Presidente espurio de Honduras releva a cúpula militar implicada en golpe de Estado
Porfirio Lobo, quien encabeza el régimen surgido del golpe militar, relevó este jueves al jefe del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vásquez, y a cuatro miembros de la Junta de Comandantes que participaron en el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, el 28 de junio del pasado año.
Porfirio Lobo, quien encabeza el régimen surgido del golpe militar, relevó este jueves al jefe del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vásquez, y a cuatro miembros de la Junta de Comandantes que participaron en el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya, el 28 de junio del pasado año.
Vásquez «pasa a su condición de retiro», anunció el presidente, quien en el mismo acto juramentó al general Carlos Antonio Cuéllar como sustituto en la máxima jerarquía militar.
El nombramiento de Cuéllar, que se desempeñaba como auditor de las Fuerzas Armadas, «obedece a lo que es el mando de su legislación interna», expresó Lobo al presentar en rueda de prensa, en la Casa de Gobierno, al nuevo número uno de los militares hondureños.
Lobo cambió también a otros cuatro miembros de la Junta de Comandantes, implicados todos en el golpe de Estado contra el entonces presidente constitucional, lo que le ha valido a Honduras un largo período de aislamiento internacional. Gobiernos maulas como los de Panamá y Colombia han reconocido al gobierno de Lobo, así como el imperialista Barack Obama.
La Junta está integrada por el jefe y subjefe del Estado Mayor Conjunto y los jefes de las ramas del Ejército, la Naval y la Fuerza Aérea.
Cuéllar, de la misma promoción de la Academia Militar de Romeo Vásquez y los demás miembros destituidos, estaba por su cargo en el círculo de los militares golpistas el pasado mes de junio.
«El general Cuéllar seleccionará a quienes ocuparán los cargos en la Junta de Comandantes», dijo Lobo.
El pasado miércoles el presidente hondureño también juramentó al ex diputado conservador Marlon Pascua como ministro de Defensa en lugar de Adolfo Sevilla, quien ocupaba ese cargo durante el golpe.
En un parapeto publicitario, la Fiscalía, que apoyó el golpe, acusó a Vásquez y a otros cuatro miembros de la Junta de Comandantes por «abuso de autoridad» por expulsar a Zelaya del país, pero Cuéllar fue excluido del juicio. El cargo debió ser el de rebelión armada contra la Constitución.
Sin embargo, el juzgado sobreseyó definitivamente a los generales y llegó a desestimar un recurso de reposición, la última instancia en un juicio, calificándolo de «improcedente», terminando de esta manera el show de la justicia golpista de Honduras.
Tras ser el poder detrás del trono de los gobierno civiles que se instalaron a partir de 1982 después de 20 años de golpes de Estado, las Fuerzas Armadas de Honduras -que en la actualidad cuentan con unos 12.000 hombres- se debilitaron grandemente a partir de los años 90.
Pero tras el golpe de Estado contra Zelaya y la gestión temporal del mandatario de facto Roberto Micheletti, los militares tomaron las riendas del país. Grupos paramilitares atacan a quienes resisten al régimen golpista, y el gobierno se apoya en los cuerpos represivos.