9 noviembre, 2024

Se acabó el show «antiimperialista»: Chávez se reunirá con el genocida Juan Manuel Santos en Colombia

El furibundo uribista Juan Manuel Santos, un tecnócrata de 58 años involucrado en masivas violaciones a los derechos humanos en Colombia, asumió la presidencia de ese país suramericano. A las pocas horas ya el gobierno de Chávez había claudicado unilateralmente, acordando una reunión en Colombia para la restitución de las relaciones diplomáticas. Olvidados quedaron los reclamos contra la instalación de siete bases militares yanquis en territorio colombiano, así como el rechazo a las intenciones del régimen uribista de inspeccionar territorio venezolano en busca de guerrilleros.

El furibundo uribista Juan Manuel Santos, un tecnócrata de 58 años involucrado en masivas violaciones a los derechos humanos en Colombia, asumió la presidencia de ese país suramericano. A las pocas horas ya el gobierno de Chávez había claudicado unilateralmente, acordando una reunión en Colombia para la restitución de las relaciones diplomáticas. Olvidados quedaron los reclamos contra la instalación de siete bases militares yanquis en territorio colombiano, así como el rechazo a las intenciones del régimen uribista de inspeccionar territorio venezolano en busca de guerrilleros.

«La palabra guerra no está en mi diccionario cuando pienso en las relaciones de Colombia con sus vecinos o con cualquier nación del planeta», dijo el sábado Santos, un proverbial cínico educado en EEUU e Inglaterra, y el responsable del bombardeo de territorio ecuatoriano en marzo de 2008.

Chávez respondió inmediatamente a Santos y dijo que estaba dispuesto a «pasar la página», a mirar el futuro con esperanza y a sostener un encuentro personal, inclusive viajando a Colombia. «Al nuevo gobierno de Colombia le extiendo esta mano», dijo Chávez en un acto del PSUV en Maracaibo.

«Le dije a Maduro que le solicite a la canciller Holguín una reunión con Santos. Si él no puede venir, en los próximos tres o cuatro días, yo estoy dispuesto a ir a Colombia a una reunión, será un honor», dijo Chávez el mismo sábado, ansioso por reunirse con Santos.

Nicolás Maduro asistió a la toma de posesión en Bogotá

«Queremos extender nuestra mano cariñosa de amistad y de hermanos a todo el pueblo de Colombia, queremos felicitar al Gobierno del presidente Santos por su posesión y decirle que venimos con la mejor disposición de avance, de trabajo viendo hacia el futuro», declaró Maduro a su llegada a Bogotá para la toma de posesión de Santos.

El ex presidente argentino Néstor Kirchner, secretario general del bloque regional Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también asistieron a la posesión de Santos y realizaron gestiones de mediación.

Tras una larga reunión de tres horas entre los cancilleres de ambos países, María Ángela Holguín y Nicolás Maduro, acompañados de Kirchner, se llegó a la conclusión de convocar a un encuentro entre los dos mandatarios, a realizarse en Colombia dentro de dos días.

«El día martes a horas del mediodía en Colombia los dos presidentes se reunirán, les entregaremos informe de lo que hemos trabajado y ellos tendrán la posibilidad de conversar y tomar las decisiones que favorezcan a ambas naciones», señaló Maduro.

Chávez claudica en tiempo récord

El presidente Hugo Chávez, tras la reunión de los cancilleres, manifestó en su programa, «Aló Presidente», que siente satisfacción por la concertación de la reunión y confía en que habrá buenas relaciones con Santos. El gobierno de Chávez no sólo se abstuvo de colocar el tema de la retirada de las bases yanquis como un requisito para el reestablecimiento de las relaciones, sino que pasó directamente a crear expectativas en torno a Santos, quien fungió como mano derecha de Uribe al ocupar el ministerio de la Defensa.

«Estamos obligados los venezolanos a mirar con atención y con optimismo, porque Colombia es hermana porque estamos ocupando el mismo espacio y somos del mismo madre y padre», expresó Chávez, quien también en ocasiones anteriores se refirió al entonces presidente Uribe como su «hermano».

Incluso, Chávez combinó los elogios a Santos con llamados a la guerrilla a que se rinda. «La guerrilla es un problema y ellos deben entenderlo. Yo no aprobaré nunca presencia de fuerzas guerrilleras en Venezuela de cualquier tipo… A la guerrilla hay que hacerle un llamado (…) esa guerrilla debe manifestarse por la paz y que liberen a todos los secuestrados», dijo Chávez, reiterando su llamado del mes de julio a que depongan las armas.

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