17 julio, 2025

Sabino Romero Izarra, ¿Guaicaipuro del siglo XXI?

Nota de Laclase.info: A solicitud del autor y en ejercicio del derecho a réplica, publicamos el siguiente artículo.

He leído con interés el artículo de opinión la ¿Saga de Guaicaipuro? Escrito por Elias Pino Iturrieta en el Universal del fecha 13-II-11.

Nota de Laclase.info: A solicitud del autor y en ejercicio del derecho a réplica, publicamos el siguiente artículo.

He leído con interés el artículo de opinión la ¿Saga de Guaicaipuro? Escrito por Elias Pino Iturrieta en el Universal del fecha 13-II-11.

Aunque hay elementos muy certeros en el artículo y señala al término: “Que tal vez el Hermano Korta y los apóstoles que le acompañan en la denuncia del caso yukpa se hayan extralimitado en el manejo de unas analogías desfasadas, pero su voz suena como una clara campana”, quisiera poner esa nota de claridad que tal vez falta al artículo en cuestión. El asunto de mi denuncia no solo es el caso del pueblo yukpa sino a la notable y significativa falta de coherencia entre la belleza de una de las mejores constituciones de América Latina que conocemos, y que felizmente fue impulsado por nuestro Presidente, y como decía en mi denuncia en la huelga de hambre, la ausencia total de viabilidad que se le ha dado en la práctica y en la praxis a esta bella Constitución Bolivariana de nuestra República.
Empezamos por el artículo 119.

El artículo 119 es uno de los artículos más importantes que ha suscrito el Estado venezolano a favor de los pueblos indígenas.
Diríamos que no hay una sola palabra que sobre o que falte. La más fuerte y significativa es la palabra “reconocer”
Según el Diccionario Enciclopédico “Espasa” otorga a este verbo “Reconocer” los conceptos más significativos siguientes:

• Examinar con cuidado a una persona o cosa para enterarse de su identidad, naturaleza y circunstancias.
• Registrar, mirar por todos sus lados o aspectos una cosa para acabarla de comprender o para rectificar el juicio antes formado por ella.
• Aceptar un nuevo estado de cosas.
• Confesar que es legítima, una obligación en que suena su nombre “Reconocerá”:

1. La existencia de los pueblos y comunidades indígenas.
2. Su organización social, política y económica,
3. Sus culturas, usos y costumbres,
4. Idiomas y religiones,
5. Su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan.
Lo declarado en este importante artículo no lo han cumplido debidamente los ministros de turno y en particular la Ministra del PP de los Pueblos Indígenas en casi ninguna de sus definiciones y por tanto la Ley ha quedado como un bello enunciado. Se diría que, el ejercicio del reconocimiento jurídico por el Estado definió la Ley, pero no lo han sabido a llevar a la práctica cabo los responsables del gobernante de turno. Existe en general una grave irresponsabilidad en los funcionarios del gobierno con las obligaciones que este artículo exige.

La razón fundamental de este hecho tan grave y deplorable, después de once años de la emisión de la Ley, es que los venezolanos, cualesquiera que estén en el poder, tanto la derecha como la izquierda, han heredado una cultura colonizadora. Por supuesto, nadie se da por aludido, todos nos consideramos respetuosos con los pueblos indígenas y tenemos sentimientos de aprecio y estima, pero el hecho real es que todavía, los venezolanos en general, no estimamos al “otro”, al diferente, al indio, como un ser cultural de igual dignidad y valor que la de mi propia cultura. Los comerciantes, los funcionarios del gobierno, los militares, los religiosos, los católicos, aun losmismos indígenas ilustrados, en general la mayoría de nuestro pueblo venezolano mira a las culturas indígenas como inferiores y dignas de ser superadas por nuestra cultura superior: “colonialismo o herencia cultural filtrada”. Es dura la afirmación pero esta es nuestra realidad. Somos los venezolanos herederos de una cultura colonizadora por no decir racista, lo llevamos en el inconsciente colectivo y la prueba está en lo que está pasando en el ejercicio o aplicación de una ley tan clara y tan bella que ha quedado en el papel a pesar del discurso revolucionario de nuestro presidente que ha llegado a cambiar en Venezuela la fachada y la careta colonizadora.

Antes de Chávez en el llano venezolano y colombiano matar indios no era delito, ahora tanto la oposición como los diputados oficialistas de la Asamblea Nacional no se atreven a cuestionar a la ministra india del PP para los pueblos indígenas, porque si lo hace la oposición teme contrariar los nuevos sentimientos del pueblo venezolano y si cuestiona el oficialismo no quiere molestar al Presidente de la República que ha mostrado confianza en su ministra.

