Sabino Romero: Gigante contra la injusticia
Dice el Sup. Marcos que, le enseñó el Viejo Antonio, que uno es tan grande como el enemigo que escoge para luchar y que uno es tan pequeño como grande el miedo que tenga: “Elige un enemigo grande y eso te obligará a crecer para poder enfrentarlo. Achica tu miedo porque, si él crece, tú te harás pequeño”…”El gobierno le teme al pueblo…por eso tiene tantos soldados y policías. Tiene un miedo muy grande. En consecuencia, es muy pequeño. Nosotros le tenemos miedo al olvido, al que hemos ido achicando a fuerza de dolor y sangre. Somos, por tanto, grandes.”
Dice el Sup. Marcos que, le enseñó el Viejo Antonio, que uno es tan grande como el enemigo que escoge para luchar y que uno es tan pequeño como grande el miedo que tenga: “Elige un enemigo grande y eso te obligará a crecer para poder enfrentarlo. Achica tu miedo porque, si él crece, tú te harás pequeño”…”El gobierno le teme al pueblo…por eso tiene tantos soldados y policías. Tiene un miedo muy grande. En consecuencia, es muy pequeño. Nosotros le tenemos miedo al olvido, al que hemos ido achicando a fuerza de dolor y sangre. Somos, por tanto, grandes.”
El próximo 15 de enero tendrá lugar la primera sesión del juicio que el Estado-gobierno de Hugo Chávez le sigue al líder yukpa Sabino Romero acusado de instigación y complicidad en lesiones graves y asesinato de miembros de la comunidad yukpa de la comunidad Guapo Pamocha liderada por Olegario Romero. Efectivo y excesivamente diligente ha sido el gobierno de Chávez en perseguir y secuestrar militarmente a Sabino Romero al punto que, hasta siete fiscales acusadores trabajan para presionar jueces y testigos y, de esta manera, mantener detenido en un cuartel militar a Sabino; quien, no sólo es inocente de todos los delitos que se le imputan, sino que es, hoy por hoy, el líder indígena que representa el más doloroso dedo en la yaga de la mal llamada “revolución bolivariana”.
En un país donde el 97% de los delitos y crímenes quedan impunes; donde semanalmente se asesinan a unas 70 personas sin que se produzcan detenidos ni procesados por los mismos crímenes causa extrañeza, por decir lo menos, la violenta diligencia y efectividad de la fiscalía del Ministerio Público en acusar, detener (¿secuestrar?) y enjuiciar a Sabino Romero. Ni siquiera mencionaremos a los banqueros y testaferros boliburgueses vinculados a las altas esferas del gobierno y al propio Chávez que, luego de enriquecerse con los dineros del pueblo, “milagrosamente” han desaparecido del país y de cualquier posibilidad de enjuiciamiento.
En todo caso, para nosotros está claro que el juicio a Sabino, producto de unos hechos a todas luces provocados por el propio gobierno, valga decir: por la Vice-Presidencia de la República; el Ministerio de Interior y Justicia y el Ministerio de Pueblos Indígenas en la persona de cada uno de sus personeros que, estamos convencidos, no han actuado por su cuenta sino obedeciendo órdenes del propio presidente de la República; se trata de un público escarmiento a todos los luchadores sociales e indígenas en función de tratar de impedir la escalada de luchas sociales que, dado el latrocinio inocultable de la nomenklatura boliburguesa y la evidente quiebra del país, está a la orden del día y a punto de ebullición.
Es perentorio para el gobierno de Chávez condenar a cómo de lugar a Sabino Romero. El mismo Olegario, quien actuó en contra de Sabino azuzado por los burócratas ministeriales y a quien éstos, antes de los acontecimientos llamaban a diario (confiesa ahora el mismo Olegario), ha terminado por percatarse de que sus acciones formaron parte de una trampa maquiavélicamente elaborada por estos funcionarios, y que difícilmente éstos hayan podido ejecutar sin el consentimiento del propio presidente. Eso declara Olegario, pues, si antes recibía diarias llamadas del Ministro El Aisami y la Ministra Indígena, hoy, que se encuentra preso en el cuartel militar de Fuerte Macoa, sólo recibe uno que otro mensaje y algún dinero enviado por la diputada Nohelí Pocaterra y que recibe de manos, nada menos que del actúa en el juicio como su acusador más acérrimo: el Fiscal del Ministerio Público.
En fin, relatar todo lo que ha acontecido con el secuestro de Sabino Romero y aún, de su agresor Olegario, da asco, pues, es demostrativo de todos los vicios, pudredumbre y acción colonial de aquellos que todos los días (toooodos los días), a través de los medios de comunicación del Estado, se jactan en proclamarse como revolucionarios, socialistas y a favor de los pueblos indígenas, comenzando por el propio presidente de la república (así en minúsculas).
Así, al mismo tiempo que persiguen secuestran y condenan a Sabino, asimismo, negocian con las transnacionales mineras carboníferas, les entregan en graciosas concesiones los territorios indígenas y aún, logran que intelectuales “de izquierda” latinoamericanos justifiquen sus desmanes en nombre de un anti-imperialismo del que, en verdad y en lo profundo, es Sabino Romero el verdadero líder.
Por eso, el gigante es Sabino, no Chávez. Éste no es más que un minúsculo autócrata que, manipulando a las comunidades y permitiendo la corruptela de sus funcionarios, busca afanosamente su permanencia en el “poder”, así entre comillas, pues, el verdadero poder es el que continúan ejerciendo las transnacionales a través de las empresas mixtas con las que el presidente muy bien se aviene.
Por relatos de su abogado a quien, pocas veces y con muchas dificultades se le permite hablar con Sabino, nos hemos enterado de sus mensajes. En todos ellos nos hace sabe su indeclinable disposición a mantener la lucha por los territorios yukpas; por ello, nos pide mantengamos nuestra lucha en respaldo de su pueblo.
El ministro Tarek el Aisami, la Ministra Indígena, el Vice-Presidente y el Presidente mismo, son pequeños en su terrible miedo a Sabino y a la esencia de su lucha; por eso, Sabino es un gigante, seamos todos sus aliados un poquito de su tamaño y, de seguro, triunfaremos.
¡Viva Sabino Romero!
¡Libertad para Sabino, Olegario y Alexander! ¡Yukpas secuestrados por Chávez y sus burócratas en el gobierno!
¡Todos a la Gran Caravana por los territorios indígenas, las tierras campesinas y la dignidad de los pueblos y comunidades del país!