9 noviembre, 2024

Revelan contenido de contactos yanquis con Kadafi en plena guerra civil

1 de septiembre.- Kadafi no sólo era altamente estimado por el imperialismo europeo por su rol como carcelero de inmigrantes africanos en ruta al viejo continente, y por haber entregado las riquezas petroleras y gasíferas del país a transnacionales, principalmente italianas y francesas. Además el dictador era apoyado por el imperialismo yanqui. Las recientes victorias militares rebeldes han permitido sacar a la luz documentos que evidencian los esfuerzos yanquis por salvar al régimen ante el levantamiento popular que se inicia en febrero de este año.

1 de septiembre.- Kadafi no sólo era altamente estimado por el imperialismo europeo por su rol como carcelero de inmigrantes africanos en ruta al viejo continente, y por haber entregado las riquezas petroleras y gasíferas del país a transnacionales, principalmente italianas y francesas. Además el dictador era apoyado por el imperialismo yanqui. Las recientes victorias militares rebeldes han permitido sacar a la luz documentos que evidencian los esfuerzos yanquis por salvar al régimen ante el levantamiento popular que se inicia en febrero de este año.

No sólo hubo una estrecha colaboración entre la Otan y la dictadura libia hasta comienzos de este año, sino que incluso compañías europeas apoyaron a Kadafi en materia de espionaje electrónico contra la población libia.

Ahora, la toma de la sede de la agencia de inteligencia kadafista en Trípoli ha permitido develar los intentos yanquis por lograr una salida negociada que preservara las instituciones fundamentales de la dictadura y permitiera al kadafismo compartir el poder con la dirección del Consejo Nacional de Transición (CNT).

Un reportaje publicado ayer por Jamal Elshayyal, periodista de la cadena Al Yazira, revela el contenido de archivos secretos en los que se da cuenta de las reuniones de emisarios yanquis con la dictadura kadafista luego del levantamiento popular de febrero.

Elshayyal explica que halló los documentos comprometedores en la oficina de Abdullah Alsinnousi, jefe del servicio de inteligencia de Libia y uno de los personajes más siniestros de la dictadura proimperialista. Entre los documentos que revelan la postura de los enviados yanqui en tiempos de rebelión popular, está el acta de una reunión entre altos funcionarios libios – Abubakr Alzleitny y Mohammed Ahmed Ismail – y David Welch, ex subsecretario de Estado de George W. Bush. «Welch fue el hombre que negoció el acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas entre los EE.UU. y Libia en 2008», observa el periodista.

Yanquis recomendaron a Kadafi recurrir al apoyo sionista

«Welch ahora trabaja para Bechtel, una compañía multinacional yanqui con concesiones de construcción por el monto de mil millones de dólares en todo el Oriente Medio. Los documentos registran que el 2 de agosto de 2011, David Welch, se reunió con funcionarios de Kadafi en el Hotel Four Seasons de El Cairo, a pocas cuadras de la embajada de los EE.UU», relata Elshayyal.

«Durante la reunión, Welch aconsejó al equipo de Kadafi sobre cómo ganar la guerra de propaganda, sugiriendo varias «medidas para ganar confianza»… El acta de la reunión registra su consejo sobre la manera de socavar al movimiento rebelde de Libia, con la posible asistencia de organismos de inteligencia extranjeros, incluyendo a Israel. En el documento se lee: «Cualquier información relacionada con Al-Qaeda u otras organizaciones extremistas terroristas debería precisarse y hacerse llegar al gobierno estadounidense, pero sólo a través de las agencias de inteligencia de Israel, Egipto, Marruecos, Jordania… Estados Unidos le prestaría atención … Es mejor que se reciba esta información como si procediese de esos países…», dice el reportaje. Por lo visto, a los yanquis no les interesaba un rápido triunfo rebelde.

Welch también habría recomendado a la dictadura libia sacar provecho de los disturbios en Siria para poner al descubierto el doble rasero de los gobiernos que integran la Otan. Además, habría descrito la posición del gobierno de Qatar frente al tema libio como un intento «cínico» de desviar la atención respecto del levantamiento en Bahrein.

La solución yanqui: la renuncia de Kadafi pero el mantenimiento del régimen

Welch propuso durante la reunión una solución a la crisis que contaría con apoyo del gobierno yanqui: «[Kadafi] debe hacerse a un lado», pero «no necesariamente renunciar a todos sus poderes». Claramente una salida negociada que permitiera salvaguardar las instituciones fundamentales del régimen y que la dirección rebelde compartiera el poder con el kadafismo.

Welch se comprometió a comunicarle el contenido de la reunión a congresistas y miembros del gobierno de Obama.

También se encontró en la oficina del jefe de inteligencia libio un sobre dirigido al hijo de Kadafi, Saif Al-Islam. En su interior se hallaba un resumen de una conversación entre el congresista de EEUU Denis Kucinich, quien se opuso públicamente a la política de EEUU hacia Libia, y un representante del hijo del dictador libio.

Kucinich esperaba recibir información que comprometiera a dirigentes del CNT en actos de corrupción, así como vínculos de Al Qaeda con las milicias rebeldes, para presionar al gobierno yanqui para que apoyara a Kadafi. Esto demuestra la división en la élite política imperialista acerca de la política hacia Libia, y la existencia de un núcleo duro de apoyo a Kadafi.

Un portavoz del departamento de Estado yanqui dijo que David Welch se reunió con funcionarios libios como «un ciudadano privado» y que no habló a nombre del gobierno gringo. No obstante, es dudoso que Welch haya obrado por iniciativa propia.

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