9 octubre, 2024

Revolución devaluada

Acaban de devaluar la moneda, otra vez más se impone como cruda es la muerte las leyes implacables de la valorización del trabajo y el mercado capitalista de la ganancia y la acumulación. Una economía pública y privada totalmente subsidiadas por el Estado a través del mecanismo de la valorización nominal y controlada burocraticamente de la moneda hace que ella baje su valor todos los días y el valor del subsidio sea por tanto mas caro hasta que llega el momento en que el Estado no soporta más el costo por límite de recursos y no le queda otra salida que la devaluación hasta la próxima. Desde el «viernes negro» del 83 hasta el el «viernes rojo» del 2003, han sido treinta años continuos hundidos en este circulo vicioso, producto de la propia economía rentista y un Estado que como estructura conjunta solo ha servido para proteger -en la cuarta- los intereses de la vieja oligarquía, la corrupción y el clientelismo político necesario para preservar ordenes. En la quinta más o menos lo mismo con algunos arreglos redistributivos de justicia social socavados después por la protoburguesía que el modelo corporativo-burocrático facilita y genera por mecanismos automáticos de apropiación privada de recursos públicos. En definitiva no hay sistema más eficaz de saqueo público y hasta de fuga de capitales que los que nos han impuesto por treinta años.

Acaban de devaluar la moneda, otra vez más se impone como cruda es la muerte las leyes implacables de la valorización del trabajo y el mercado capitalista de la ganancia y la acumulación. Una economía pública y privada totalmente subsidiadas por el Estado a través del mecanismo de la valorización nominal y controlada burocraticamente de la moneda hace que ella baje su valor todos los días y el valor del subsidio sea por tanto mas caro hasta que llega el momento en que el Estado no soporta más el costo por límite de recursos y no le queda otra salida que la devaluación hasta la próxima. Desde el «viernes negro» del 83 hasta el el «viernes rojo» del 2003, han sido treinta años continuos hundidos en este circulo vicioso, producto de la propia economía rentista y un Estado que como estructura conjunta solo ha servido para proteger -en la cuarta- los intereses de la vieja oligarquía, la corrupción y el clientelismo político necesario para preservar ordenes. En la quinta más o menos lo mismo con algunos arreglos redistributivos de justicia social socavados después por la protoburguesía que el modelo corporativo-burocrático facilita y genera por mecanismos automáticos de apropiación privada de recursos públicos. En definitiva no hay sistema más eficaz de saqueo público y hasta de fuga de capitales que los que nos han impuesto por treinta años.

Ninguna economía que anda mal si lo vemos como sistema de producción y distribución de recursos, porque tenemos todas las posibilidades de engendrar de ella, de nuestros recursos materiales e inmateriales, de la infraestructura que se posee, de las capacidades humanas concentradas en nuestros trabajadores todo lo necesario. Ella es una maravilla potencial que con algunos sacrificios y saltos de organización y conciencia nos daría para tener la base de una vida buena a nosotros y muchos pueblos más realmente pobres. Este argumento típico de la derecha -la mala o buena economía- y de todo liberalismo y casi que se le oye a Giordani a la hora de anunciar la devalución, parte del presupuesto que la economía es una relación externa frente al colectivo -fetichismo de la mercancía, sistema con alma propia- dispuesta de leyes fijas, siendo ella lo único que fluye en el mundo, ante la cual cual tenemos que quedarnos inmóviles esperando que «ella» genere los excedentes necesarios y la burocracia los redistribuya y ahorre otra parte para seguir creciendo. Ese es el discurso de Giordani para quien lo grandioso de Chávez es haber redistruibuido 500 mil millones de dólares en todos estos años, y vaya a saber donde están por lo menos la mitad de ellos. Es el discurso típico del Estado capitalista en este caso dando la mala noticia de que la cosa se enredó de nuevo. En definitiva es ella quien tiene vida y son ellos en sus oficinas de mando quienes la guían y planifican…¡renuncia Giordani si es así!…El resto del colectivo no fluye no cambia no revoluciona las relaciones humanas en crisis para conseguir la justicia e igualdad deseada. Por ello bien tosco es el argumento de aquellos que acusan al gobierno por la devaluación en sí. Típico discurso de una soterrada izquierda que se niega a morir que supone que si el Estado lo controla todo incluso la moneda llegaremos al paraíso. Allí lo que hacen es justificar el hecho, darle mas argumentos a la «tecnocracia socialista» que ahora gobierna, donde a la final la discusión se queda en si era obligante y «socialista» devaluar o no, dependerá de los radicalismos y realismos de cada quien. No, el problema es que las relaciones de producción, propiedad y poder no han cambiado en esencia y dentro de una economía monoproductora completamente alineada a la economía del dólar (vendiendole a China o EUA el petróleo) el ciclo devaluativo es imposible de frenar.

El cuento por tanto viene por otro lado. ¿Quien sostiene el bolívar con este tipo de relación con la economía dolarizada (nuestra moneda es un fragmento diminuto del dólar)?. Nada salvo el subsidio en los mismos dólares.¿A quién se le dan los dólares? 40 mil millones de importación sin incluir bonos, deuda interna y transferencias que podrían sumar hasta 60 mil millones de dólares anuales -mínimo- transferidos al gran capital (si se multiplica eso por los años en el poder da una relación del 60-40 en favor del capital o más y no llegamos ni a peronistas, Peron se jactaba de haber logrado la paridad 50-50 capital-trabajo en su primer gobierno). Nada más esa pintura que la introdujo el mismo Giordani en su discurso sin ponerle nombre ni problema al hecho nos retrata en que tipo de relaciones de poder y producción en que nos manejamos y porqué estamos devaluando.

Lo que debemos defender no es nuestra moneda; ¡moneda al carajo!, si quieren utilizamos el yen, huan, el euro o el mismo dólar como moneda nacional (libres entonces de todo sistema de control de cambio desde la moneda misma), a la final somos partículas de ellas desde 1973 en que toda la economía mundial se alienó al dólar. Lo que debemos defender es la capacidad de adquisición, el cambio total de los sistemas de crédito, el derecho de decisión y control comunitario, la exigencia de socialización de nuestras tierras, la defensa de los derechos sociales, el control directo sobre medios de producción, dentro de un sistema desconcentrado y alternativo de planificación y crecimiento bajo niveles crecientes de autogobierno e insentivo a la productividad. Al menos mientras no se logre una verdadera liberación de las relaciones capitalistas, para lo cual falta un tiempo y un espacio mucho mayor que nuestro terruño nacional. Decir que se defiende la economía desde la moneda como han hecho es defender la capacidad del subsidio al gran capital, al corporativismo estatal y que siga la fiesta del saqueo corrupto (¿cuantos nuevos multimillonarios hay desde que se filtró la noticia de devaluación en diciembre y le multiplicaron los precios por dos de los los bonos que detentan del BCV y PDVSA?). Una verdadera patraña que la vamos a pagar con más inflación y expropiación al colectivo de manera que se pueda satisfacer las necesidades de sus odiados «enemigos»….Y mientras tanto la «terrible» acusación que le hace Diosdao a sus representantes es que parece que un bodeguero les paso unos cincuenta mil Bs (unos cincuenta «palos» y algo mas) y no se explicó para qué… risas para una fiesta de bufones.

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