19 abril, 2025

¿Qué tiene que enseñar el Partido Comunista Chino a los Cuadros de la Revolución Bolivariana?

Hace algunas semanas, durante su reciente visita a la República Popular China, el presidente venezolano Hugo Chávez visito la escuela de cuadros del Partido Comunista Chino (PCC) en donde mostró un vivo interés por la misma llegando a declarar que: «el núcleo fundacional de nuestra escuela de cuadros debe pasar por aquí para realizar algunos cursos en el tiempo que acordemos, como una de las condiciones para ser fundadores e instructores de la nuestra»[1].

Hace algunas semanas, durante su reciente visita a la República Popular China, el presidente venezolano Hugo Chávez visito la escuela de cuadros del Partido Comunista Chino (PCC) en donde mostró un vivo interés por la misma llegando a declarar que: «el núcleo fundacional de nuestra escuela de cuadros debe pasar por aquí para realizar algunos cursos en el tiempo que acordemos, como una de las condiciones para ser fundadores e instructores de la nuestra»[1].

Sin duda alguna hay que dar la bienvenida a la iniciativa de Chávez de constituir una escuela de cuadros en Venezuela; porque si hay algo que le falta a la Revolución Bolivariana, y al PSUV en particular, es claridad ideológica. Sin embargo, de concretarse esta iniciativa presidencial el proceso revolucionario Bolivariano correría un grave peligro ideológico… precisamente por el carácter contra-revolucionario de la dirección del Partido Comunista Chino.

El mal llamado “Socialismo con características Chinas” que hoy padecen las masas chinas no tiene en verdad nada que ver con el socialismo (ni con el del S. XX ni con el del S. XXI) y si mucho con la explotación capitalista más descarada y brutal. Es cierto que durante las últimas décadas China ha experimentado un crecimiento económico sin precedentes, pero este ha sido un crecimiento basado en criterios eminentemente capitalistas y por tanto en la explotación despiadada de los trabajadores y la extensión de la desigualdad.

En este proceso el viejo estado “socialista” Chino ha sido desmantelado, incluyendo el acceso gratuito a la salud y la educación o el monopolio estatal sobre el comercio exterior. Lo único que aun queda en pie del pasado maoista es un vasto aparato represivo que la burocracia dominante del PCC no duda en utilizar expeditivamente contra los movimientos de protesta popular.

Pese a los millones de obreros y campesinos de su base, es indudable que la dirección del PCC representa actualmente ante todo y en primer lugar, los intereses estratégicos de la pujante burguesía china, que a no mucho tardar esta llamada a convertirse en el principal rival imperialista de los EE.UU.

Así las cosas; ¿qué es lo que podrían aprender los futuros cuadros bolivarianos en la escuela de cuadros del PCC?:

¿A abrir el país a la inversión de las multinacionales extranjeras, sin importar los derechos o las condiciones de trabajo de la fuerza laboral?

¿A qué en el socialismo la acumulación de capital en manos privadas es indispensable para desarrollar la economía?

¿A dirigir el país de espaldas a las masas trabajadoras y en apoyo de una minoría oligárquica?

¿A reprimir la disidencia interna (independientemente de si procede de la izquierda o de la derecha) con métodos burocráticos y represivos?

Es triste, pero en China la bandera roja y el Partido Comunista recubren una de las más crueles dictaduras capitalistas que hoy existen. Es deber de todo revolucionario denunciar este hecho, obviamente no para poner como ejemplo frente a China a las democracias imperialistas de EE.UU. o Europa, sino para defender los principios del genuino socialismo (basado en la democracia obrera, la socialización de las fuerzas productivas, un desarrollo económico respetuoso con el medio ambiente, el respeto a las minorías nacionales…).

Desgraciadamente, si alguien como Chávez se ve inclinado a apoyarse en una fuerza tan políticamente cuestionable como el PCC es debido a la escasa influencia de que actualmente goza la izquierda revolucionaria a nivel internacional. Dicho esto, ¿deberíamos quedarnos con los brazos cruzados mientras nuestros enemigos políticos van ganando en influencia sobre la dirigencia bolivariana?

Pero no basta con criticar a la derecha, es necesario ofrecer una alternativa creíble desde la izquierda. Intelectuales de vanguardia como James Petras, Noam Chomsky, Eduardo Galeano, Fernando Buen Abad… o instituciones genuinamente comprometidas con el pensamiento de izquierdas como la escuela de formación de Amsterdam (vinculada al secretariado unificado de la cuarta internacional), el CEIP León Trotsky en Argentina y muchas otras deberían ofrecer sus servicios al gobierno bolivariano y al PSUV para construir la Escuela de Cuadros que realmente necesita Venezuela para avanzar a paso firme hacia el socialismo.

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