¿Qué te pasó, poeta?
Cuando conocí a Tarek William Saab, por esos días entre los años 80 y 90, en el marco del movimiento político Tercer Camino (donde coincidimos en algunas luchas con el Negro Ramón Obispo, ese insigne luchador por los más desposeídos, pero sobre todo por la clase trabajadora), era un joven sencillo, soñador, luchador, revolucionario y sensible.
Cuando conocí a Tarek William Saab, por esos días entre los años 80 y 90, en el marco del movimiento político Tercer Camino (donde coincidimos en algunas luchas con el Negro Ramón Obispo, ese insigne luchador por los más desposeídos, pero sobre todo por la clase trabajadora), era un joven sencillo, soñador, luchador, revolucionario y sensible.
Si nuestro amigo, Ramón Obispo estuviera cuerdo, es decir si no hubiera perdido la memoria, y estuviera presenciando las atrocidades que has cometido en detrimento de los trabajadores de Mitsubishi, con la policía al mando de tu alta jerarquía como gobernador, hoy te estaría reclamando la criminal injusticia que estás cometiendo contra estos trabajadores.
Quizás estaría organizando una columna de hombres y mujeres para meterte candela como decía el. ¡Tú sabes que lo haría! Te nombro al negro Obispo, podría ser cualquiera, pero fue a través de él que te conocí, allá en el pueblito de La Entrada, en Naguanagua. Quizás no me recuerdes, eso no me importa, pero si recordarás al negro, estoy segura. El te admiraba y te respetaba como ese poeta defensor de los derechos humanos, ese revolucionario que siempre estuvo del lado de la clase. Ese que conspiró contra los que asesinaban trabajadores cuando gobernaba la derecha. Pobre Ramón, quizás es mejor que no este consciente de lo que haces contra los trabajadores.
Definitivamente camarada, la existencia determina la conciencia.
¿Qué paso con la defensa de los principios y tal, y el legado de yo no sé quién, y todas esas lavativas que tu sabes que uno defiende? (como diría el poeta Aquiles Nazoa).
¿Que te pasó poeta? ¿A dónde se te ha ido la poesía, el canto, el amor, la solidaridad, y la conciencia de clase?
Qué cosas compañero, y yo que pensaba encontrarte en las barricadas luchando contra los explotadores, al menos eso era lo que tú profesabas.
Ya sé, no es lo mismo pedir agua que dar agua. ¡Ya sé! Pero quiero recordarte que hay mucha, mucha gente pidiendo agua, pidiendo justicia. No le sigas dando balas, gases y trompadas, al menos respeta su derecho a manifestar. Hay sed de socialismo verdadero. No pienses que como tú estás en el poder, y en el gobierno, ya estamos en revolución y no existe la explotación. ¡No! Hoy más que nunca hay sed de justicia.
¿Qué te pasó, poeta? Ahora el mundo al revés: los poetas arremeten contra el pueblo y cometen atropellos y los asesinos de ayer defienden a los desposeídos.