A propósito del Día nacional del artista plástico
Hoy, 10 de mayo del 2009, se celebra el Día Nacional del Artista Plástico en conmemoración del natalicio hace ya 120 años (1889), de Don Armando Reverón. Considerado el mejor artista de Venezuela del siglo XX; el pintor de la luz, “las muñecas” y su modelo Juanita; excéntrico para unos y ridiculizado por otros, fue también aprovechado por varios coleccionistas criollos que vieron en sus pinturas un talento inagotable, aprovechable para la explotación capitalista.
Hoy, 10 de mayo del 2009, se celebra el Día Nacional del Artista Plástico en conmemoración del natalicio hace ya 120 años (1889), de Don Armando Reverón. Considerado el mejor artista de Venezuela del siglo XX; el pintor de la luz, “las muñecas” y su modelo Juanita; excéntrico para unos y ridiculizado por otros, fue también aprovechado por varios coleccionistas criollos que vieron en sus pinturas un talento inagotable, aprovechable para la explotación capitalista.
El gobierno nacional en tiempos de la cuarta república le dedicó esta fecha al pintor de Macuto, (población ubicada en el centro norte costero venezolano) para homenajearlo y recordarlo, y además se creó el Día Nacional del Artista Plástico, para incorporar en esta magna fecha de “celebraciones” a todos sus colegas criollos que hoy dedicamos nuestras vidas al difícil trabajo creativo, una profesión considerada como alimento para el espíritu del hombre, pero que aun en estos tiempos de revolución no ha logrado dignificarse.
Como artista, puedo interpretar que la propuesta pictórica del maestro Reverón fue mas allá de su época, se adelantó a varios de sus colegas en su tiempo, indagando acerca de la acción de la luz sobre las formas, pero sus “compromisos con la luz”, también lo contrariaban. Llegó a expresar en una oportunidad: “La pintura es la verdad; pero la luz ciega, vuelve loco, atormenta, porque uno no puede ver la luz…”.
Reverón, alejado del principal centro económico, Caracas. Vivía limitado por la escasez de productos y materiales de pintura, en consecuencia debió producir sus propias pinturas, y utensilios; empleando lienzos crudos, y tela de sacos utilizados para almacenar harina, arroz, azúcar. Pero a pesar de todas estas carencias y el medio capitalista, que imponía la necesidad de vender para sobrevivir; nunca opacaron su gran talento creativo. El cual es comparable con otros grandes maestros de la pintura universal, de la talla de Pablo Ruiz Picasso.
Los artistas y el proceso revolucionario
Pero entendiendo que vivimos, desde hace mas de una década, un proceso revolucionario en nuestro país, no podemos dejar a un lado, como recibimos los artistas venezolanos, este día de celebraciones en casi toda la nación; ante la carencia de una autentica política nacional, en apoyo al artista plástico desde el punto de vista social y económico; la falta de apoyo en la obtención de materiales y equipos de primera calidad para el trabajo en el taller; sin la oportunidad de poder acceder a un sistema de adquisición de obras por parte de todas aquellas instituciones del Estado; la falta de un sistema nacional de seguridad social, con pensiones de incapacidad y vejez para nuestros grandes maestros hoy inmersos en el anonimato. Es cierto, hemos avanzado en algo en el área cultural desde el año 1998, pero, ha sido muy lento y desorganizado. Las instituciones del Estado con competencia en la cultura y sus funcionarios, no se han volcado de lleno como auténticos revolucionarios a incorporar al artista plástico y sus productos, en el modelo productor venezolano; generador de ingresos a nivel nacional e internacional.
A pesar de que muchos definen de una manera filosófica, al arte, como el resultado del desahogo del artista, quien plasma la expresión de sus sentimientos, ideas y hasta su propia visión del mundo en una obra. Desde mi punto de vista, muy particular, la defino como «la expresión que los artistas recogemos del estado emocional de una comunidad, el pueblo, los trabajadores; en medio de sus luchas sociales y económicas para enfrentar el mundo capitalista que hoy nos reta».
Quiero concluir con esta breve reflexión dedicada a todos: una revolución socialista no puede darse el lujo de prometer sin cumplir, es la hora de dignificar a la gran comunidad de artistas plásticos venezolanos, a la cual le ha tocado por años esperar y esperar, y sólo escuchar expresiones como “que buen artista eres”, “que buen talento tienes”, con eso lamentablemente no puede acceder a una vivienda o un taller.
Que esta frase, pronunciada por ciudadano presidente Hugo Chávez en ocasión de la inauguración de la Galería de Arte Nacional, no se quede sólo en retórica:
«Pido que el compromiso no sea sólo de espíritu, de ganas y de palabras, sino que lo concretemos, compañeros ministros, en un conjunto de nuevos programas. Vamos a dedicarnos, ustedes son tremendos artilleros, vamos a construir cañones y misiles para la vida, para el cambio del espíritu, que es un gran reto».
«El cambio del espíritu aún no se ha logrado», opinó el mandatario nacional, trayendo como consecuencia una gran crisis moral y ética que deja a su paso impactos negativos en lo económico, lo político, lo social y cultural. Es la crisis del espíritu. O nosotros transformamos el espíritu de verdad, verdad, como decía Martí, o estamos perdidos”.
* Iván Darío Hernández es un artista plástico venezolano. Su bitácora es http://my.opera.com/ivandarioh/