Planeta sin pasaporte

Planeta sin pasaporte. Este es el nombre del manifiesto firmado por intelectuales y artistas en solidaridad con un «no deseado» León Trotsky en 1934. En ese momento, Trotsky pidió asilo político de la dictadura estalinista que deformó la experiencia del proletariado en el poder en Rusia en 1917. Ningún gobierno en el mundo quería en su territorio uno de los líderes principales (junto con Lenin) de la revolución rusa.

Planeta sin pasaporte. Este es el nombre del manifiesto firmado por intelectuales y artistas en solidaridad con un «no deseado» León Trotsky en 1934. En ese momento, Trotsky pidió asilo político de la dictadura estalinista que deformó la experiencia del proletariado en el poder en Rusia en 1917. Ningún gobierno en el mundo quería en su territorio uno de los líderes principales (junto con Lenin) de la revolución rusa.

El nombre del manifiesto también caería como anillo al dedo a la situación actual de fundador de WikiLeaks, Julian Assange. En la actualidad, Assange es una piedra en el camino de los gobiernos de todo el mundo y especialmente el gobierno de EE.UU., después de que se filtraron en la web muchos de sus secretos de estado. La última opción de Assange fue solicitar asilo político en Ecuador, pero aún con el permiso del gobierno de Rafael Correa para recibir asilo, el gobierno británico está impidiendo su salida de la Embajada del Ecuador en Londres.

Pussy Riot. Una joven banda de punk ruso tiene tres miembros con sentencias decretadas por la realización de una «oración punk» contra el presidente Putin en una catedral.

Planeta sin pasaporte. Son tiempos en los que la libertad de opinión es flagrantemente censurada. El presidente de EE.UU., Barack Obama, habla sobre la democracia, pero no hay un «pasaporte» para aquellos que se atreven a cuestionar los intereses de su gobierno y sus aliados. Los gobiernos tratan de silenciar a hierro, fuego y prisión a los portavoces de los indignados, de los «Ocuppy» y de las nuevas de la formas de respuesta y cuestionamiento, a los planes de ajusted de los gobiernos.

Todo esto se desarrolla porque después de la caída de las dictaduras, como Egipto y Libia en 2011, como las rebeliones juveniles en Chile y España y huelgas generales en Grecia, los gobiernos intetan reprimir para seguir arrebatando derechos a la clase obrera y profundizar el desempleo, la pobreza y el hambre. Todo para que los de abajo paguen los efectos de la crisis económica internacional. Para Assange y para Pussy Cat les desean la misma suerte que la de Trotsky: la cárcel, la muerte o cualquier otra forma que los silencie. Es el silencio que quieren para que el gobierno de Bashar Al Assad en Siria, asesine niños, mujeres valientes y rebeldes que enfrentan heroicamente su sanguinario gobierno.

El legado de Trotsky se extendió en todo el mundo para desgracia de los imperialistas, los estalinistas y los burócratas de turno. Hoy en día, la rebelión contra el sistema está internacionalizado como en ningún otro momento antes visto en la historia. Son mineros españoles, africanos, bolivianos; jóvenes, mujeres y un creciente ejército de indignados que no aceptan vivir bajo la misma lógica de la explotación y la opresión.

La adhesión del nieto de Trotsky a la candidatura del obrero trotskista Orlando Chirino en las elecciones presidenciales en Venezuela refuerza la idea de que incluso nadando contra la corriente -como casi toda la vida lo hizo el viejo León Trotsky- es que se debe construir un proyecto político independiente aniquile el actual sistema capitalista -imperialista.

Lamentablemente hoy la candidatura de Chávez está cada vez más aliada con las multinacionales y los intereses de la burguesía bolivariana. Chávez está en contra de la marea de indignación; estuvo con Piñera en contra de los estudiantes chilenos y estuvo con Assad y con Gaddafi en contra de las revoluciones árabes. En otras palabras, está lejos de ser un gobierno para servir a los intereses de los trabajadores y los explotados.

Para comprender mejor la importancia del legado de Trotsky al ajetreado mundo en que vivimos, entre la represión y la rebelión, veamos la declaración de Esteban Volkov Bronstein, nieto de Trotsky, en una entrevista con el diario argentino Página 12: «Trotsky dejó un valioso legado, un arsenal ideológico revolucionario de gran actualidad y muy fértil y útil para todas las luchas revolucionarias actuales y futuras. No hay duda de que el capitalismo está demostrando que es un sistema totalmente obsoleto e injusto y todo lo que no se ajusta a las necesidades de la humanidad. Por el contrario, el capitalismo está destruyendo el planeta, está creando más miseria, más sufrimiento. La necesidad de una transformación es de vital importancia. Estoy seguro de que la mayoría de la humanidad se dará cuenta de esta situación y luchar por otro mundo. Ahí es donde todo el arsenal ideológico de Trotsky es extremadamente valioso. Hoy en día los medios de intoxicar a las masas y terminan creando lo que Marcuse llamó una mentalidad unidimensional. Pero el proceso de toma de conciencia son como un rayo. »

Volkov acierta. Basta simplemente con ver las noticias y movilizaciones que viajan por el mundo para llegar a la misma conclusión: que los procesos de la conciencia son como relámpagos. Ayer fuerons arrestados y ejecutados Trotsky, el Che Guevara, Víctor Jara y muchos otros. Hoy persiguen a Assange y a las bandas de punk. Mañana habrá más. Pero el ritmo de la historia muestra que ninguno de los «hombres de mercado» y sus gobiernos podrán detener la primavera que se extiende por todo el planeta en forma permanentemente. Y ella (la primavera) no utiliza ningún pasaporte.

* Militante de la Juventud de la Corriente Socialista de los Trabajadores (Brasil)

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