12 octubre, 2024

Por una ruptura radical con el pasado

Las organizaciones de derechos humanos abajo firmantes siguen de cerca la administración de Egipto en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en este difícil período. El Consejo debe encargarse de analizar las circunstancias que rodearon la caída del régimen de Mubarak, así como la desintegración y el sospechoso retiro del sistema de seguridad que lo sostenía. El Consejo también debe denunciar y afrontar las catastróficas consecuencias del robo, la corrupción financiera y administrativa, y la destrucción de la vida política del país por parte de una amplia red que integran funcionarios de la (depuesta) Presidencia y el Poder Ejecutivo, miembros del Parlamento y prominentes figuras del otrora gobernante Partido Democrático Nacional (PDN).

Las organizaciones de derechos humanos abajo firmantes siguen de cerca la administración de Egipto en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en este difícil período. El Consejo debe encargarse de analizar las circunstancias que rodearon la caída del régimen de Mubarak, así como la desintegración y el sospechoso retiro del sistema de seguridad que lo sostenía. El Consejo también debe denunciar y afrontar las catastróficas consecuencias del robo, la corrupción financiera y administrativa, y la destrucción de la vida política del país por parte de una amplia red que integran funcionarios de la (depuesta) Presidencia y el Poder Ejecutivo, miembros del Parlamento y prominentes figuras del otrora gobernante Partido Democrático Nacional (PDN).

“Las Fuerzas Armadas fueron un pilar de la revolución egipcia, ayudando a lograr sus primeros objetivos: deponer al ex presidente y disolver la Asamblea Popular y el Consejo de la Shura, que carecían de legitimidad debido al flagrante fraude electoral.

“No obstante, crece en las organizaciones abajo firmantes la preocupación acerca de la ruta tomada en esta fase de transición, en la cual deberían sentarse las bases para un Estado democrático y civil que respete los derechos humanos, el objetivo fundamental por el que los egipcios han hecho costosos sacrificios.

“En este contexto, proponemos:

1. Un corte radical con el régimen del ex dictador requiere la remoción inmediata del gobierno designado por él, que engañó al pueblo para contener la revolución. Modificarlo gradualmente alentará en muchos el legítimo temor a que la supervivencia política de colaboradores del depuesto presidente les permita esquivar el juicio por sus delitos.

2. Un corte radical requiere responsabilizar y castigar a los responsables de esos graves crímenes y abusos a través de juicios públicos y justos. Lamentamos que las medidas tomadas por ahora parecen ser selectivas y revelan graves deficiencias. Es preciso tomar pasos decisivos y transparentes:

a) Identificar y enjuiciar a quienes dieron la orden de abrir fuego contra manifestantes.

b) Identificar y enjuiciar a quienes dieron piedra libre a asesinatos y saqueos, invocando la «lealtad a Mubarak».

c) Hacer públicos los hechos que determinaron la retirada y desaparición de las fuerzas policiales y la liberación de presos, lo cual elevó la vulnerabilidad a saqueos y robos.

d) Procesar al ex ministro de Información, Anas al-Fiqqi, por desarrollar a través de medios de comunicación campañas de engaño al público, de difamación a quienes participaron en la revolución popular y de incitación a la xenofobia.

3. Las organizaciones abajo firmantes se solidarizan con las huelgas en curso e instan al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a implementar con celeridad las sentencias judiciales que ordenan establecer un salario mínimo verdaderamente compatible con los precios, a transformar los empleos temporales en permanentes y a asignar subsidios por desempleo.

4. Un corte radical con el estado policial y con la práctica sistemática de la tortura, la desaparición forzada y el asesinato requiere la disolución del aparato de seguridad del Estado, cuyos miembros, lamentablemente, todavía caminan libremente por las calles.

Reiteramos que las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales, deben realizarse al cabo de un período de transición no inferior a un año, durante el cual se respeten plenamente los derechos civiles, en particular la libertad de crear y participar en partidos políticos, sindicatos, organizaciones no gubernamentales y cualquier medio de comunicación.

Las organizaciones abajo firmantes lamentan que la aspiración del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de completar cuanto antes su misión pueda derivar en instituciones similares a las de la dictadura de Mubarak. En las actuales circunstancias las próximas elecciones serán disputadas entre el PDN, dada su capacidad financiera y para alentar el divisionismo y los conflictos, y la Hermandad Musulmana, dada su capacidad organizativa y su empleo de la religión y la caridad con fines proselitistas.

El proceso de transición democrática debería ser dirigido en conjunto por un consejo presidencial y un nuevo gobierno civil, y contar con hombres y mujeres que representen el amplio abanico de fuerzas que lideraron la revolución, así como con el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Esto requiere abrir un diálogo con los partidos políticos y con la sociedad civil, en especial con los grupos juveniles que incitaron la revolución. La transición democrática exige la rápida creación de un consejo presidencial provisorio compuesto por personalidades civiles independientes junto con un representante de las Fuerzas Armadas, consejo que deberá elegir tecnócratas para formar un gobierno de transición. El consejo presidencial deberá formar una asamblea a cargo de redactar una nueva constitución, que refleje las aspiraciones revolucionarias, instaurando un estado laico y una democracia parlamentarista.

Una enmienda constitucional poco ambiciosa como preludio de las elecciones pondrá en jaque la aspiración a un equilibrio de poderes real, y derivaría en una presidencia como la anterior, libre de responsabilidades, sin la obligación de rendir cuentas y sin un control parlamentario genuino. Se perpetuaría el sistema autocrático, con la única diferencia de que no lo encabezará Mubarak.

Firmantes:
Instituto Cairo de Estudios en Derechos Humanos
Centro Al Nadim para el Tratamiento y Rehabilitación Psicológica de Víctimas de la Violenci)
Alianza de Mujeres Árabes
Técnicas Apropiadas de Comunicación para el Desarrollo
Organización Árabe para la Reforma Penal
Red Árabe de Información sobre Derechos Humanos
Asociación para la Libertad de Pensamiento y de Expresión
Asociación del Foro para el Desarrollo de las Mujeres
Centro Cairo para el Desarrollo
Centro de Asistencia Legal para las Mujeres Egipcias
Asociación Egipcia para el Fomento de la Participación Comunitaria
Fundación Egipcia para el Desarrollo Familiar
Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales
Egipcios Contra la Discriminación Religiosa
Fundación Helwan para el Desarrollo Comunitario-Bashayer
Centro Jurídico Hesham Mubarak
Asociación de Derechos Humanos para la Asistencia a los Presos
Centro Agrario para los Derechos Humanos
Asociación Nazra de Estudios Feministas
Fundación Nueva Mujer
Foro Mujeres y Memoria
Coalición Juvenil de la Revolución Egipcia

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