Peso chileno entre los más devaluados del mundo
La soberbia política y económica de los neoliberales que forman parte del gobierno de Michelle Bachelet y la coalición política de centro derecha llamada Concertación, están conduciendo a la economía nacional a una situación cada vez más inestable. Y decimos que es una coalición de centro derecha, pues toda su política económica heredada de la dictadura, ha ido en beneficio de la clase económicamente dominante del país, vale decir de los grandes empresarios y las trasnacionales.
La soberbia política y económica de los neoliberales que forman parte del gobierno de Michelle Bachelet y la coalición política de centro derecha llamada Concertación, están conduciendo a la economía nacional a una situación cada vez más inestable. Y decimos que es una coalición de centro derecha, pues toda su política económica heredada de la dictadura, ha ido en beneficio de la clase económicamente dominante del país, vale decir de los grandes empresarios y las trasnacionales.
Y como decíamos anteriormente en otro artículo relacionado con el presunto blindaje de la economía chilena no cabe agregar otra cosa, que dicho blindaje no se encuentra relacionado con la variación que en 2008 ha tenido los tipos de cambio.
Informaciones procedentes de medios de comunicación chilenos, ligados al ámbito económico nos indican que la moneda nacional cayó 28,7% en el ejercicio, equivalente a $143,4, al cerrar en $641,50 por dólar; situación que ubica al peso nacional entre los cuatro más devaluados del mundo.
Cabe agregar que si consideramos la variación respecto del valor mínimo del año ($$431,50 en marzo), la moneda local cayó en casi un 50% frente a la divisa dura, es decir, $210. Lo que significa que los estratos sociales de menores ingresos y que no tienen sueldos éticos ni dignos, deberán pagar las consecuencias de los desaciertos de la política económica chilena y que se va expresando en una reducción notable de su poder adquisitivo. Más grave aún, cuando más del 60% de la población chilena se encuentran altamente endeudada, en un país en donde el consumo de chatarra desechable se ha transformado en una cuestión alienante entre los chilenos. Ahora el endeudamiento de las familias chilenas llevara a la economía nacional a una situación de riesgos mayor y cada vez menos sostenible.
De allí que ante el caos que vive el sistema capitalista mundial, este ha sido un elemento significativo, pero no el único, pues no se puede olvidar el impacto que tuvo en la paridad la intervención que por cinco meses adoptó el Banco Central, a través de la compra diaria de US$ 50 millones por un total de US$ 5.750 millones, lo que en definitiva significó que el tipo de cambio subiera $117,90. De tal magnitud fue el aumento que la autoridad se vio obligada a suspender las licitaciones antes de adquirir los US$8.000 millones previstos originalmente. En cambio, debió a aplicar un nuevo plan, esta vez, de venta de dólares.
La economía chilena es una de las más dependientes del mundo de las fluctuaciones especulativas de las mafias que dirigen la llamada economía virtual o de papel. Chile no es precisamente un país que ponga en el mercado internacional productos con valor agregado, lo que la hace aún más vulnerable en relación a otros países.
Informaciones procedentes de la Dirección de Presupuestos del país del cono sur, nos indican además que la crisis financiera internacional frenó en forma abrupta la curva ascendente de los llamados fondo soberano. Al 30 de junio de 2008, los recursos de tales fondos sumaron US$ 21.222 millones. Luego cinco meses después, al cierre de noviembre, y sin contar US$ 1.000 millones inyectados por el Ejecutivo en el período, los fondos habían perdido una valoración en dólares equivalentes a US$ 681 millones..
Las informaciones que provienen del ámbito económico chileno señalan además que “debido al deteriorado escenario del sistema capitalista global, el Banco Central, en su calidad de Agente Fiscal de los fondos, redujo el naipe de instituciones en las cuales Chile tenía depositados esos recursos. En una treintena de bancos está invertido el 30% de los dineros, y si bien todos están clasificados como “los más seguros del mundo”, tal concepto de seguridad quedó trizado debido a la crisis. Muchos quebraron, otros tanto fueron intervenidos y varios fueron rescatados con “fondos públicos” por sus gobiernos. La principal fortaleza de los fondos soberanos, su enorme capacidad financiera, es lo que precisamente al calor de la crisis ya no existe, de allí que se han constituido en los de más alto riesgo.
De la lista de 34 entidades financieras extranjeras que recibían recursos del fisco chileno al 30 de junio, 11 fueron borradas de allí alrededor del 30 de septiembre, como el BBVA, Barclays Bank, Dekabank, HSBC France y The Royal Bank of Scotland.
El otro 70% de los fondos sigue invertido en bonos soberanos de Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia, lugares en los cuales se encuentran el epicentro de la crisis del sistema capitalista mundial.
A todo esto se suma las millonarias perdidas de los Fondos de Pensiones (AFP), sobre la cual el gobierno de Bachelet, la Concertación y las mafias chilenas que controlan este lucrativo negocio aún no han dado cuenta seria y responsable a los chilenos, sobre los montos que han perdido los trabajadores que son obligados a cotizar en el sistema privado de pensiones, y solo se busca minimizar los efectos de esta catástrofe.
Al respecto el informe oficial de la Superintendencia de Pensiones (SP) dio como resultado que entre enero y diciembre los fondos de pensiones perdieron en total un 22,5% de sus recursos, lo que significa más de 21 mil millones de dólares. Con ello, los fondos de pensiones totalizaron un valor de 74 mil 313 millones de dólares. Pero lo cierto es que el panorama se agrava más si se habla del Fondo A, puesto que su rentabilidad fue de -40,26%. «Desde la creación del multifondo el más popular había sido el Fondo A y ahora deja de serlo, y muchos comienza ahora a pensar en trasladar sus cotizaciones al Fondo E, que es donde los ejecutivos de las AFP tienen sus cotizaciones personales.
De allí que la suma de un peso devaluado, las millonarias perdidas de fondos soberanos del Estado chileno y el asalto brutal de las AFP a sus cotizantes, más la reducción del poder adquisitivo, el crecimiento gradual de la cesantía y los efectos en la industria manufacturera chilena de la crisis comienza a pasar factura a una de las economías más volátiles de la región. De allí que todo lo que se pueda haber logrado con un “crecimiento económico” que ha estado siempre a favor de los grandes empresarios y las trasnacionales, puede significar que lo alcanzado o ahorrado sea papel que se lo lleve el viento.
La presidenta Bachelet, de forma demagógica y electorera pretende “venderle la pomada a los chilenos” haciéndoles creer que va a generar más empleos, cuando la mayor parte de los países del planeta están reduciendo sus importaciones, buscando la forma de salvaguardar sus propias economías ante la debacle y el caos que vive el sistema capitalista mundial, cuyos mayores responsables de la crisis se encuentran en las mafias que controlan el sistema económico y financiero internacional, coludidos con los políticos neoliberales ubicados en los Estados Unidos y la vieja y colonialista Europa.
Pero no solo eso, las economías capitalistas más desarrolladas del mundo han resuelto reducir notablemente sus inversiones en el extranjero, tratando de salvaguardar sus propias situaciones económicas internas, con las consabidas consecuencias para las economías emergentes del mundo.
Al cierre de esta nota, continua el caos y la anarquía en el mundo financiero internacional, cuyos epicentros de la crisis son los Estados Unidos y Europa, amenazando con arrastrar a la debacle a la mayor parte de los países del mundo, más aún cuando en el Imperio suenan cada vez más fuerte las alarmas del quiebre económico total del país, así al menos lo ha dejado entrever el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden y el propio Barack Obama.