañamos la campaña de Orlando Chirino podemos sentirnos satisfechos con el esfuerzo realizado. Quedará demostrado nuevamente que un importante núcleo voluntarioso y trabajador de activistas obreros, jóvenes y mujeres, convencido de la justeza de levantar una alternativa de los explotados y oprimidos, con una política correcta, puede darle batalla a fuerzas muy superiores en número y recursos, y hacerse con un espacio propio en la política nacional.

Sorteando todas las trabas y arbitrariedades de instituciones del sistema, el Partido Socialismo y Libertad (PSL) logró el reconocimiento del Consejo Nacional Electoral como partido nacional. Los colores y símbolos originales del PSL no están en la tarjeta electoral, como reflejo del tipo de decisiones que toma el árbitro electoral, pero ha sido una gran conquista de centenares de trabajadores, estudiantes y luchadores sociales, tener una tarjeta propia, con la cual pueden dar la disputa política y electoral a las variantes políticas burguesas que hoy polarizan las elecciones.

Con escasos recursos, centenares de activistas se desplegaron por todo el país, haciendo llegar a cientos de miles de personas las propuestas programáticas en las que se asienta la candidatura obrera de Orlando Chirino, como que el petróleo sea 100% venezolano, sin empresas mixtas ni transnacionales; democratizar la tenencia de la tierra; recuperar las empresas básicas bajo el control democrático de sus trabajadores; igualar el salario mínimo a la canasta básica, entre otras. No pocas veces se enfrentaron a la incomprensión de una población a la que se le ha inculcado de manera machacona e insistente que sólo hay y puede haber dos opciones políticas en nuestro país, ambas al servicio del capital y de la burocracia privilegiada, Chávez y Capriles. Pero también, en muchas otras ocasiones se encontraron con compañeros de trabajo, de comunidades o de la universidad, dispuestos a conocer más sobre una propuesta auténticamente socialista y revolucionaria, sin transnacionales ni boliburgueses.
Los medios de comunicación nacionales jugaron un papel poco democrático en general durante la campaña, apuntalando la polarización. Medios como El Nacional, Venevisión o Venezolana de Televisión y el resto del sistema nacional de medios públicos, controlado por el gobierno, adoptaron con rigor una línea de «cero Chirino». Y en no pocas ocasiones se tergiversó o se brindó un tratamiento muy ligero a los planteamientos del candidato del PSL. En Venezuela no hay minutos libres de radio y televisión para que los candidatos puedan exponer sus ideas y propuestas, y tampoco hay financiamiento público para los candidatos, con lo cual se reduce al máximo la posibilidad de visibilizar sus propuestas a candidaturas que no son financiadas por el gran capital o por la corrupción estatal.

La candidatura de Orlando Chirino sirvió también para denunciar estas inequidades del proceso electoral venezolano, un caso claro de esto fue la denuncia que hizo el candidato obrero del acuerdo propuesto por el CNE, en el que se afirmaban generalidades acerca del respeto al proceso electoral, a las autoridades electorales y al resultado, pero no se brindaban garantías para que el proceso fuera equitativo. Chirino fue el único candidato que no firmó dicho acuerdo.

En el seno de la izquierda también fue una aleccionadora y valiente apuesta a la independencia de clase, en un contexto en el que la mayor parte de quienes se reclaman socialistas, revolucionarios, o de izquierda, claudicaron totalmente a Chávez y a Capriles. Además de deslindar campos con el oportunismo en el que se hundió la mayor parte de la izquierda en estas elecciones, la candidatura defendida por el PSL permitió desnudar los métodos equivocados de agrupaciones empeñadas en torpedear cualquier iniciativa política que agarre vuelo entre los trabajadores. El más notorio es el caso de la organización Liga de Trabajadores por el Socialismo, que fijó una posición de «apoyo crítico» a Chirino. Aunque más bien debió llamarse un apoyo autocrítico, debido a que con la posición fijada en las elecciones, rodaban por tierra decenas de escritos en los que se calumniaba a Orlando Chirino por supuestamente haber dado un «salto escandaloso» y haberse subordinado programáticamente a la MUD. A escasos días de la votación, esta agrupación hizo pública una carta dirigida a la dirección nacional del PSL en la que dan crédito a un medio de comunicación burgués que en una entrevista no reflejó fielmente lo dicho por Chirino sobre temas económicos. En vez de verificar la veracidad de la información, antes de lanzar un documento público, como corresponde entre organizaciones que guardan relaciones fraternales o que al menos coinciden en un objetivo electoral puntual, la LTS prefirió sembrar la duda sobre el carácter de la candidatura de Chirino y de sus posiciones políticas. Esperemos que rectifiquen esos métodos nefastos.

Lo que nadie le podrá arrebatar a quienes pusieron lo mejor de sus esfuerzos y recursos para impulsar la candidatura de Orlando Chirino, es el saldo que a nivel organizativo deja este esfuerzo en todos los estados del país. Las próximas luchas que encaremos por la liberación política de los trabajadores y los demás sectores explotados y oprimidos de nuestro país, en el terreno que sea, se librarán en mejores condiciones que las que libramos hoy. E indudablemente que la historia no se paraliza el 7 de octubre, y más allá del resultado de las elecciones, sabemos que gane Chávez o Capriles, los problemas de la clase trabajadora, la juventud, los campesinos y los sectores populares no serán solucionados. Mientras persista la injusticia y la desigualdad social del sistema capitalista, los trabajadores y el pueblo seguirán luchando, y echarán mano de sus mejores organizaciones y activistas para seguir la lucha por sus reivindicaciones y los cambios de fondo. Y allí encontrarán a Orlando Chirino y a los luchadores del Partido Socialismo y Libertad dispuestos a ser solidarios y protagonistas.

*Secretario General del Partido Socialismo y Libertad (PSL) y jefe de campaña de Orlando Chirino

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