Primero de Mayo (1886-2011)
A un siglo y cuarto de distancia (125 años) la lucha de los trabajadores de los Estados Unidos para establecer el límite de ocho (8) horas a la jornada diaria de trabajo luce como una movilización esp
A un siglo y cuarto de distancia (125 años) la lucha de los trabajadores de los Estados Unidos para establecer el límite de ocho (8) horas a la jornada diaria de trabajo luce como una movilización espectacular y sus líderes se engrandecen por su conciencia, compromiso, valentía y lealtad puestos a prueba en la fijación de sus objetivos, en la organización de sus fuerzas y en la dignidad demostrada ante la respuesta agresiva de los patronos, la policía y los tribunales.
La generación de trabajadores que fundó el sindicalismo originario no acumuló fueros ni privilegios. Los dirigentes eran trabajadores que cumplían la jornada de trabajo como sus demás compañeros. No había burocratismo, ni corrupción.
En 125 años el sindicalismo se ha transformado perdiendo el empuje libertario de sus orígenes. El peor corrosivo del sindicalismo actual es la división de sus fuerzas por razones políticas. El enfrentamiento de sindicatos procapitalistas contra sindicatos comunistas trató de subsanarse buscando un punto intermedio: los sindicatos aupados por la socialdemocracia. La socialdemocracia, instalada como gobierno, rodeó a los sindicatos de inmensas prebendas que alejaron a sus dirigentes de las bases obreras.
Bajo la perspectiva del sindicalismo socialdemócrata, la fuerza sindical es un instrumento de fortalecimiento y no de destrucción de la empresa, así como una fuerza institucional del sistema político que no atenta revolucionariamente contra éste sino que se apropia de sus espacios y privilegios, primero en los parlamentos y luego en los equipos gubernamentales.
Con Lech Walesa, un obrero electricista de un astilleros polaco surge, dentro de un régimen socialista del tipo soviético, como cabeza primero del Sindicato Solidaridad como organización autónoma frente al Estado y luego como cabeza del Estado y del gobierno en Polonia. Pero Walesa, a cambio de reformas democráticas en el sistema político, aplica el programa de ajustes del Fondo Monetario Internacional. En las siguientes elecciones, Walesa pierde su popularidad inicial y es derrotado electoralmente debiendo abandonar el gobierno.
En Brasil Ignacio (Lula) Da Silva corre con mejor suerte dado que aplica un programa social asistencialista como el Bolsa Familia que conserva no sólo su popularidad sino que mantiene el gobierno en manos del PT y deVilma Russef. Presidente actual de ese país.
En la hora actual, la existencia misma del sindicalismo está amenazada. La tarea más importante para los trabajadores venezolanos es la refundación del movimiento sindical mediante la construcción ya en marcha de un Partido de los Trabajadores que pugne por el poder político y el fortalecimiento de una instancia nacional como el Fadess que coordine las luchas actuales por la libertad sindical, la convención colectiva, el pago de pasivos laborales y la reforma laboral, especialmente de la seguridad social en materias vitales como educación, salud, vivienda y pensiones
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