Repudiamos la visita oficial de Juan Manuel Santos a Venezuela
La visita oficial del presidente colombiano Juan Manuel Santos a Caracas, prevista para el próximo martes, 2 de noviembre, por invitación del presidente Chávez, forma parte de la agenda para la materialización de un pacto político entre ambos gobiernos, con miras al desarrollo de políticas económicas para beneficio de la burguesía a ambos lados de la frontera, así como la cooperación en materia militar y de inteligencia. Por su contenido extremadamente reaccionario, rechazamos este pacto, y repudiamos la visita de Santos, quien además es uno de los responsables del diseño y aplicación de políticas de terrorismo de Estado en el hermano país de Colombia.
La visita oficial del presidente colombiano Juan Manuel Santos a Caracas, prevista para el próximo martes, 2 de noviembre, por invitación del presidente Chávez, forma parte de la agenda para la materialización de un pacto político entre ambos gobiernos, con miras al desarrollo de políticas económicas para beneficio de la burguesía a ambos lados de la frontera, así como la cooperación en materia militar y de inteligencia. Por su contenido extremadamente reaccionario, rechazamos este pacto, y repudiamos la visita de Santos, quien además es uno de los responsables del diseño y aplicación de políticas de terrorismo de Estado en el hermano país de Colombia.
El antiimperialismo de Chávez es un tigre de papel
El gobierno venezolano se ha caracterizado por manejar de manera incoherente sus relaciones exteriores, así como por sus claudicaciones e inconsecuencias frente al imperialismo y sus gobiernos aliados. En los últimos años, el viraje a la derecha del gobierno venezolano se ha reflejado también en su política exterior, cada vez menos independiente, y en la que se expresa la voluntad de normalizar completamente las relaciones con el imperialismo y sus agentes regionales. En esta orientación, el gobierno venezolano busca consolidarse como el garante político de los intereses de las transnacionales, y una camisa de fuerza para las movilizaciones y las luchas de los pueblos de la región. En este sentido se ubican las declaraciones del presidente Chávez llamando a la rendición unilateral de la guerrilla colombiana, sus ataques al independentismo vasco, su claudicación vergonzosa ante el Rey español, su constante lanzamiento de puentes a Obama.
En el caso de la relación con Colombia, hemos visto al presidente Chávez pasar de un delirante discurso guerrerista a las claudicaciones más vergonzosas e incondicionales, tanto frente al gobierno de Uribe como ahora con el gobierno de Santos. Nosotros planteamos con claridad en cada situación que no está en el interés de los explotados de Colombia y Venezuela un enfrentamiento fratricida; asimismo, ante la posición de Chávez de cooperar militarmente con el régimen colombiano en el conflicto interno, así como la aceptación de la presencia militar yanqui en Colombia, advertimos que la soberanía no es negociable frente al imperialismo. No dejamos de señalar los graves peligros que para nuestros pueblos significa la política reaccionaria de Chávez de realizar pactos políticos y militares con el régimen colombiano.
Aunque el gobierno de Chávez hace todos los esfuerzos posibles por presentar a Juan Manuel Santos como su aliado y amigo, los revolucionarios decimos con claridad que el gobierno de Santos no es ni será nunca aliado de los pueblos de Colombia y Venezuela. Santos es un representante de la extrema derecha colombiana, responsable de terribles crímenes contra la humanidad. Durante su ejercicio como ministro de la Defensa de Álvaro Uribe, fue responsable de ordenar la masacre de Sucumbíos, en territorio ecuatoriano, y su cartera se vio manchada con la sangre de miles de civiles ejecutados para ser presentados como guerrilleros muertos en combate, en el caso conocido como el de los «falsos positivos». Bajo el gobierno de Uribe y Santos, se multiplicaron las fosas comunes en Colombia y los crímenes contra sindicalistas, estudiantes, defensores de derechos humanos, dirigentes campesinos, dirigentes indígenas, y en general contra las organizaciones populares.
Salta a la vista la demagogia y charlatanería del presidente Chávez, al acusar a la oligarquía colombiana de asesinar a Simón Bolívar, al tiempo que brinda y pacta con el gobierno de Santos, uno más de la larga dinastía Santos, la cual ha estado en todos los gobiernos y guisos de que se tenga memoria en la hermana Colombia, con una influyente posición en los medios de comunicación, a través del diario «El Tiempo». En otras palabras, un integrante indiscutible de la oligarquía colombiana.
Frente a los pactos de los gobiernos burgueses, levantemos la solidaridad de los pueblos
Hoy más que nunca, está vigente la necesidad de rescatar las banderas del antiimperialismo y la hermandad de los pueblos latinoamericanos, para desenmascarar la farsa traidora del gobierno venezolano. Los pueblos de Colombia y Venezuela deben estrechar lazos para luchar por librarse del yugo de los regímenes burgueses a ambos lados de la frontera.
Llamamos a todas las organizaciones que se reivindican revolucionarias y democráticas a repudiar la visita de Juan Manuel Santos a Venezuela, y a levantar su voz exigiendo respeto para los derechos humanos en Colombia.
¡Santos go home!
¡Abajo el terrorismo de Estado en Colombia!