24 mayo, 2025

Primer Ministro maoísta de Nepal renuncia

El primer ministro de Nepal, el líder maoísta Pushpa Kamal Dahal -mejor conocido por el nombre de Prachanda, por el que se le conoció como comandante guerrillero durante la guerra civil- renunció a su cargo tras una disputa surgida el domingo después de que intentara destituir al jefe del ejército de su país, el general pro-monárquico Rookmangud Katawal.

Prachanda quería sacar de su puesto al jefe del ejército por negarse a integrar a los ex combatientes rebeldes maoístas a las fuerzas militares, pero la remoción de Katawal fue boicoteada por el presidente nepalés, del opositor Partido del Congreso Nepalí, lo cual generó una ola de protestas. El Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unido) (CPN-UML) decidió el sábado por la tarde retirarse de la coalición del gobierno formada por cinco miembros.

El primer ministro de Nepal, el líder maoísta Pushpa Kamal Dahal -mejor conocido por el nombre de Prachanda, por el que se le conoció como comandante guerrillero durante la guerra civil- renunció a su cargo tras una disputa surgida el domingo después de que intentara destituir al jefe del ejército de su país, el general pro-monárquico Rookmangud Katawal.

Prachanda quería sacar de su puesto al jefe del ejército por negarse a integrar a los ex combatientes rebeldes maoístas a las fuerzas militares, pero la remoción de Katawal fue boicoteada por el presidente nepalés, del opositor Partido del Congreso Nepalí, lo cual generó una ola de protestas. El Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unido) (CPN-UML) decidió el sábado por la tarde retirarse de la coalición del gobierno formada por cinco miembros.

El respaldo que el presidente le brindó a Katawal «es un ataque contra está democracia que está en su infancia y contra el proceso de paz», afirmó Prachanda. Más de 2.000 activistas maoístas marcharon por las calles de la capital Katmandú pidiendo la remoción del jefe del Ejército.

Su dimisión tiene lugar después de varios meses en los que la tensión entre los ex rebeldes maoístas y sus enemigos en el ejército ha ido en aumento. Esta crisis es considerada la más seria desde que finalizara en 2006 la guerra civil entre la monarquía y los maoístas que se extendió por 10 años. Luego de los acuerdos de paz firmados en noviembre de 2006, en lo cuales se contemplaba integrar a la guerrilla al ejército regular, que fueran devueltas a sus antiguos dueños las tierras expropiadas por la guerrilla, dar fin a la monarquía y que la primera fuerza política formara gobierno. Los maoístas ganaron las elecciones el año pasado, con un 40% de los diputados del cuerpo legislativo. Pese a su ascenso al poder, muchos de los ex combatientes siguen limitados a barracas monitoreadas por la ONU, bajo los términos del acuerdo de paz.

El presidente del Partido Comunista Maoísta (CPN-M) y primer jefe de gobierno de esta naciente república, anunció su dimisión a menos de un año de asumir el poder.

En su alocución, Dahal culpó a los partidos y a potencias extranjeras por entorpecer su gobierno y el proceso de paz en el país por intereses políticos. Dos semanas antes, Jhala Nath Khanal, presidente del Partido Comunista Unificado Marxista Leninista (NCP-UML), visitó China, donde elogió a la dictadura capitalista de ese país y acordó profundizar los intercambios entre su partido y el Partido Comunista de China. Luego de retirar sus ministros del gobierno y precipitar la renuncia del primer ministro maoísta, el NCP-UML encabeza los esfuerzos por armar un gobierno de coalición con los sectores conservadores de Nepal.

El general Katawal, quien comandó el ejército monárquico y pasa a retiro en tres meses, venía dando órdenes inconsultas y en claro desafío a la autoridad civil. Incluso, el diario The Kathmandu Post reportó el mes pasado que confabulaba un complot de golpe militar contra Dahal.

Bahadur Rayamajhi, uno de los principales dirigentes maoístas, calificó el boicott presidencial a la remoción de Katawal como un golpe de estado al primer ministro y dijo que su organización denunciará a Yadav ante la Corte Suprema.

Tales movimientos auguran mayor crisis política en Nepal, pues los maoístas son el partido de mayoría y por preceptos del acuerdo de paz debe liderar la autoridad civil.

El presidente de Nepal dio a los partidos políticos hasta el sábado para formar un Gobierno.

Los esfuerzos por forjar un nuevo Gobierno necesitarán convocar a dos decenas de grupos parlamentarios, lo cual subraya la dificultad de construir una alianza.

Si los partidos no cumplen con el plazo del presidente, la Constitución interina dispone que el Parlamento debe elegir al primer ministro. La Constitución no es clara con respecto a qué pasaría si no se elige ningún líder y ya se teme un «impasse» político.

El CPN-UML, apoyado por China, calificó la destitución la medida tomada por el UCPN-M (Maoísta) de destituir al jefe de las fuerzas armadas como un «plan para hacerse con el poder atacando una institución democrática», pese a tratarse de la destitución de un general pro-monárquico.

Por su parte, la Sociedad Civil por la Paz y la Democracia denunció la acción del presidente y la comparó con los pasos regresivos que tomaba el rey Gyanendra en el pasado.

Ese importante foro que reúne a líderes sociales y civiles urgió a los partidos políticos a resolver cuanto antes la actual crisis amigablemente evitando la violencia, y anunció que saldrá las calles a protestar contra la actuación de Yadav.

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