Rechazamos declaraciones de Pablo Zambrano desestimando la exigencia de un salario igual a la canasta básica
Por Orlando Chirino (dirigente de C-cura y el PSL)
Recientemente leímos unas alarmantes declaraciones del secretario ejecutivo de Fetrasalud, Pablo Zambrano, en una entrevista que le hiciera Vanessa Davies para el medio digital Contrapunto. En las mismas afirma algunas cosas que nos parecen repudiables, las cuales es importante debatir y explicar a las trabajadoras y trabajadores.
Lo primero que queremos destacar es lo que dice respecto a la necesidad sentida por la mayoría de las trabajadoras y trabajadores, de igualar el salario mínimo a la canasta básica. Zambrano afirma: “no puedo hacer una promesa y decirles a los trabajadores que vamos a ganar el salario mínimo igual a la canasta porque eso es mentiroso y demagogo no soy”.
Digámoslo con todas las letras, Zambrano está en contra de que el salario y las pensiones sean iguales a la canasta básica. Y lo cataloga como demagogia, cuando todos los que vivimos de un salario sabemos que ante la inflación terrible que hemos tenido que soportar durante todos estos años, lo justo sería ganar lo suficiente para cubrir todas las necesidades y requerimientos de nuestras familias.
Zambrano habla en la entrevista de defender la constitución, pero sin embargo se opone a algo establecido expresamente en el artículo 91 de la constitución, que considera la canasta básica como un elemento a tomar en cuenta a la hora de definir el salario mínimo en el país.
Realmente es insólito que un dirigente sindical, que se debe a los trabajadores y trabajadoras, rechace igualar el salario mínimo a la canasta básica, tal como está establecido en la constitución, y termine asumiendo el discurso de los patronos y el gobierno de Maduro, pero tratándose de Pablo Zambrano, que ha mantenido una conducta complaciente con estos, no nos extraña que esa sea su posición. Jorge Roig, expresidente de Fedecámaras, por ejemplo, ha afirmado que el salario mínimo debe ser discutido con los empresarios, y que debe oscilar entre «lo deseado y lo posible«, asegurando que las empresas no pueden cancelar salarios de $500.
Las coincidencias entre Zambrano y el gobierno, no se limitan al tema salarial. En la entrevista que estamos comentando, Zambrano pone el eje en el diálogo, en el entendimiento con el gobierno y los patronos, y en ningún momento menciona la necesidad de que los trabajadores y trabajadoras luchemos, y nos movilicemos por nuestros reclamos.
Ante esta situación alertamos, que ya hay un acuerdo para que sea en el marco del llamado diálogo tripartito promovido por la OIT, en el que Pablo Zambrano seguramente ya tiene una silla reservada, donde se decidan los temas relacionados con los derechos laborales, al margen de los trabajadores y sus organizaciones sindicales; desestimando y satanizando la protesta y la movilización de la clase trabajadora.
Desde el gobierno, la patronal privada y la burocracia sindical agrupada en la CBTS y de algunos sectores de la burocracia sindical de la oposición patronal con Pablo Zambrano a la cabeza, pretenden que el salario siga por debajo de la canasta básica, y que esto sea aceptado sumisamente por los trabajadores cuando el aumento de los bienes y servicios es coto cerrado de los empresarios. Los capitalistas dicen que no pueden trabajar a pérdida, pero los trabajadores si nos debemos conformar con un salario y pensiones de menos de $20, que no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas de alimentación, salud, pago de servicios, entre otros aspectos.
Con la aplicación del memorándum 2792 y ahora el instructivo de la Onapre, que son parte del paquetazo de ajuste capitalista que aplica el gobierno contra los trabajadores y trabajadoras, con el cual busca descargar la crisis sobre nuestros hombros, levantar banderas en pro de un diálogo de cúpulas, insistiendo en que lo importante es el entendimiento para garantizar la paz, es jugarle sucio a la clase trabajadora que sabe que solo con la lucha y la movilización es posible recuperar los derechos laborales hoy pisoteados, y recuperar nuestras reivindicaciones.
Ya sabemos que no podemos albergar ningún tipo de esperanza en ese diálogo de cúpulas, porque esos sectores no nos representan, y desde hace rato tienen mutuo acuerdo con la aplicación del paquete capitalista y antiobrero del gobierno de Maduro.
Otro elemento importante que menciona Zambrano en la citada entrevista es el de rechazar la división social en el país, así como la existencia de la izquierda y la derecha, menospreciando la existencia del capitalismo. En tal sentido, afirma: “Y, de paso, el tema del comunismo, el capitalismo, la izquierda, la derecha, el imperialismo. Ya eso a la gente no le llega”.
Esto no es un simple comentario. Detrás hay una intención política e ideológica. Lo que se persigue es desdibujar las diferencias de clase existentes en nuestra sociedad. Hacernos creer que todos somos “ciudadanos”, supuestamente “iguales ante la ley”, que se trataría entonces de recuperar esos derechos perdidos dialogando con el gobierno y entendiéndonos con los patronos.
A las trabajadoras y trabajadores les decimos que no podemos caer en esta trampa. Venezuela sigue siendo un país capitalista, dividido en clases sociales antagónicas, con grandes capitalistas, banqueros y transnacionales que se ganan todos los millones del mundo, amparados por la política de ajuste del gobierno, en detrimento del nivel de vida del pueblo trabajador. Vivimos en una sociedad profundamente desigual y dividida en clases sociales donde las masas trabajadoras son sobreexplotadas por los empresarios y el gobierno que pretende que paguemos el costo de la crisis en la cual nos han sumergido.
Ante este panorama, la clase trabajadora debe avanzar en la concreción de los espacios de unidad de acción para seguir movilizándonos en la calle para conquistar salarios y pensiones iguales a la canasta básica, el respeto de las contrataciones colectivas, el reenganche de todas y todos los trabajadores despedidos y suspendidos ilegalmente, así como la libertad de los detenidos por luchar, derogatoria del memorándum 2792 y el instructivo de la Onapre. Pero incluso yendo más allá, luchando por un plan obrero y popular de emergencia alternativo al ajuste del gobierno, en la perspectiva estratégica de pelear por un Gobierno de las Trabajadoras, Trabajadores y el Pueblo.