Pero analicemos: ¿Cuál es el papel de la ministra que tiene como misión fundamental llevar a cabo con su equipo de gobierno y sus gestores dentro del gobierno la aplicabilidad al artículo 119? ¿Quién en la reciente comparecencia en la Asamblea Nacional cuestionó a la ministra en cumplir con su papel y su coherencia con la cultura india tanto de ella como su equipo? Entiendo que dispone de siete viceministros que viven con un tren de vida que muchos capitalistas quisieran para ellos. Pregunto y quisiera que esa pregunta se la hagan, en la oportunidad correspondiente, los asambleístas que aman a los pueblos indígenas como lo ha mostrado amar nuestro Presidente:

1. ¿Por qué la ministra no reconoce en la práctica La existencia de los pueblos y comunidades indígenas e implanta, con la gestión de su equipo dentro de las comunidades, el modelo de los Consejos comunales que debilitan y hacen desaparecer la autoridad legítima que el Estado reconoce en la Constitución? ¿Qué pasa con los recursos que desde el Ministerio favorecen a los consejos comunales indígenas y que en la mayoría de los casos son administrados por contratistas criollos? Analicen por favor, asambleístas del oficialismo y de la oposición, donde están los inmensos recursos manejados desde ese ministerio a favor de los pueblos indígenas

2. Todavía por falta de abrir canales de aplicabilidad a la ley no es posible el reconocimiento de su organización social, política y económica. En los estados donde se eligen diputados indígenas y concejales indígenas, estos diputados son elegidos, en la mayoría de los casos por ciudadano no indígenas. Por ejemplo, puede darse que, en la Gobernación del Estado Zulia sea elegido como diputado regional un indígena con la mayoría de los votos no indígenas “criollos” de Maracaibo, aunque ese diputado indígena, propuesto por los ganaderos, sea enemigo de los intereses indígenas. ¿Cuándo se va a constituir un registro indígena para que ellos voten a sus representantes?

3. Sus culturas, usos y costumbres. Hablando solamente de un detalle por vía de ejemplo: ¿Quién se ha opuesto al reconocimiento de la única Universidad indígena de Venezuela y que lleva 10 años esperando el reconocimiento del Estado, prometido oficialmente por el Presidente Chávez en el Teresa Carreño el día del centenario del nacimiento de Salvador Allende?

4. Idiomas y religiones. ¿Quién hace el seguimiento y las denuncias pertinentes para que en la práctica funcione la educación Bilingüe? Todavía la mayoría de los Centros de Educación Intercultural Bilingüe solo alfabetizan en castellano con el agravante de que nuestra práctica educativa sea el factor más decisivo en la pérdida de los idiomas indígenas,

5. Su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan. ¿Dónde queda el plan de la titulación y demarcación de las tierras indígenas? Cuya gestión pareciera correspondiera a la Ministra y asumiera su rol de defensa de los hábitat indígenas ante el ejecutivo nacional. ¿Será cierto que en el caso de los problemas de los yukpas con los ganaderos la minstra estuvo de parte de los ganaderos?

6. Termina el artículo de Elias Pino diciendo que “Seguramente la enormidad del anacronismo no conduzca a buen puerto, pero no deja de ser interesante. Funciona para poner al descubierto la falacia del discurso del presidente Chávez y de sus acólitos, quienes se han vendido como defensores de los pueblos autóctonos y como enemigos de los colonialismos.”

Realmente quisiera deslindar dentro del equipo de gobierno a los diferentes actores responsables y en particular me refiero a los dos personajes más destacados en la responsabilidad de la política indígena del País.

No dudo que el presidente Chávez ha logrado cambiar en los venezolanos el modo cultural de entender a los pueblos indígenas. Como decía: en el llano colombiano y venezolano MATAR INDIOS NO ERA DELITO; ahora, enfrentarse a la ministra india, es rayarse con el Presidente Chávez.

Para terminar y dejando las cosas en su sitio: no dudo, y creo que pocos venezolanos dudan del enorme esfuerzo que el presidente Chávez ha hecho a favor de los pueblos indígenas, pero también debo decir, para que mi “voz suene como una campana clara” que su equipo de gobierno, y fijándome principalmente en la persona que Chávez a depositado su confianza, no funciona. A la Asamblea Nacional le tocaría fijar las respectivas responsabilidades en la política indígena que ha auspiciado este gobierno.

Con esto quisiera distinguir y aclarar que no es verdad lo que afirma Pino Iturrieta: “Funciona para poner al descubierto la falacia del discurso del presidente Chávez y de sus acólitos” Hay que poner las cosas en su sitio y dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Debemos precisar y concretar los males del gobierno sin echar todo al saco de las generalidades y sin analizar y concretar los males de cada uno de los ministros responsables del gobierno. En esto debemos de “sonar como una clara campana”, para terminar con las mismas palabras de Pino Iturrieta.

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