Paralización obrera en Ferrominera
El sector laboral de Ferrominera Orinoco (FMO), ayer por la tarde, paralizó las actividades en la empresa en protesta al silencio que durante la visita del primer mandatario, Hugo Chávez, caracterizó a los trabajadores presentes. De acuerdo a las declaraciones suministradas por el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera (Sintraferrominera), Rubén González, sólo mentiras recibió el presidente Chávez, porque no le dijeron lo que realmente está pasando en la empresa.
El sector laboral de Ferrominera Orinoco (FMO), ayer por la tarde, paralizó las actividades en la empresa en protesta al silencio que durante la visita del primer mandatario, Hugo Chávez, caracterizó a los trabajadores presentes. De acuerdo a las declaraciones suministradas por el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera (Sintraferrominera), Rubén González, sólo mentiras recibió el presidente Chávez, porque no le dijeron lo que realmente está pasando en la empresa.
Desde que se realizó la homologación de los pasivos laborales los trabajadores no reciben el pago pertinente; además el presidente Rawan Sabbag le comunicó a Chávez la presunta existencia de finanzas para pagar lo manifiesto en la convención colectiva, cuando la verdad únicamente desmejoras son las que reciben los trabajadores en lugar de pagos y beneficios.
No son ferromineros
“Nosotros no avalamos la reducción de la jornada laboral, ya que ese plan de trabajo que ahora nos quieren aplicar es inconsulto”, dijo González alegando que tal reducción impacta en teoría alrededor de 10% sobre los salarios de los cargos ejecutivos y 5% sobre el salario de los empleados, pero es en la práctica cuando experimentan el amargo sabor de cobrar un sueldo afectado casi en el 50% que les es restado, además de la falta del bono por incentivo de rotación que también se ha vuelto invisible para ellos.
En cuanto a la presencia “sin sentido” de los ferromienros en el encuentro con el Presidente, fue calificada como el apoyo a las mentiras de Sabbag y el “falso” secretario general de Sintraferrominera, Alfredo Spooner. “Ellos no parecen trabajadores de Ferrominera, porque de ser así les importara lo que sucede en la planta”, exaltó González.
En un comunicado emitido por Carlos Jiménez, Alfredo Millán, Luis Ramón Aguilera, Daniel Olivero y Wilmer Montaño, trabajadores de la planta, hicieron un llamado al presidente de Venezuela para que “le meta la lupa” a la empresa, porque cada vez que vienen le hacen ver que todo marcha bien y que todos están contentos y felices cuando la verdad es otra.
Deponer actitudes
Al tratarse de beneficios para toda la plantilla laboral, la idea es que unidos asuman las riendas del triste incumplimiento que los agravia. Según González, haciendo uso de la conciencia deben deponer actitudes que vayan en contra de la columna vertebral de Ferrominera, cuyos trabajadores desde hace un buen tiempo no reciben pago, al igual que los pensionados a quienes se les hizo un aumento, pero con mal cálculo en el cómputo, resultando afectados.
Por ahora la medida que toman se basa en la paralización momentánea de la empresa para presionar al presidente de ésta, teniendo en cuenta que ayer mismo se frenaron las operaciones en la planta de Ciudad Piar, mientras extienden su llamado al ministro Rodolfo Sanz, para que colabore en la búsqueda de alternativas que saquen a FMO de esta precaria situación financiera
El reclamo
El reclamo que los trabajadores hacen a viva voz y con la meta de ser atendidos, son los relativos al retroactivo del 5 de enero al 31 de mayo para los pensionados contenidos en el contrato colectivo, los 30 días de salario a los no amparados en la contratación, la violación a las jornadas laborales, la falta de combustible en los equipos de la mina y los gastos suntuosos que de forma desmedida desangran la empresa.
Asimismo reclaman el establecimiento de convenios educativos con colegios para garantizar el derecho a la educación de sus hijos, pues los trabajadores deben pagar de su bolsillo la inscripción escolar, para que tres meses después de iniciadas las clases la empresa con suerte les reintegre al menos 30% de lo invertido.