13 junio, 2025

Preocupación en el gobierno por la movilización autónoma de los trabajadores

Caracas, 7 de febrero.- Dicen que la desesperación es mala consejera, y esta es la causa de las chapuzas que acumula el gobierno nacional con relación a la movilización autónoma de trabajadores del 5 de febrero, que convocó a unos 15 mil trabajadores. No sólo recurrió el gobierno a la bota militar de la Guardia Nacional Bolivariana para detener arbitrariamente a centenares de trabajadores que se dirigían a Caracas a participar en la marcha, sino que la respuesta política ha sido tanto o más patética.

Caracas, 7 de febrero.- Dicen que la desesperación es mala consejera, y esta es la causa de las chapuzas que acumula el gobierno nacional con relación a la movilización autónoma de trabajadores del 5 de febrero, que convocó a unos 15 mil trabajadores. No sólo recurrió el gobierno a la bota militar de la Guardia Nacional Bolivariana para detener arbitrariamente a centenares de trabajadores que se dirigían a Caracas a participar en la marcha, sino que la respuesta política ha sido tanto o más patética.

Una escuálida concentración de diputados y miembros del Psuv, entre los cuales había uno que otro sindicalista, fue realizada el propio sábado en la Plaza Bolívar, mientras marchaban hacia la zona industrial de Los Cortijos los trabajadores convocados por el Frente en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess). Los oradores al final de la marcha fueron dirigentes sindicales de distintas trayectorias y posiciones políticas, mientras que en la Plaza Bolívar la palabra la tomó la burocracia, encabezada por Fernando Soto Rojas y Nicolás Maduro.

Como respuesta a la imponente movilización obrera, cuyas banderas fueron la exigencia de aumento general de salarios, respeto a las libertades sindicales, y libertad para Rubén González, el Psuv anunció el domingo que realizaría una marcha de trabajadores. Pero a diferencia de la convocada por el Fadess, la marcha del Psuv no levantará reivindicaciones propias de los trabajadores, sino que expresará el apoyo al gobierno y al «Comandante-Presidente».

Al gobierno le preocupa que la movilización de la clase trabajadora pulverice sus pretensiones de maniatar al movimiento sindical y al mismo tiempo presentarse como un gobierno «obrerista y socialista».

Manipulaciones de la derecha y el gobierno fracasan

Para desvirtuar el carácter autónomo de la movilización, los partidos de la derecha realizaron un llamado de última hora a acompañar la marcha obrera. A la derecha evidentemente le preocupa que surja un movimiento sindical independiente, que luche contra los atropellos de los patronos públicos y privados, y que a diferencia de la vieja CTV sea totalmente autónoma con respecto a Fedecámaras y los empresarios privados.

Algunos medios privados y del gobierno intentaron darle a la marcha un carácter partidista. Pero todas las evidencias apuntaban en sentido contrario.

Como destaca Xabier Coscojuela, periodista del periódico Tal Cual: «Los gestos en la vida como en el sindicalismo valen más que mil palabras. La marcha no partió de Parque Carabobo, ni culminó en la Plaza O’Leary, en El Silencio, sino que arrancó en el Parque del Este y finalizó en una de las pocas zonas industriales que queda en Caracas, Los Cortijos. No estuvo organizada por ninguna central sindical conocida, ni fue una protesta unicolor… El intento de algún medio audiovisual por «estudiantilizar» la manifestación, fracasó».

Hasta el furibundamente oficialista Correo del Orinoco tuvo que reconocer el carácter autónomo de la marcha: «Un dato a resaltar: los partidos políticos opositores no se hicieron partícipes, conclusión que se obtiene por la ausencia de los usuales cartelones partidistas y, en consecuencia, de los liderazgos».

La clase obrera los tiene locos

No obstante, apegada a la línea editorial roja-rojita, la nota del Correo del Orinoco no dejó de lanzar venenosas injurias contra los activistas de los derechos humanos que acompañaron la marcha, como parte de la campaña nacional contra la criminalización de la protesta:

«No avancemos en este relato sin dejar constancia de que Marino Alvarado, coordinador de Provea, llevaba alzada una pancarta de Voluntad Popular en la que se leía este mensaje: “Protestar no es un delito”.»

Como puede observarse en el siguiente enlace, la pancarta no es del partido derechista Voluntad Popular, sino de la propia Provea, organización de defensa de los derechos humanos: https://laclase.info/movimiento-obrero/realizada-marcha-por-la-defensa-del-salario-y-contra-la-criminalizacion-de-la-prot

En vez de calumniar a los trabajadores y activistas que se movilizan, el gobierno debería tomar nota de las justas exigencias de la marcha: aumento de salarios, cese de ataques a las libertades sindicales y el derecho a huelga, libertad para el preso político obrero Rubén González; y que el costo de las nacionalizaciones no lo paguen los trabajadores, a través de desmejoras contractuales, despidos masivos, y tercerización. No hay peor error que subestimar la fuerza revolucionaria de la clase trabajadora.

¡Los perros ladran, señal de que los trabajadores avanzan!

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