Seguir el camino de España
España es uno de los países con más influencia de la Iglesia Católica y donde es muy común la violencia contra las mujeres. Sin embargo, allí acaba de aprobarse una nueva ley sobre el aborto que pone al país en lo más avanzado del mundo en los derechos de la mujer.
España es uno de los países con más influencia de la Iglesia Católica y donde es muy común la violencia contra las mujeres. Sin embargo, allí acaba de aprobarse una nueva ley sobre el aborto que pone al país en lo más avanzado del mundo en los derechos de la mujer.
La ley establece el aborto libre hasta la semana 14, y hasta la 22 en caso de riesgo de la vida o salud de la mujer, o graves anomalías en el feto, siempre que, en este último caso, haya un dictamen emitido por dos médicos especialistas distintos a los que practican la intervención. Un aspecto muy importante es que habilita a las mujeres menores de edad, de entre 16 y 18 años, a realizar el aborto sin tener que presentar el consentimiento de sus padres. Esto es muy relevante, ya que en el año 2009, las mujeres que se realizaron abortos en esa franja de edad correspondían al 10 por ciento del total de los abortos. La Iglesia Católica ha venido desarrollando una campaña furibunda para tratar que no se aprobara la ley y sigue llamando a movilizarse para rechazarla.
Argentina, ¿para cuándo?
En nuestro país ya se ha demostrado de múltiples formas que el aborto legal es un derecho necesario para las mujeres, para decidir sobre su propio cuerpo y su vida, que bajaría la alarmante tasa de mortalidad de mujeres gestantes y reduciría la cantidad de enfermedades ginecológicas asociadas al aborto en condiciones de clandestinidad. A pesar de eso, lamentablemente, hasta el momento no se ha avanzado ni un paso.
Mientras Cristina Fernández se vanagloria por el avance de las mujeres en la participación política, claro está que su propia acción nada tiene que ver con las necesidades de las mujeres trabajadoras y pobres. Bien lo grafica el caso de una joven de 16 años de Comodoro Rivadavia, en Chubut, que tras ser sistemáticamente violada por su padrastro, quedó embarazada y el Estado la obliga a continuar con el embarazo. Aunque la familia de la joven realizó un pedido a la “Justicia”, está no hizo más que rechazarlo argumentando que no está en peligro la vida de la joven y que ésta no es ni demente ni idiota, como lo reclama el Código Penal para habilitar un aborto no punible. Mientras tanto, pasan los días, el violador está libre y ni siquiera le han declarado la exclusión del hogar. El gobernador peronista y candidato presidencial Das Neves guarda un silencio cómplice.
Sin dudas, la perversidad de la Iglesia y del gobierno de Cristina alienta la libertad de los violadores y condena a las víctimas. Es una muestra de cómo en el capitalismo, la opresión patriarcal se organiza desde el Estado para disciplinar a las mujeres pobres, aquellas que no tienen recursos para practicarse un aborto sin poner en peligro su vida. Este 8 de marzo, el derecho al aborto legal, seguro y gratuito es una reivindicación que está más vigente que nunca. Lo logrado en España está demostrando que se puede.